En este año 5.7 (el último del quinto septenio del Plan, cuya Meta es «La Liturgia creadora del Grupo y del Trabajo») nos enfocamos en los siete aspectos de la séptima energía creadora, que se manifiesta como Orden, Rito y Magia ceremonial; para ello, publicamos algunos extractos de “El Libro de los Rituales” (documento en inglés).
Hoy es la vez de su Quinto aspecto:*
«Los rituales presentados aquí podrían haber sido, ciertamente, diferentes. Esta frase puede resultar desconcertante para el discípulo-lector que, dispuesto a comprometerse con un propósito serio, descubre que los textos básicos presentan nada más que una de las muchas soluciones posibles, y ni siquiera la mejor. Él preferiría creer, y así sentirse más seguro, que las herramientas de su oficio estuvieran certificadas, por así decirlo, o mejor aún, garantizadas, por un sello de autoridad.
En cambio, tiene que rendirse y aceptar lo que al principio le parece una situación incómoda e incierta, y que solo más tarde se convertirá en una garantía de libertad e independencia. Lo múltiple es una ley universal de las cosas manifestadas, puesto que el Uno solo encuentra una expresión completa en la infinidad de formas; y cada una de ellas lo contiene completamente, pero ninguna lo expresa de modo perfecto.
Por lo tanto, el discípulo que ha recibido el llamamiento para realizar su ritual debe empeñarse en hacerlo lo mejor posible, sabiendo bien que contiene una dosis de verdad, pero sin confundirlo con lo absoluto ni pretender que lo sea. Eso es sagrado para él, pues ciertamente ha sido recogido del Cielo; pero hay Cálices mayores que a su debido tiempo se llenarán con rituales más celestes. Por otro lado, hay que reconocer que es necesario acostumbrarse a hacer el mejor uso de las herramientas de qué se dispone, por muy pobres e inadecuadas que fueran, ya que esta es realmente la forma más segura de disponer de otras más dignas en el momento oportuno.
Por consiguiente, es bueno dedicarse a llevar a cabo el ritual sin duda alguna, como si fuera perfecto y poderoso, ya que mucho depende de la forma en que se lo utilice, como ocurre con cualquier herramienta humana.
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Las diversas liturgias, en su mayoría de carácter religioso, que han contribuido a dar forma al ya viejo y decadente orden, se han presentado y vivido como únicas e insustituibles. Esto ha tranquilizado a los fieles, pero no ha impedido que esas formas se desmoronasen y se hicieran añicos.
Por lo tanto, es mucho más prudente aconsejar al Sistema que acepte y recuerde que cualquier rito es siempre imperfecto, pero que, sin embargo, contiene una pequeña joya de verdad, que es perfecta.
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Hay otras razones por las que —mientras se lleva a efecto el Rito único en el corazón— uno se ve obligado a utilizar una pluralidad más o menos grande.
El espacio solar, tal y como se ve desde la Tierra, está dividido en doce sectores zodiacales reconocidos, cada uno de diferente cualidad; y quienes viven en este planeta deben tenerlo en cuenta. Se podría decir que solo las Inteligencias solares, es decir, el pueblo ardiente del Cielo, puede inventar y celebrar un rito.
Por lo tanto, los rituales que se ofrecen aquí al Sistema son doce, uno para cada signo; pero también podrían ser tantos como los días del año, o solo cuatro por siglo…
Otra razón de la pluralidad es la causada por la Estrella solar, es decir, el conjunto de siete planetas sagrados, cuyas posiciones recíprocas y diversas fases energéticas cambian constantemente, influyendo de forma variable en la Tierra y en todos sus contenidos. (…)
Si es cierto que el Sol presenta un rito unitario a sus planetas-discípulos, es inevitable que genere multitud de ritos diferentes, tantos como globos haya: son las respuestas de cada uno de ellos al gran Llamamiento.
Pero su simbolismo debe ser unificado, como un verdadero lenguaje interplanetario. En esto se ve la fuerza irreprochable de la séptima cualidad divina, que forja muchos rituales para llegar al Ritual.
Como grandiosas flores de luz, todos los planetas adoran al Sol, al que rinden culto, expresado de tantas formas diferentes pero comunicantes. La combinación de todos estos rituales promueve y expresa la comunión solar.»
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«El plan universal solo puede hacerse realidad bajo tensión, solo si todas las cuerdas entran en resonancia. Lo predestinado se concreta solo cuando la estructura se tensa. La cúpula del firmamento terrestre es estable si se apoya en la atracción mutua entre los grandes soportes del Cosmos; pero si esto falla, sufre oscilaciones irregulares. Por lo tanto, esos soportes sostienen la estructura o la destruyen; ellos siempre pueden reunir las energías más dispares. El Universo proyecta sus energías según la polaridad; lo negativo y lo positivo construyen juntos la forma.» (Infinito I, § 322, Agni Yoga)
* En este día contemplamos la luminosa conjunción entre Venus y Urano, desde el punto de vista heliocéntrico.