Hoy, 12 de agosto, celebramos la octava de las 12 Festividades de la nueva Religión Mundial, el Plenilunio de Leo (03:36 horas CEST). Es la festividad orientada a afirmar la Voluntad de gobernar desde el Centro.
08_Leo – Adriano N.
El Centro del Sistema Solar, el Sol, manifiesta el poder del Gobierno central que afirma y ejerce, como Origen radiante de la Vida de nuestro Logos u Hombre solar, sobre todas sus criaturas, —parte de su Ser, de su Conciencia y de su Cuerpo mismo.
A través de su Esfera ígnea, todas las criaturas manifestadas reciben vitalidad, calor y luz en el plano físico, mientras que en los planos interiores o superiores es su Fuego solar y eléctrico el que le suministra la Inteligencia, el Amor y la Voluntad —la Tríada de Rayos o Cualidades primarias de la Vida—. Según el nivel de Conciencia, o Potencia solar, desarrollado por medio de la Evolución, cada unidad de vida, o criatura, resplandece y gobierna su propio Campo, que es cada vez más capaz de identificarse con el poder y el amor del Padre-Madre —la Díada original, radiante y ondulante de su vida—. Cada Hijo, cada conciencia, está destinado a convertirse en una Esfera solar, capaz de gobernar o irradiar la vida en todas las direcciones.
Desde el Centro se gobierna. El Logos solar gobierna desde el Centro toda la cadena de sus Jerarquías creadoras que expresan su Voluntad, Amor e Inteligencia.
El Sol es el Corazón de su Sistema, y el Corazón es el sol de su sistema. Esta equivalencia revela el Amor como siendo el móvil universal y la energía sintética, o suma, de nuestro Sistema Solar (el Rayo Divino: el Segundo Rayo).
En Leo, y particularmente en su Plenilunio, «la mayor festividad de la nueva Religión Mundial» sagrada a la Correlación cósmica con el Sol de los Soles, Sirio —el Ego superior de nuestro Sol y la Fuente cósmica de Amor inteligente—, todos los soles o centros de poder y energía, desde el nivel atómico hasta el complejo del Sistema Solar, son elevados por el Fuego solar de la Vida, que impulsa la espiral de su Conciencia, o Evolución, hacia arriba y adelante.
«La atracción hacia el centro del Fuego generador hace que las energías sean conscientes. Toda emisión o atracción de Fuego, desde o hacia el centro, conduce a la expresión de la conciencia. El centro es el núcleo que contiene todo el potencial (…). El espacio está sembrado de centros (…).» (Infinito I, § 384, Agni Yoga)
Cada ser es atraído y llamado por su nivel superior; de igual modo, el Corazón planetario, la Jerarquía planetaria constituida por los Centros con Conciencia de Grupo o solar, es ahora poderosamente atraído y estimulado por Su Prototipo en ese gran Sol de Soles, la Logia Blanca de Sirio.
Y el Hombre de la Tierra, nosotros, a su imagen y semejanza, estamos llamados a imitar el arte de gobierno de las Jerarquías del Cielo, de las Estrellas, para liberar o restablecer la Humanidad Una, el Centro y la base de la Comunión necesaria para anclar el Orden y el Plan de Evolución solares en el Planeta.
«Todos los acontecimientos se reúnen en torno a un único punto focal. Todos los signos apuntan a un solo centro. Un único Fuego está manifestado en todo, y su simiente atrae las energías correspondientes. Así se cumplen todos los acontecimientos cósmicos. Por lo tanto, solo la comprensión total del único punto focal dirige las búsquedas espirituales hacia la simiente. Cuando es así, la creación se vuelve una constante; entonces, en verdad, ¡el compromiso ferviente entra en el cauce de la acción! Solo así se logra la estabilidad del espíritu, y la sutil comprensión del Infinito nos impregna.» (Jerarquía, § 223, Agni Yoga)
Por consiguiente, afirmemos el poder de gobernar desde el Centro de los centros.
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«El Sol se centra en su Cielo y lo gobierna.
Día tras día, lo cultiva. Está en el Lugar del mayor sacrificio, donde está en llamas.
Por eso es el Sumo Sacerdote del sistema y transmite el Fuego de la Vida.
El Sol es el ejemplo brillante del verdadero poder, el que otorga la libertad,
paso a paso, según el programa.
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¿Puede el Orden ser libre?
¿Y la libertad, ordenada?
El dilema solo se resuelve cuando se reconoce el Bien común:
cuando se establece la unión sagrada,
cuando el yo ilusorio calla,
cuando el sacrificio está consumado.
El Orden vive de libertad, y la verdadera libertad solo es posible en el Orden.»
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El Centro es ese lugar del Fuego,
ese Origen radiante de la Vida
que libera en el orden, ordenando en libertad.
He aquí la obra mágica ritual de cada Corazón o Centro solar,
porque es bello lo que es íntegro en torno a un Centro;
y la belleza es el signo de la unión.
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«Somos como las estrellas, que otorgan vida, amor e inteligencia.» [1]
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«(…) El Centro irradia porque mezcla las conciencias. El Centro es potente porque unifica los corazones. ¡El Centro es invencible, lo repito! Por lo tanto, que el Centro espiritual irradie en los corazones de quienes coadyuvan.» (Jerarquía, § 152, Agni Yoga)
[1] Extractos reelaborados del Ritual de Leo (en el Libro de los Rituales, en inglés).