1. Propósito

1. Propósito

TPS pretende establecerse como un «Taller del Pensamiento», un lugar simbólico del que forman parte todos aquellos que aspiran al Servicio Planetario. Lo que el Trabajador aprenderá en el Taller será la capacidad de actuar, proyectar y construir de forma libre, pero cooperando con todos los demás sistemas pensantes activos en el Espacio que los acoge y los nutre con energía viva.

En este gran Taller no hay instructores que repitan pacientemente sus lecciones; todos enseñan a todos y todos son libres de elegir y de cambiar su propio modelo. Esta es una de las razones por las que los estudiantes son siempre estudiantes y los profesores no enseñan. La cualidad y la luz del pensamiento, y la calidez que emana, atraen y guían a los alumnos.

El Taller del que hablamos no está encerrado en una casa o edificio, por muy grande que uno se lo imagine: está al aire libre, y se pueden ver el Sol y las otras estrellas. Es el gran Taller cósmico de la Vida. Es secreto y, a la vez, evidente. Todos asisten a él. Las lecciones algunos las aprenden mejor que otros; sin embargo, todos siguen sus cursos.

En el Taller, el hombre se da cuenta de —y lo reconoce— que «saber conformar un pensamiento es un arte» que no se puede aprender en poco tiempo, pero que es accesible a cualquiera y que por etapas va subiendo en grados de competencia. El Taller del Pensamiento es la escuela ideal que, sin tener un cuerpo docente, sin medidas restringentes, sin divisiones rígidas en cursos inferiores y superiores, sin repartir diplomas ni títulos, deja a los estudiantes la libertad de elegir y de cambiar la dirección de sus estudios; y los conduce a todos, no a un mismo nivel, sino al dominio de todos los temas, variados y diferentes para cada uno.

La mayoría de los estudiantes aprenden del Uno; y una vez que hayan terminado de asistir a la Escuela, son todos diferentes, sin embargo cooperan en libertad. En tal «Universidad universal», los niveles de aprendizaje son innumerables y están dispuestos de tal manera que puedan ser utilizados por cualquiera, puesto que, en ausencia de un cuerpo docente, todos son al mismo tiempo estudiantes y profesores. De este modo, se transmite, desde lo Alto, el arte de conformar los pensamientos, de forjarlos, de hacerlos transparentes y, finalmente, luminosos.

Premisas como las que han sido escritas ahora, que no concluyen nada, sino que abren caminos y perspectivas siempre nuevos, generan otras cuestiones que respondemos paso a paso, pero conscientes de nuestra humilde posición, aunque noble:

– ¿Cómo se conforma un pensamiento?
– ¿Qué pensamiento conformar?
– ¿Con qué procedimiento?

El corazón sabe cómo y qué responder tan pronto las vibraciones alternas de la razón se hayan aquietado. Hay dos grandes caminos que conducen al uso superior de la mente; de cada uno de ellos salen las ramificaciones que los conectan:

  1. Olvidarse del yo inferior.
  2. Observarlo con mucha atención.

Tanto el primer camino como el segundo han de ser recorridos simultáneamente. Ambos se desprenden de la Persona: el primero, porque olvida su existencia y lo conduce al mundo del Ser; el segundo, porque observa sus actividades como si fuera otro Ente, fuera del Centro observador.

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El propósito del Taller del Pensamiento es, por lo tanto, aprender a conformar conscientemente unas nuevas Cultura y Civilización humanas con el poder de la inteligencia amorosa o el amor inteligente, que son los fundamentos y las energías constituyentes del Plan evolutivo. 


Ver también Introducción a las Direcciones de Trabajo.

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