7. Ordenamiento

7. Ordenamiento

El Taller del Pensamiento ha sido reconocido como un microsistema a imitación del Modelo celeste, orientado a constituir un Orden planetario.

El hecho de que toda la actividad de un microsistema esté ordenada y responda a las Leyes superiores es tan evidente que es inútil hablar de ello. Sin embargo, hay que añadir que también debe ser un ritual. El rito es la magia que une el Espíritu a la Sustancia, el Fuego de la Vida al Fuego del Espacio. Sin su intervención es imposible transmitir la vida, e incluso los pensamientos elevados nacen muertos, es decir, desprovistos de un verdadero poder constructivo.

La mentalidad superficial considera que la regularidad, el ritmo, el orden son cosas simples y hasta triviales para practicar; en verdad, muchas ceremonias de la existencia, en varios niveles, parecen, y a veces son, mera exterioridad, incapaces de verdadera elevación. Por esta razón hay una tendencia a descuidar las auténticas profundidades espirituales. Unir el Espíritu a la Sustancia no es tan fácil como les parece a aquellos que solo entienden el aspecto exterior de la vida física. Para lograr esto, uno debe dominar todas las otras cualidades: solo si las siete están presentes simultáneamente y cooperan, el rito es auténtico y actúa verdaderamente de modo eficaz.

En resumen, no basta con pensar —vagamente— en la nueva Cultura para sembrar impulsos de energías vivas en la conciencia humana. Es necesario querer, amar, comprender, reflexionar, trabajar, comunicar, antes de poder operar de manera «mágica». He aquí la necesaria actitud tranquila y desapegada conocida por aquellos que viven «como alma», entre las cosas y los acontecimientos, exiliados en conciencia de la misma comunidad humana por la que se sacrifican.

Es aquí donde vemos el verdadero valor de los Sistemas múltiples. Cuando los hombres hayan comprendido y asimilado la idea del trabajo que se ha de realizar, que se les ofrece como un regalo, y se adhieran con alegría y sin reservas al programa general, aún tendrán que aprender la realidad del acto «ritual».

Es difícil, pero no imposible. Si la intención es sincera, cada día se deposita un sedimento muy fino de capacidad y progreso: El trabajo nos enseña a trabajar.

Comprendido en un sentido absoluto, el Orden es un valor espiritual, esencial y, por lo tanto, ilimitado y permanente. Cuando se manifiesta cíclicamente, asume aspectos y formas siempre nuevos y diferentes, sin embargo la esencia permanece inalterada. El Orden se identifica con su propio propósito que es propiamente el orden global para el Bien Común. 

El Ordenamiento* estructurado es la Regla de la Vida aplicada en el Espacio; y es necesario restablecerla en la humanidad y en la Tierra, liberando en el Orden, ordenando en libertad.

La aparente discrepancia entre orden y libertad se resuelve con la intervención de otra idea: el Servicio. La regla de la libertad es esta: lo superior sirve a lo inferior, que es necesario para elevarse.
La jerarquía del espíritu se halla al revés en comparación con la humana. Los deberes y las responsabilidades aumentan con el grado que se confiere al mérito del servicio.

El Orden es el ritmo del Corazón cósmico.

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Ver también Introducción a las Direcciones de Trabajo.


* Nota explicativa: En el contexto en cuestión, el término ‘ordenamiento’ se refiere a una asignación, o configuración, de una ordenación conveniente, atribuida principalmente a la idea de una disposición o funcionamiento regulares. 

Es la disposición espacial y energética derivada del Orden jerárquico del Espacio, y así también como las operaciones y actividades necesarias para lograrLo. 

Por tal motivo, a fin de transmitir lo mejor posible este concepto, hemos de expresarlo por medio del siguiente sintagma: «Ordenamiento estructurado». 

Toda vez que el espacio lo permita en el texto, esta expresión la usaremos por extenso, en caso contrario, como por ejemplo en los cuadros o títulos, solamente aparecerá ‘Ordenamiento’; pero siempre se ha de tener en mente su connotación completa.

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