En la Festividad solar de Aries (Plenilunio a las 02:23 horas GMT), sagrada para la Resurrección al Amor divino,* sembramos las Siete Reglas para obtener el control por el Alma, «las reglas fundamentales que determinan el gobierno jerárquico y condicionan así los asuntos del mundo (…), las actividades sutiles de las energías que, interiormente, animan a las externas y producen los acontecimientos que constituirán la historia del hombre».
Los planes e intenciones de nuestra Jerarquía planetaria «apuntan a metas y logros más allá de la visión de la que es capaz el hombre normal. Si fuera de otro modo, la meta principal de la evolución planetaria sería el desarrollo del alma en el hombre. Pero no es así. Puede serlo desde el punto de vista del hombre mismo, considerado como una unidad en esencia separable e identificable en el gran esquema cósmico. Pero no es así para el todo mayor del que la humanidad es sólo una parte. Los grandes hijos de Dios que se han elevado por encima del nivel de los Maestros que trabajan exclusivamente para el reino humano, tienen planes aún mayores y más amplios, y Sus objetivos incluyen a la humanidad solo como un detalle del Plan de la Gran Vida «en Quien vivimos, nos movemos y somos».
Cabe preguntarse (con razón) de qué sirve esta información a quienes se encuentran en medio de las confusiones y ansiedades del mundo. Por razones obvias, una visión del Plan, aunque sea necesariamente nebulosa, da un sentido de proporción e incluso de estabilidad. Lleva a reajustar los valores, lo que es sumamente necesario, pues indica que en todas las dificultades de la vida cotidiana hay un propósito y un fin. Con el estudio del gran libro de la vida planetaria, desde la pequeña y refinada estructura del hombre hasta el gran complejo general, con sus respectivas relaciones con el Todo, la conciencia se agranda y se expande. Esto es mucho más importante que los minuciosos detalles de la capacidad del individuo para comprender su lugar en el cuadro mayor. Es fácil y natural para el hombre enfatizar aquellos aspectos del trabajo jerárquico que le conciernen. Los Maestros de Sabiduría, que están tan avanzados como para poder ocuparse de esferas más amplias del plano espiritual, a menudo sonríen ante la importancia que discípulos y aspirantes les atribuyen, y de la manera en que los sobrevaloran. ¿No se dan cuenta de que hay Miembros de la Jerarquía dotados de un conocimiento de la verdad y del Plan divino que supera al de los Maestros conocidos por nosotros, en la misma medida en que estos superan al hombre salvaje y no desarrollado? Reflexionen sobre ello.
Sin embargo, no es inútil que los discípulos y aspirantes intenten captar los contornos inciertos de la estructura, el propósito y el destino que resultarán del cumplimiento y la fructificación del Plan. Esto no debe evocar ningún sentimiento de impotencia, de lucha sin fin o de conflicto casi permanente. A pesar de la limitación del hombre y de su vida, del inmenso perímetro del cosmos y de la minúscula naturaleza de nuestro planeta, de la vastedad del universo y de la certeza de que no es más que uno entre innumerables (digo innumerables) universos mayores y menores, hay, sin embargo, en el hombre y en este globo, un factor y una cualidad por los que todo esto puede verse y realizarse como parte de un todo, y que permiten al hombre (escapando, como puede, de su autoconciencia humana) ampliar su conciencia y su identidad hasta el punto en que los aspectos formales de la vida ya no constituyen barreras para su espíritu omnicomprensivo. Escribir estas cosas y proponer estas ideas también sirve porque quienes pueden comprenderlas están a punto de encarnar, cuando los lectores de hoy estén muertos y enterrados [escrito en 1935-1939]. Ustedes y yo pasaremos a otro trabajo, pero en la Tierra habrá hombres que podrán ver el Plan con una claridad, comprensión e inclusividad muy superiores a las nuestras. La visión es una prerrogativa divina. La expansión es un poder vital y una característica divina. Intentemos, pues, comprender lo que es posible en este nivel de desarrollo y dejemos que la eternidad revela sus secretos ocultos.
Siete son los factores que determinan este proceso particular de trabajo jerárquico y, por lo tanto, siete las reglas principales de la vida divina que evoluciona en la familia humana. Éstas, si podemos expresarlo así, determinan la actividad jerárquica, dejando un amplio margen para el esfuerzo individual, al tiempo que proporcionan las directrices activas y vitales, más allá de las cuales ningún colaborador del Plan puede osar aventurarse.»
Aquí hay extractos sobre Las Siete Reglas para obtener el control por el Alma:
Las Siete Reglas para obtener el Control por el Alma
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* Habrá tres festividades principales cada año concentrados en tres meses consecutivos, cuyo prolongado impulso espiritual influirá en el resto del año. Serán:
- La Festividad de Pascua. Es el Festival del Cristo viviente resucitado, el Instructor de los hombres y el Guía de la Jerarquía espiritual. Es la expresión del Amor de Dios. En ese día será reconocida la Jerarquía espiritual que Él guía y dirige, y se pondrá el énfasis sobre la naturaleza del Amor de Dios. Este festival será fijado anualmente de acuerdo a la primera Luna llena de Aries, y constituye la gran Festividad cristiana de Occidente.
- La Festividad de Wesak. Es el Festival del Buddha, el Intermediario espiritual entre Shamballa, el centro espiritual más elevado, y la Jerarquía. El Buddha es la expresión de la Sabiduría de Dios, la Personificación de la Luz y Quien señala el propósito divino. La fecha será fijada anualmente de acuerdo a la Luna llena de Tauro, así como sucede actualmente; es la gran Festividad de Oriente.
La Festividad de Buena Voluntad. Será la Festividad del espíritu de la humanidad que aspira llegar a Dios, trata de adaptarse a la voluntad divina y dedicarse a expresar correctas relaciones humanas. Será fijado anualmente de acuerdo al Plenilunio de Géminis. En ese día será reconocida la naturaleza espiritual y divina del género humano. (La Reaparición de Cristo, A. A. Bailey Colección Lucis, p. 155)