En este artículo dedicado a la dirección de trabajo Ciencia*, queremos presentar un resumen exhaustivo del punto de vista científico oficial que ha conducido a la formulación del llamado «Modelo Estándar», a saber: el afán de la mente humana, concreta y abstracta (hijas del Quinto Rayo, para la Enseñanza esotérica), de enmarcar de forma unitaria el sistema de relaciones (interacciones entre partículas y fuerzas) de la manifestación.
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Más allá del lenguaje de los expertos y de la ilimitada fragmentación de las hipótesis de investigación en un intento de incorporar las distintas perspectivas (cuántica y relativista, microcósmica y macrocósmica) en un sistema coherente, se observa claramente que la distinción entre masa y energía, entre partículas y fuerzas, o entre Materia y Espíritu (la Díada unitaria de la Realidad), tiende a «disminuir» cada vez más en dirección de la progresiva comprensión humana del misterio de la realidad. Un Misterio que perfilamos aquí como el Modelo del Uno Infinito, presentado por la Filosofía de la Ciencia oculta.
Según este Modelo, todo es uno e infinito. Cada Punto del Espacio vivo es infinito y único, es espíritu/materia, es centro y campo, partícula y fuerza; en sentido esotérico, es una mónada, una unidad viva y consciente. Cada mónada en el Espacio infinito tiene igual potencial, pero diferente potencia o conciencia en el Espacio universal o manifestado, lo que confirma su «lugar» o «papel» en la escala jerárquica del Modelo Universal, a saber: su correlación espíritu/materia en evolución, es decir, su cualidad, que responde a uno, o más bien a una combinación ordenada de los Siete Rayos de Vida, esos Siete Principios o Números que manifiestan el Uno Trino en el Campo ilimitado de posibilidades.
Toda energía/materia o cuanto de energía, todo punto/mónada, dependiendo de sus números primarios y secundarios, participan en un campo de servicio, en un conjunto de interacciones o relaciones espaciales junto con otras mónadas y, dependiendo de su correlación con la conciencia del observador o punto de vista, se revelan (o no) de un «modo» u otro, en un estado, estructura o comportamiento que está en función de esa correlación observador-observación-observado.
En este sentido, en las investigaciones científicas recientes han surgido concepciones como el “Principio de Incertidumbre” de Heisenberg, así como conceptos que reconocen «la partícula como siendo la excitación de un campo de energía» o «la masa como energía ralentizada»; por consiguiente, simétricamente, también la idea de que un campo de energía puede agruparse en un fenómeno llamado cuántico o de partículas, y que la energía no es más que materia acelerada.
La Enseñanza esotérica presenta esta doble Unidad de la Realidad, afirmando que el espíritu no es más que materia sublimada en su más alto nivel y que la materia no es más que espíritu en su nivel más denso:
«Consideramos la Vida como “la Única Forma de Existencia” que se manifiesta en lo que se llama Materia, o en lo que, al separarlo erróneamente, denominamos Espíritu, Alma y Materia en el hombre. La Materia es el Vehículo para la manifestación del Alma en este plano de existencia, y el Alma es el Vehículo para la manifestación del Espíritu en un plano superior, y estos tres son una Trinidad sintetizada por la Vida, que los impregna a todos.
(…) Lo “absurdo” se ha convertido ahora en un dogma para el materialista puro, que repite: “No hay materia sin fuerza, ni fuerza sin materia; la materia y la fuerza son inseparables, eternas e indestructibles (esto es cierto); no puede haber ninguna Fuerza independiente, ya que toda Fuerza es una propiedad inherente y necesaria de la Materia (esto es falso); en consecuencia, no hay ningún Poder Creador inmaterial.» ¡Oh, pobre Sir Isaac [Newton]!
(…) La gravitación es la única causa, el Dios agente, y la Materia es su profeta [¡Un agran indicación para el reconocimiento del papel de la todavía misteriosa gravitación y su supuesta partícula, el gravitón!]
(…) “La materia es eterna”, dice la Doctrina Esotérica. Pero la Materia que el ocultista concibe en su estado laya o estado cero no es la materia de la ciencia moderna, ni siquiera en su estado gaseoso más enrarecido.
(…) Los ocultistas, si quisieran expresarse correctamente, tendrían que decir que no es la materia, sino solo la sustancia o la esencia de la materia (es decir, Mûlaprakriti, la Raíz de todo) lo que es indestructible y eterno; afirman que todas las llamadas Fuerzas de la Naturaleza (la electricidad, el magnetismo, la luz, el calor, etc.), lejos de ser modos de movimiento de las partículas materiales, son, in esse, es decir, en su constitución última, los aspectos diferenciados de ese Movimiento Universal que se ha explicado en las primeras páginas de este Volumen (véase el Prólogo). Si se dice que el Fohat produce “Siete Centros de Laya”; significa que, con fines formales o creadores, la Gran Ley (los teístas la llaman Dios) concentra, o mejor dicho, modifica su movimiento perpetuo en siete puntos invisibles dentro del área del Universo manifestado.
“El Gran Aliento cava a través del Espacio siete agujeros en Laya para hacerlos girar durante el Manvantara” [ciclo de manifestación], dice el Catecismo Oculto.
(…) Lo que en la fraseología moderna se considera como Espíritu y Materia es UNO en la eternidad como la Causa Perpetua; y no es ni Espíritu ni Materia, sino ESO —traducido en sánscrito por TAT, “aquello”—, todo lo que es, fue o será, todo lo que la imaginación del hombre es capaz de concebir.
(…) Ningún filósofo antiguo, ni siquiera los cabalistas judíos, disoció jamás el Espíritu de la Materia o la Materia del Espíritu. Todo se originó en el Uno, y, viniendo del Uno, debe finalmente volver al Uno.». (Cosmogénesis, H. P. Blavatsky)
«Después de todo, la forma de expresión más densa en el plano físico solo es una especie de síntesis, así como la forma más sutil de expresión en el plano más elevado solo es unidad o síntesis de tipo más refinado. Una constituye la síntesis de la materia, la otra la síntesis de la vida.» (Tratado sobre Fuego Cósmico, A. A. Bailey, p. 487, Ed. Fundación Lucis; vers. ingl., p. 597)
Un día se llegará a una Teoría del Uno-Infinito donde se aclarará, con la ayuda de la mente analógica, la jerarquía creadora de aspectos y niveles de vibración (definidos como estados de conciencia) que subyacen a la única Realidad, la única Energía/Materia, y será restablecida la Génesis del Absoluto, la Relatividad universal del sistema cósmico de Energías o Ideas.
Por ejemplo, aquí está un vídeo (The Theory of Everything [La Teoría del Todo]; solo en inglés) que presenta el Modelo Estándar organizado según los números sagrados del 1 (el Bosón de Higgs), el 3 (las tres fuerzas fundamentales: fuerte, electrodébil y gravitatoria; también se considera el 4: fuerte, electromagnética, débil y gravitacional con partículas relativas) y de los 12 (entre partículas portadoras de materia o fuerzas), lo que nos recuerda la Rueda de la Evolución del Zodíaco de la clave astrológica de los Misterios, ordenada según 3 Cruces o ritmos de conciencia, 4 Elementos o estados de sustancia y 12 Signos o fases de interacción entre el espíritu y la materia:
Que nuestro Corazón único e infinito gravite hacia el Absoluto,
que está (y no está) aquí y en todas partes, ahora y siempre.
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* Para apoyar el 5.O Rayo debido a la posición del eje Sol-Tierra en el 5.O sector (15° a 20°) del eje zodiacal Leo-Acuario. Hoy también ocurre una poderosa alineación entre Tierra-Sol-Merak, una estrella de primer rayo de la Osa Mayor, vinculada al misterio de la Vida.
Nota: Este artículo ha sido traducido del original en italiano; consultar aquí.