«Corresponde, pues, a la ciencia iluminar la conciencia y afirmar la humanidad en el Infinito.»
(Infinito II, § 265)
«ATENIESE: Queridos amigos, en la época de aquella antigua legislación el pueblo … se sometía voluntariamente a las leyes.
MEGILLO: ¿A qué leyes?
ATENIESE: En primer lugar, a las leyes relativas a la música.
(Leyes III, 700A, Platón)
Manuscrito de W.A. Mozart
*
«¿Qué quiero decir cuando hablo de «vibración recíproca»? Me refiero a la adaptación de la personalidad, o Yo inferior, al Ego o Yo superior, al dominio del rayo egoico sobre el de la personalidad y a la combinación de su tonalidad. Me refiero a la mezcla del color primario del Yo superior con el color secundario del Yo inferior hasta que resulte en belleza. Al principio hay disonancia y discordia, un choque de colores y una lucha entre lo superior y lo inferior. Pero con el paso del tiempo, y más tarde con la ayuda del Maestro, se produce la armonía de color y tono (que son sinónimos), hasta que aparece la nota fundamental de la materia, la tercera mayor de la personalidad alineada, la quinta dominante del Ego, seguida del acorde completo de la Mónada o Espíritu.
Durante el discipulado buscamos la dominante del Ego; pero antes debe vibrar la tercera perfecta de la personalidad. A lo largo de las diversas encarnaciones hacemos vibrar las variaciones de todas las notas intermedias, y unas veces nuestras vidas vibran en tonos mayores, otras en menores, pero siempre tienden hacia la flexibilidad y a mayor belleza. En el momento oportuno, cada nota se ajusta a su propio acorde, el del Espíritu; cada acorde forma parte de una frase, frase o grupo al que pertenece el acorde, y ésta constituye una séptima parte del todo. Las siete secciones completan entonces la sonata de este sistema solar, parte de la triple obra maestra del Logos o Dios, el Maestro de Música.» (Cartas sobre Meditación Ocultista, Alice Bailey; p. ing. 4)
La forma del violín, Hans Kayser
The Orchestra Project (Filarmónica de Helsinki), Marko Rantanen
«Vosotros, mis jóvenes amigos, que os habéis acercado al arte y a la creación, deberíais poder utilizar vuestros talentos como condensación de vuestras fuerzas, pues el sonido y el color, el pensamiento y el ritmo son los fundamentos del Universo y de nuestra existencia. Sonido y color, conocimiento y creación son el cáliz del Amrita, ¡el cáliz de la Inmortalidad! La creación eterna e incesante de la Vida universal nos rodea, y nosotros, siendo parte de esta gran creación, debemos crear en cada momento de nuestras vidas – con el pensamiento, con la palabra, con la acción.
Mis jóvenes amigos, llenad el tesoro de vuestro espíritu. Absorbed todos los sonidos, todos los colores, todos los ritmos de la fuente inconmensurable del Espacio. Estas excelentes vibraciones, conscientemente asimiladas, refinarán vuestra receptividad y vuestro pensamiento. El refinamiento de la receptividad te permitirá penetrar en los Santuarios del Espacio y abrirá ante ti el camino gozoso del logro y de la ascensión continua e infinita». (Cartas de Helena Roerich, vol. I, 1929)
Rosetón Norte, Notre Dame de Paris
«No olviden que el sonido compenetra todas las formas; el planeta mismo tiene su propia nota o sonido; cada diminuto átomo tiene su sonido; cada forma puede ser evocada en la música y cada ser humano tiene su acorde particular, y todas los acordes contribuyen a la gran sinfonía que la Jerarquía y la Humanidad están ejecutando y ejecutan ahora. Cada grupo espiritual tiene su propia tonalidad, si puedo emplear una palabra tan inadecuada, y los grupos que colaboran con la Jerarquía emiten música incesantemente. Este ritmo de sonidos y esta miríada de acordes y notas se fusionan con la música de la Jerarquía, y tal sinfonía se enriquece continuamente; en el transcurso de los siglos, estos sonidos se unirán lentamente y fusionarán entre sí hasta que algún día la sinfonía planetaria que Sanat Kumara está componiendo, habrá terminado y nuestra Tierra hará una notable contribución a los grandes acordes del sistema solar, lo cual constituye una parte intrínseca y real de la música de las esferas. Entonces, como dice La Biblia, los Hijos de Dios, los Logos planetarios, cantarán al unísono. Tal será el resultado de la correcta respiración, del ritmo controlado y organizado, del verdadero y puro pensar y de la armoniosa relación de todas las partes del coro.» (Glamour, Un Problema Mundial, Alice Bailey, p. ing. 260)
Cúmulos de galaxias Abell (NASA – Observatorio Chandra de Rayos X)
________________________________________________________
En el turbulento Cielo heliocéntrico de hoy, centramos nuestra atención en la conjunción, al comienzo de Acuario, entre Plutón, Custodio junto con Vulcano del Primer Rayo, Aquel que destruye las formas para que la esencia encuentre nuevos instrumentos y modos de expresión y que, en este signo, derriba viejas y obsoletas estructuras de pensamiento para crear otras nuevas y deslumbrantes, y la Musa Euterpe, la Dama de la Musicalidad en todas sus formas, Aquella que anima a través de la poesía y la música. En la Ciencia de la Nueva Era en la que estamos entrando, el Sonido no puede sino ser un punto de referencia y una herramienta fundamental para devolver a la Luz tesoros de belleza y sabiduría desde las profundidades de la conciencia humana. Su canto sublime combinado en el agua de la vida de Acuario, signo jerárquico, es un memento y una invitación a la regeneración total a través del conocimiento y la aplicación de las Leyes del Sonido, de esa Armonía viva, que es ley en el Universo y que el hombre no puede ignorar ¡sin condenarse a sí mismo! La resonancia interior con la Música de las Esferas que vagamente comienza a percibirse, ¡asegura a la Humanidad un destino cósmico!
*
«Ahora debemos volver a la importancia del sonido…
No hay mejor ejemplo que el sonido físico para compararlo con el Mundo Sutil…»
(Corazón, § 66, 327)
«Busca a una profundidad suficiente y encontrarás que hay música por todas partes.»
(atribuido a Gustav Holst)