Direcciones del Templo Cósmico: Virgo – Argo Navis

Simétricamente, al plenilunio de Piscis (febrero del 2021) hoy celebramos la luna llena de Virgo (Hora: 00:53, CET+ 01:00; Horario Centra Europeo), el Signo de la Gran Madre, la matriz o “seno” y la materia/sustancia virgen que nutre y vela al niño Cristo, la conciencia crística (Buddhi). La Madre Virgo está conectada al Padre Piscis por «la universalidad de los nacimientos y renacimientos periódicos de los Salvadores del mundo: los Dioses solares».

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La Virgen-Virgo es una constelación muy extensa; en el plano ecuatorial galáctico* abarca varias constelaciones (Argo Navis, La Cruz del Sur, El Centauro).

Como un baluarte cósmico del plenilunio de la Gran Madre-matriz-materia Virgo, en esta investigación astrosófica, se prefiere el símbolo de la Nave de Argo, como un recipiente, un contenedor o vehículo material: es una constelación múltiple, compuesta por Las Velas, La Popa y La Quilla (que estaban unidas en desde el punto de vista astronómico hasta 1760), y contiene 64 estrellas: la principal es Canopo, la estrella más brillante después de Sirio.

El símbolo de la nave hace referencia a un medio de transporte que permite hacer un viaje por las aguas: Canopo [1]  es su timonel (del barco de Menelao, para los griegos). Los nómadas del desierto la consideraban una semejante a la estrella polar del sur, y en Persia su brillo blanco y azul indicaba las luces del pensamiento espiritual.

En la civilización sumeria, la Nave Argo «estaba asociada al culto de Ea, el dios de las aguas primordiales, protector de los marineros y pescadores. Se fabulaba que nadaba delante de los barcos en forma de torso humano terminado en cola de pez». [2]

Argo es: «ARGHA (Cald.): El arca, el seno de la Naturaleza; la luna creciente, un bote salvavidas; también una copa de ofrenda, una bandeja utilizada para las ceremonias religiosas». (Glosario Teosófico, H.P. Blavatsky)

Del mismo modo, en Egipto Horus —el Sol— era el «hijo místico del Arca», o argha, el símbolo de la matriz o el seno (la Luna, el regente esotérico de Virgo, que navega por Vulcano), la barca que había transportado a Osiris e Isis más allá del Diluvio, así como a Isi e Ishwara en la tradición hindú (la trinidad velada por Virgo y las tres partes de la Nave Argos).

La Nave Argo (Virgo) está cerca de la constelación de El Can Mayor; y en la antigüedad se sabía que era remolcada por su cola, así como por Anubis-Sirio (Leo – El León). Sus 50 remeros y argonautas, así como las 50 hijas de Danao, parecen referirse al ciclo (órbita) de 50 años que la invisible Sirio B tarda en girar alrededor de Sirio A (así como el asteroide Quirón o Kairón, «el sanador herido»), ese jubileo y cumplimiento celeste que sigue a cada ciclo jerárquico de 49 años = 7 × 7. Véase Los siete Pasos hacia el 2025, nota 2; documento en inglés).

Aquí el eje Piscis-Virgo estaría vinculado a constelaciones cósmicas que remiten a la idea del descenso a las aguas primordiales, para liberar el poder del retorno consciente a la Sabiduría celeste, a través de los innumerables renacimientos del viaje divino de la Mónada/Espíritu.

En la mayor profundidad, en el corazón del átomo, de la Materia, el aspecto Madre o Sustancia reside la más alta potencialidad del Espíritu, de la Energía universal.

Soy la Madre y el Niño. Soy Dios, y soy la materia.

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* Los plenilunios de este séptimo año del quinto septenio, litúrgico y solemne, se celebran como fechas o direcciones de conexión con las supremas fuentes estelares rectoras de nuestro universo local, nuestra Morada cósmica, el Ser en el que vivimos, nos movemos y somos.

Para nutrir este ritual interior, rítmico y poderoso, en cada “cita celeste” se presentan extractos del texto La Orden de Orión (de momento solo en italiano); “una investigación astrofísica sobre la esencia solar y cósmica de la humanidad”, para trazar los posibles senderos infinitos entre la Luna y el Uno.

Para el plenilunio de hoy, véase también la asociación (pp. 54-5 del texto citado), desde el punto de vista galáctico, de la constelación de La Virgen con la Cabellera de Berenice, desde el punto de vista solar “la madre de la forma única”, la mujer que sacrifica su cabello para servir”: La Cabellera hace recordar la función directiva de la Cabeza de la Madre del Mundo galáctico, que dota de energía y conciencia al “Cristo latente”, al aspecto Hijo, a todos los Soles en evolución en la Vía Láctea.

«Luego viene la siguiente etapa de la historia racial e individual, cuando vemos la aparición simbólica de la Cabellera de Berenice —o la mujer que lleva al niño Jesús—. Aquí la materia comienza a revelar su verdadera función, que es contribuir al nacimiento de Cristo en todas sus formas.» (De Belén al Calvario, A. A. Bailey; p. 107, Ed. Sirio; vers. ingl. p. 67)

[1] Canopo es: AGASTYA (Sans.): El nombre de un gran Rishis, muy apreciado en el sur de la India; se cree que es el autor de los himnos del Rig Veda y gran héroe del Rāmāyana. La literatura tamil cree que fue el primer instructor de los Drávidas en los campos de la ciencia, la religión y la filosofía. También es el nombre de la estrella “Canopo”. (Glosario Teosófico, H. P. Blavatsky).

En sánscrito, aga significa “serpiente de fuego”, de la raíz indoeuropea ag “moverse tortuosamente, en zigzag”; es lo mismo que Agni “moverse tortuosamente [ag] entre las aguas que fluyen [ni]”: “rayo”, “relámpago”, “fuego”. (Dizionario Indoeuropeo, F. Rendich, Palombi Editore, p. 62).

[2] También está asociada a la nave que transportó a Danao, el antepasado de los griegos o danaos con sus 50 hijas, desde Egipto, la nave de los 50 argonautas (Argo en griego significa “veloz”), los famosos compañeros de Jasón (cuyo nombre significa “sanador”) que partieron en busca del Vellocino de Oro (Aries), una alegoría de un viaje chamánico “de un comité de adeptos en la barca de los espíritus o barca serpiente”.

«En primer lugar, se trata del viaje y peregrinaje de un lugar a otro de la Raza, de donde debe salir el Kalki Avatâra, el “décimo” Avatar. Prometeo la llama “linaje real nacido en Argos” (verso 888). Pero aquí no se refiere a Argos en Grecia. Viene de arg o arka, el poder generador femenino simbolizado en la Luna, el Arga en forma de nave de los Misterios, que significa la Reina del Cielo. Eustazio observa que en el dialecto de Argos, Io significa la Luna, mientras que el Esoterismo la interpreta como el Andrógino divino, el místico 10; en hebreo, 10 es el número perfecto o Jehová. En sánscrito, Arghya es la copa de las libaciones, el recipiente en forma de barca o bote, en el que se ofrecen flores y frutos a las deidades. Arghyanâth es un título del Mahâ Chohan [el Señor de las Civilizaciones a la cabeza del Tercer Departamento de la Jerarquía planetaria], que significa el “Señor de las Libaciones”; y Arghyavarsha, la “Tierra de las Libaciones”, es el nombre misterioso de esa región que se extiende desde las montañas de Kailâsa casi hasta el desierto de Shamo, de donde se espera el Kalki Avatâra. El Airyâna-Varsedja (¿Airyana Vaejo?) de los zoroastrianos, ¿es el mismo lugar. Se dice que estaba situada entre el Mar de Aral, el Baltistán y el Pequeño Tíbet; pero en la antigüedad su superficie era mucho mayor; fue el lugar de nacimiento de la humanidad física, de la que Io es la madre y el símbolo.» (“AntropogénesisLa Doctrina Secreta, H. P. Blavatsky).

 

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