Simétricamente al plenilunio de Aries (marzo del 2021), hoy celebramos el plenilunio de Libra (16:58 horas, CEST): el Poder iniciático e iniciador de Las Osas Mayor y Menor celestes (vídeo en italiano) y de Aries, el Alfa A zodiacal de la manifestación solar, se ejerce a través de la Ley de Libra, «la puerta abierta a Shamballa» —Libra y su posible baluarte cósmico, La espléndida Cruz del Sur—, la Omega W, la base, la consecución de la Voluntad.*
La Cruz del Sur, el Cuaternario de la Materia, según la Astrología esotérica también está relacionada con Libra (que transmite la Luz pura del tercer Rayo, «el movimiento rítmico del fuego» de Aries). Su forma es un trapecio de cuatro estrellas:
«La cruz está formada por cuatro estrellas, y cuatro es el número del aspecto material del ser humano: el cuaternario. La Cruz del Sur, el cuaternario, se está alejando. (…) La Cruz retrocede, y así es la promesa de Libra, llamada la «puerta abierta a Shamballa», el signo en el que se halla el Sendero angosto, como una hoja de afeitar, que conduce al hombre al reino del alma.» (Los Trabajos de Hércules)
Esta bella Cruz de estrellas (Acrux es la estrella principal), la Cruz de la Materia, es análoga al «ladrón malo», opuesto al «ladrón bueno», la Cruz del Norte, El Cisne, asociada al vuelo armonioso del Alma.
La Cuarta Jerarquía humana, el Cristo en nosotros, la certeza de la gloria, transforma la Cruz de la Materia en el vuelo sonoro del Alma para volver a sentarse entre los Tres Reyes o Aspectos monádicos del Cinturón de Orión, el Cristo cósmico, la tercera Cruz en forma de X.
Desde el punto de vista planetario (60° de latitud sur o declinación celeste), La Cruz del Sur es, en cambio, perfectamente simétrica desde el hemisferio austral a la constelación Casiopea (60° norte), la M o W Reina de la Materia y Madre-Matriz del hemisferio boreal. [1]
Si Aries-Las Osas es la Cabeza, el Espíritu, entonces Libra-La Cruz es la Base, la Materia.
Elevar los plenilunios de Aries y Libra a Las Osas y a La Cruz del Sur abre la puerta a las Fuentes de la Resurrección, a los Siete Maestros de los Siete Rayos, que afirman el Derecho cósmico al Gozo infinito:
«(…) Remóntate con el pensamiento. Vuela por medio de la afirmación.
Vuela a través el amor.
Y comprenderás el gozo de volar.
Y el abismo de la vida estará entonces bajo tus pies.
Y un milagro de colores llameantes irradiará en las cercanías de la espléndida Cruz del Sur.
Todo se puede lograr.»
(Hojas del Jardín de Morya, “Llamamiento”, § 328, Agni Yoga)
Soy la Voluntad de equilibrar el Espíritu y la Materia.
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* En este séptimo año del quinto septenio, litúrgico y solemne, se pretende celebrar los Plenilunios como fechas o direcciones de conexión con las fuentes estelares supremas que rigen nuestro universo local, nuestra Morada cósmica, «el Ser en el que vivimos, nos movemos y somos».
A fin de nutrir este ritual interior, rítmico y poderoso, en cada «cita celeste» se presentan extractos del documento La Orden de Orión (de momento solo en italiano; próximamente lo traduciremos al castellano), «una investigación astrofísica sobre la esencia solar y cósmica de la humanidad», para trazar los posibles e infinitos senderos entre la Luna y el Uno.
[1] La Mujer en el Trono (Casiopea), la Materia triunfante, es conquistada por Perseo, «el domador», el que puede vencer al monstruo (Cetus, la Ballena). Se dice que Perseo poseía el casco de la invisibilidad, las sandalias de la velocidad, el escudo de la sabiduría y la espada del espíritu (Los Trabajos de Hércules); por lo tanto, es un Mercurio, como regente esotérico de Aries: la mente iluminada que avanza y gobierna. Perseo, el Príncipe que viene, «mató a la Medusa, un símbolo de la gran ilusión» y liberó a Andrómeda, la Mujer Encadenada, hija de Casiopea y Cefeo, la materia dominada y controlada.