El Obra de la Jerarquía

Hoy estamos inmersos en un poderoso flujo de Energía cósmica, solar y planetaria, causado por la alineación de Sirio, el Sol y la Tierra, mientras que al mismo tiempo ocurre el Plenilunio* en Cáncer. Dedicamos, pues, estas notas al trabajo de la Jerarquía, en honor del hecho de que Sirio —el Sol de los soles—, según las indicaciones de las Enseñanzas esotéricas transhimalayas, es el Logos cósmico cuya Estrella es la sede del Prototipo de nuestra Jerarquía planetaria de Maestros.

Agreguemos otra observación del firmamento: Hoy también se produce la alineación entre el Sol y Canopus, la estrella más brillante después de Sirio, de la constelación “Nave Argo”. Según la tradición, la estrella es el timonel de la mítica nave celeste que conduce a los héroes en su viaje de búsqueda espiritual. De Canopus irradia el Misterio del Guía.

«Sería una locura zarpar sin timón. Pero el Piloto está predestinado y la creación del corazón no perecerá en el abismo. Como hitos en un camino luminoso, los Hermanos de la Humanidad están vigilantes, en guardia, listos para guiar al viajero (…)» [1]

Dejemos que un deseo nos acompañe: «Solo entonces podrás convertirte en un “Caminante del Cielo”, caminando sobre los vientos por encima de las olas, sin que tus pasos toquen las aguas.

Antes de poner el pie en el último peldaño de la escalera de los sonidos místicos, debes escuchar de siete maneras la voz de tu Dios interior. (…)» [2]

Y así, en esta fecha apropiada para honrar a los Guías amorosos —los Hermanos mayores—, resolvemos imprimir en nuestros corazones algunas piedras angulares de la obra de ellos. Seremos concisos y nos centraremos en el trabajo jerárquico, porque es posible encontrar indicaciones más amplias en el documento publicado en estas páginas, La Jerarquía, que cita las referencias (origen, organización, etc.) que están distribuidas en todos los textos de las Enseñanzas.

Empecemos por dos piedras angulares:

  • La Jerarquía es una síntesis de Energías destinadas a la evolución planetaria.

En la Tríada que se compone con Shamballa (el Agente del Propósito extraplanetario/Centro de la Cabeza/Voluntad/1.er Rayo) y con la Humanidad (Centro de la Garganta/Inteligencia creadora/3.er Rayo) representa precisamente al Agente del Plan de Evolución, el Centro del Corazón, la expresión del Amor divino, el 2.o Rayo.

  • La Jerarquía de nuestro esquema planetario está conectada con la Jerarquía solar y con todas las Jerarquías cósmicas.

En particular, una corriente de energía procedente de Sirio, al entrar en la Jerarquía planetaria, trae consigo el principio de buddhi o Amor cósmico, ese principio que se encuentra, como fuego eléctrico, en el corazón de cada átomo.

La Jerarquía guía la evolución de acuerdo con las leyes del Imán cósmico.

  • Para la tercera piedra angular, nos ayudaremos a veces de citas textuales, en aras de la claridad y el rigor, extrayéndolas especialmente de Iniciación Humana y Solar [3], en la que se describe el trabajo jerárquico, dividiéndolo en cuatro direcciones:
  • 1) Desarrollar la autoconciencia en todos los seres:

«(…) Lo hace principalmente en el hombre cuando comienza a unificar los tres aspectos superiores del espíritu con los cuatro inferiores; lo hace dando constantemente ejemplo de servicio, sacrificio y renuncia, y mediante la emanación continua de corrientes de Luz, entendida en el sentido oculto [La Luz, Primera Parte; La Luz, Segunda Parte]. La Jerarquía también puede verse como el conjunto de fuerzas del quinto reino de la naturaleza existente en nuestro planeta. Se entra en este reino gracias al pleno desarrollo y dominio del quinto principio, la mente, y a través de su transmutación en sabiduría, que es literalmente inteligencia aplicada a todos los estados del ser con el uso plenamente consciente del amor discernidor.» (pp. 20-21)

Cada reino de la naturaleza —mineral, vegetal, animal, humano y espiritual— representa un determinado tipo de conciencia «(…) y el trabajo de la Jerarquía consiste precisamente en desarrollar cada uno de ellos hasta la perfección, ya sea mediante ajustes kármicos, ya sea por medio de determinadas fuerzas, ya sea proporcionando las condiciones adecuadas. (…)» (p. 21)

En el reino mineral, el trabajo jerárquico tiene por objeto el desarrollo de la actividad discernidora y selectiva, dirigida a la construcción de las formas, manifestando de manera elemental el tercer aspecto divino de la actividad.

En el reino vegetal, a la facultad discernidora se une la de responder a las sensaciones, manifestando, aunque embrionariamente, el segundo aspecto de la divinidad.

En el reino animal, la actividad y la sensación se intensifican y algunos rastros del primer aspecto divino, la voluntad y el propósito, se expresan como instintos hereditarios.

El hombre es el macrocosmos de los tres reinos inferiores, ya que en él se sintetizan estas tres líneas de desarrollo: «(…) es, en efecto, inteligencia, activa y admirablemente manifestada; es el amor y la sabiduría incipientes, aunque por ahora solo sean la meta que se ha de alcanzar; posee, en estado embrionario, la voluntad dinámica llena de iniciativa que alcanzará un desarrollo más completo en el quinto reino.

En el quinto reino se desarrolla la conciencia de grupo, que se manifiesta en el pleno florecimiento del Amor-Sabiduría. (…)

Desarrollar los diversos atributos de la divinidad, cuidar la simiente de la autoconciencia en todos los seres, es el trabajo de las entidades que han pasado más allá del cuarto reino y viven en el quinto, que han tomado la gran decisión, han hecho la inconcebible renuncia para permanecer dentro de los límites del esquema planetario y así cooperar con los planes del Logos planetario en el plano físico.» (pp. 22-23)

  • 3) Transmitir la Voluntad del Logos planetario:

«La función de la Jerarquía es actuar como agente de transmisión, al hombre y a los devas o ángeles, de la Voluntad del Logos planetario y, a través de Él, de la Voluntad del Logos solar. (…) Una de las grandes comprensiones logradas por los que entran en el quinto reino es la percepción del tipo particular de energía propia del Logos planetario. (…)» (p. 23)

  • 4) Ser un ejemplo para la humanidad:

«El cuarto hecho fundamental es que la Jerarquía espiritual está compuesta por aquellos que han triunfado sobre la materia y han alcanzado su meta dando los mismos pasos que todo hombre está dando hoy. (…) pueden amar con un amor que es más fuerte que todos nuestros fracasos, ya que se basa en la paciencia y la experiencia. Todos estos Hermanos mayores nuestros, sin distinción alguna, han sufrido la crucifixión del yo personal y conocen la renuncia total que todo aspirante tiene que afrontar actualmente. (…) Estos Hermanos mayores están dotados de un amor incansable, siempre encaminado al bien del grupo; están dotados de unos conocimientos adquiridos a lo largo de milenios, en los que han seguido el camino de la evolución desde su inicio casi hasta su meta final; (…) están dotados de un propósito iluminado e inteligente, inspirado en la cooperación en armonía con el grupo y con el plan jerárquico y, por lo tanto, con el del Logos planetario. Por último, Ellos conocen el poder del sonido(…) Conociendo bien el Plan y poseyendo una visión clara e iluminada, pueden dedicar Su voluntad inquebrantablemente y con firmeza a la gran obra creadora a través del poder del sonido. (…)

Cuando los hombres hayan comprendido los cuatro hechos aquí expuestos y estos se hayan convertido en una verdad reconocida en su conciencia, podremos esperar el retorno del ciclo de paz, descanso y justicia que todas las escrituras del mundo predicen. El Sol de Justicia nacerá entonces trayendo salud a los hombres y la paz que sobrepasa todo entendimiento reinará en sus corazones.» (pp. 24-25)

Estas últimas palabras auguran un mundo en el que el sonido del Misterio del Guía jerárquico, el Llamamiento de los Maestros del Bien común, despertará poderosos ecos en los corazones de la Humanidad una. En el camino de la investigación, en el que el reconocimiento de esta Presencia golpea el corazón como verdad, nos sostienen la fe, la idea de hermandad, la íntima sincronización con la visión jerárquica, el sentido de la responsabilidad y de la belleza al tender a colaborar con Ellos y el impulso hacia el infinito. La Enseñanza nos dice que entre los principales propósitos de los Ejecutores del Plan está «(…) establecer en el universo un centro magnético, del cual el reino humano y el reino de las almas —unidos o unificados— constituyan el punto de máxima potencia, para servir a las Vidas desarrolladas en la esfera de irradiación de Aquel de Quien nada puede decirse. (…)» [4]

Para concluir, citamos dos pasajes de Jerarquía:

«(…) Les preguntará: “¿Cuáles son los fundamentos de la fortaleza de la Hermandad?” Les responderán: “Son las doctrinas del corazón, del trabajo, de la belleza, de la evolución y de la tensión, las más importantes de todas.”

Somos Cultivadores del Infinito. Donde el compromiso universal no encuentra respuesta, los Hermanos de la Humanidad no se manifiestan. Inundamos el Espacio con un flujo de evolución. (…) (§ 1)

«Por lo tanto, que todos reconozcan a la Jerarquía como la suma total de Quienes protegen a la humanidad. Así evoluciona y demuestra su ardiente capacidad creadora. De esta manera se respeta la ley, y solo así la vida permanece impregnada del inmenso poder de la unión. Así se crea la vida.» (§ 235)

Abrazando la visión jerárquica, nos sentimos infundidos por un profundo sentimiento de gratitud.

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* En el trabajo meditativo cíclico que sigue a las Energías celestes, este Plenilunio marca la interiorización profunda de la Luz recibida en el Plenilunio anterior en Cáncer, el 22 de junio, al que seguirá el segundo, el 21 de julio.

[1] Jerarquía, “Introducción”, Agni Yoga.

[2] La Voz del Silencio, H. P. Blavatsky.

[3] Iniciación Humana y Solar, A. A. Bailey.

[4] Psicología Esotérica, Vol. II, A. A. Bailey.


 

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