Con motivo de la Navidad se siembra el fruto del trabajo anual de un grupo de estudio de la Génesis de la Idea de Síntesis. He aquí la premisa, el Lambdoma y el texto relacionado. En la sección Documentos encontrará el texto completo con los étimos relacionados y las fuentes de referencia. [Nota: De momento este documento existe solo italiano; su traducción al castellano está en proceso.]
Este texto es la declinación de la sexta columna del Lambdoma de las Ideas del Absoluto, dedicada a la Síntesis. El septenario constituye el Eje central de un nuevo Lambdoma con una matriz de 7 × 7, sus siete Centros Vitales o Ideas primarias:
1.1 Unidad
2.2 Atracción
3.3 Correlación
4.4 Símbolo
5.5 Revelación
6.6 Síntesis
7.7 Comunión.
Este estudio ha seguido los mismos pasos que de los Lambdomas anteriores, a saber:
- Se ha ordenado en la tabla numérica y sonora del Lambdoma las Ideas fundadoras que describen la génesis de la Síntesis, y una Fórmula sintética acompaña a cada Idea.
- Esta génesis de Ideas ha sido explicitada.
- El étimo de cada Idea ha sido investigado.
- A cada Idea se ha adjuntado algunos pasajes tomados principalmente de las Fuentes representativas de la Tradición esotérica.
Lo que hace que esta presentación sea nueva es precisamente el uso de la matriz matemática y sonora representada por el Lambdoma: ella permite atribuir un lugar o función espacial a cada Idea en un sistema proporcional y armónico de relaciones entre las partes y con respecto a la jerarquía del conjunto.
Más allá de las limitaciones de los compiladores, este intento pretende, pues, investigar en lo Ignoto, en lo concerniente a la Génesis de la Idea de Síntesis, utilizando un lenguaje matemático o universalmente comprensible para poner de manifiesto la unidad ordenada del Universo.
LAMDOMA IDEAS/FÓRMULAS DE LA SÍNTESIS (6/6)
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GÉNESIS – SÍNTESIS
«Existe un Principio Ilimitado e Inmutable, una única Realidad Absoluta que precede a todo Ser manifestado y condicionado. Está más allá de los límites y de las posibilidades del pensamiento y expresión humanos.
El Universo manifestado está contenido en esta Realidad Absoluta, y es un símbolo condicionado de ella.» [1]
El fundamento supremo del Universo manifestado es la Unidad (1.1). Los Muchos tienden al Uno, el Devenir al Ser, lo Inmanente a lo Trascendente.
Las primeras hipóstasis o identificaciones de la Unidad, la Díada (1.2), la Unidad dual, y la Tríada (1.3), la Unidad creadora, se combinan entre sí y dan origen a la séptuple Manifestación, determinando y sosteniendo el incesante Aliento de la Vida entre el Uno y los Muchos.
La Unidad es la causa y la finalidad de la Atracción (2.2), esa tensión unificadora que se manifiesta como gravitación universal: la Unión (2.1) o vínculo magnético entre todas las cosas conduce a la Unidad (3.1), la integridad esencial del todo.
El Universo manifestado es, pues, Uno, y es unitario en sus infinitas relaciones espaciales; la Unidad —dual y ternaria— está en la base de toda Correlación (3.3), la síntesis ígnea de las polaridades. La atracción entre las polaridades genera esa interacción mutua o Interrelación (3.2) que asegura el continuo intercambio energético, la Reciprocidad (2.3).
De lo universal a lo particular, la Unidad afirma su propia Esencialidad (1.4), o sinteticidad espiritual, en el centro de cada entidad individual que emerge, en el curso de la Evolución, como Individualidad (4.1), la Unidad subjetiva.
La Subjetividad (2.4) es el puente entre lo real y lo objetivo, y pertenece al Segundo Aspecto o Alma cuando se identifica en el nivel individual.[2]
La Unidad subjetiva reconoce la Pertenencia (4.2) o conexión íntima entre los niveles, con base en la correspondencia de valor o Equivalencia (3.4) entre las cualidades, incluyendo la Congruencia (4.3) esencial del todo, la coherencia proporcional.
El reino del Alma o de la Conciencia es el Mundo mediano de los valores, significados y símbolos: el Símbolo (4.4) es el signo sintético que sella la unión cualitativa entre la realidad ideal y la formal.
La construcción de la Unidad universal se fundamenta en la Verdad (1.5), la esencia de la Voluntad divina, que impregna y dota de su naturaleza a la realidad unitaria o Entereza (5.1) de la Manifestación. El Retorno al Uno se realiza a través de la Inclusión (2.5) o abrazo que todo lo abarca, que favorece la aparición progresiva de todo lo verdadero, lo bello y lo bueno, que son la esencia espiritual de las formas: la Comunidad (5.2) de lo que es es la base de la unificación.
La Verdad se revela a través de un sistema infinito de perspectivas, la Relatividad (3.5). El Absoluto es conocible a través de lo Relativo: la estructura armónica del Todo refleja el esplendor de lo Verdadero, la Belleza del Ser, en la Composición (5.3) o construcción orgánica de la Creación.
Es la energía de los arquetipos, la Idealidad (4.5), la que causa la Representación (5.4) de la Realidad: la Verdad adquiere una forma simbólica y la Voluntad divina se sustancia en la Revelación (5.5), la comprensión progresiva de la Unidad.
El camino de retorno a la Idea original, la Abstracción (1.6), es esa reducción a la Unidad o Unificación (6.1) que causa la Elevación (2.6) espiritual, el ascenso progresivo a través de un proceso de Fusión (6.2), o compenetración ígnea, que conduce de la conciencia individual a la conciencia grupal, por lo tanto, planetaria, solar y cósmica.
La afinidad armónica entre los espíritus, o Consonancia (6.3), abre la puerta a la Inspiración (3.6), esa resonancia con la Realidad divina que despierta la percepción sintética de la Intuición (4.6), la luz central de la Comprensión (5.6), la joya en la obra reunificadora de la mente.
La intuición es el conocimiento directo de las ideas inspiradas desde lo Alto y comprendidas por la mente iluminada, que lee la realidad simbólica de las formas. En el incesante proceso de Mediación (6.4) o intercesión unificadora entre las ideas y las formas es la Visión (6.5), la contemplación reveladora, la que devuelve las múltiples manifestaciones de la Verdad a su Principio sintético.
La Síntesis (6.6) es el triunfo del Uno.
Las piedras angulares fundamentales de la Unidad son la Universalidad (7.1), la totalidad sintética, y el Infinito (1.7), la ilimitación del Ser.
La Unidad universal e ilimitada, basada en la Sintonía (7.2) o concordia perfecta entre todas las partes, sella la Alianza (2.7) o unión sagrada entre los fuegos del Espacio.
La conquista incesante de la Unidad implica la Unanimidad (3.7), la unidad de propósitos de las conciencias, cuya armonía siempre responde mejor a la magia de la Conformidad (7.3) primigenia, la Tríada sonora. Esta Convergencia (4.7) o dirección unitaria según el Modelo armónico del Espacio construye la Comunidad (5.7) espiritual, la evidencia de la cooperación coordinada.
Cuando las conciencias cooperan y se unen en Nombre del Bien común, redescubren su raíz unitaria. La síntesis es; la unidad se crea. La univocidad (7.4) o identificación unitaria del Bien común es el requisito previo para la Aseveración (7.5) o afirmación de la Comunidad uni-versal.
En Nombre del Uno se realiza la Hermandad (6.7), la jerarquía del Amor que es la cumbre ardiente de la Sublimación (7.6) o espiritualización de la sustancia.
La Comunión (7.7) es la unidad con el Ser.
«El Universo funciona y se mantiene unido en libertad porque es el Uno, porque está regido por la Unidad absoluta, porque es una comunión ilimitada de unidades relativas.»[3]
La Unidad es el fundamento supremo;
y es
Atracción,
Correlación,
Símbolo,
Revelación,
Síntesis,
Comunión.
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[1] Tratado sobre Fuego Cósmico, A. A. Bailey, p. 33, Ed. Fundación Lucis; vers. ingl., p. 3.
[2] En el nivel microcosmos Hombre, el término ‘subjetivo’ es definido como el nivel mental abstracto, el Manas Superior, la vibración del Alma humana o Loto logóico.
[3] Espandere la Coscienza, 2002, E. Savoini; texto inédito.
Nota: Este artículo ha sido traducido del original en italiano; consultar aquí.