Las Cualidades de las Direcciones espaciales

En estas páginas nos ocupamos a menudo de la Cualidad como un aspecto superior, que in-forma en un nivel sutil y causal de sus propias características, en comparación con el de la Cantidad. En la Enseñanza esotérica, la Cualidad se define como el Segundo Aspecto, el que media entre el primer Aspecto de la Vida-Espíritu y el de la Materia-Sustancia; por lo tanto, pertenece a la Correlación que se estable entre estos y a la esfera de la Conciencia.

A continuación presentamos algunas reflexiones esclarecedoras sobre lo que es Cualidad energética aplicada a los términos Dirección y Alineamiento, extraídas del libro “Il Sistema solare nello Spazio” (Un libro en italiano. Las imágenes, las notas y los enlaces son del personal de la redacción de TPS):

LAS PROPIEDADES DE LAS DIRECCIONES

Entre el punto y el centro existe una bipolaridad, que es una idea relativamente familiar; el caso de la dirección es diferente, por eso debe ser esclarecido mejor. Ella afecta a todas las formas geométricas (líneas rectas, curvas, superficies, volúmenes). Dada su importancia, es necesario prestarle atención.

1) La dirección no es un segmento. No es la distancia entre dos centros. La dirección es un valor angular; y no tiene inicio, fin, longitud o extensión.

En este boceto de psicogeometría, las distancias y sus medidas no entran en juego, no se las tiene en cuenta. El Infinito destruye las cantidades, por eso las distancias carecen de sentido, son un elemento espurio, propio de la geometría euclidiana. Al estudiar el Infinito (que es una realidad indiscutible) es absurdo nutrir concepciones relativas y separatistas, como “grande” y “pequeño”, “corto” y “largo”, “antes” y “después”, con todas sus derivaciones irreales. El Espacio ilimitado no tolera las separaciones; consecuentemente, es necesario abandonar las expresiones habituales que las mencionan, junto con el engaño de poder medirlas. En cambio, las correlaciones, que son puros números, cobran vida, revestidas de cualidad.

2) La dirección es un Ente espacial, por eso es dualista y bipolar. Es pasiva, como un canal, y positiva, como un rayo. En el primer caso se comporta como una onda y es continua; en el segundo, es una radiación y es corpuscular.

Este último párrafo permite comprender mejor la realidad de los siete Rayos y las siete Ondas, ya comentada anteriormente: es una clave para las manifestaciones psicofísicas de la Luz.

3) La dirección hace posible el «diálogo» cósmico entre todos los centros de cualquier sistema. Esto se deriva de su naturaleza, y garantiza el éxito final. Transmite flujos de mensajes energéticos de abajo hacia arriba (en sentido jerárquico) en forma de preguntas, y de arriba hacia abajo en forma de respuestas.

4) La dirección es un intervalo, como la correlación entre la cualidad y la potencia de dos centros; esto debe ser comprendido en su significado musical, es decir, como la correlación entre los sonidos.

De ello se deduce que todos los intervalos acústicos equivalen a direcciones espaciales precisas, algo que hoy se ignora, pero quizás en el pasado se conocía. Por lo tanto, la dirección asume y manifiesta cualidades tonales y es comparable a una cuerda vibrante. Por medio de esta concepción es posible expresar cualquier música en formas geométricas, es decir, traducir los sonidos en figuras, o estas en aquellos.

5) Dicho esto, la dirección está asociada a los conceptos de corriente y tensión.

Las infinitas direcciones espaciales son corrientes reales que producen campos inducidos, similares a los campos electromagnéticos conocidos actualmente por la ciencia. La naturaleza y la fuerza de las corrientes que fluyen entre los centros son muy variables.

6) Las direcciones, al ser intermediarias entre dos centros, poseen la misma naturaleza que la conciencia, y la ilustran. Son generadas por las correlaciones cambiantes, pulsantes y cíclicas. Son un signo de comunión.

7) La energía vital que fluye en una dirección no procede de los centros que la determinan y definen, sino de sus extremidades, que se hallan en el Infinito.

Estas misteriosas extremidades son siempre un par de polos opuestos del Espacio, que de este modo cierran un cortocircuito, generando así el destello de la corriente. En este proceso, los dos centros actúan como detonantes, y desencadenan el flujo al que añaden sus cualidades específicas.

De este conjunto de siete corolarios se desprende que el Espacio está siempre encendido e iluminado por los centros (lo que se confirma en el firmamento) y es la sede de una actividad continua, vital e inteligente, jerárquica y omnipresente. El cielo es una red de correlaciones, que portan mensajes y resuelve problemas en todos los niveles.

EL MOVIMIENTO

Ahora podemos volver al concepto de dualidad del punto para reconocer un principio de validez general, a saber: el movimiento.

Los centros siempre están en movimiento cíclico, porque son guiados y atraídos por el poder infinito del Centro Absoluto, del que no pueden escapar y al que tienden según caminos libres y diferentes, pero regidos por una única Ley. El Centro Absoluto es el único inmóvil.

La movilidad de los centros los distingue de los puntos. Estos, al ser golpeados por la energía, reaccionan oscilando, y de esta manera la transmiten al Espacio contiguo, sin moverse. Los centros, en cambio, cuando se cargan de energía, la transmiten irradiando y moviéndose. En el orden cósmico, la ley general del movimiento es la espiral; pero todos los centros construyen sus órbitas de forma jerárquica.

Es bueno acostumbrar la mente a la visión del movimiento relativo universal, centrado en el único inmóvil, que atrae y gobierna todos los sistemas y los sistemas de sistemas; cada uno de ellos es móvil y se construye libremente según un único modelo. El movimiento es la actividad inteligente de la Sustancia espacial cuando es fecundada por la Voluntad central: por eso aprendemos en los centros; cada uno de ellos, en su nivel jerárquico, es un centro, porque está fecundado por un impulso vital.

Esta breve exposición concluye con la propuesta de un concepto: los centros son tanto más móviles cuanto mejor están animados por el propósito vital; los puntos son inertes y estáticos. Por lo tanto, en todas partes se establece un dualismo entre el movimiento y el estancamiento. El nómada (que responde a la Vida) y el sedentario (que responde al Espacio) dependen de un modelo cósmico, del que no se puede escapar.

De todos estos conceptos se infiere claramente que hay un solo Punto, que es el Espacio, y un solo Centro, que es la Vida, ambos inmóviles. El Infinito no tiene motivos para moverse. El movimiento existe solo dentro de él; lo interno y lo externo son términos sin sentido en el Infinito. (…)

LAS DIRECCIONES Y LOS ALINEAMIENTOS

La dualidad del Espacio (puntos y centros) se refleja en todas las formas geométricas que surgen en él. Por consiguiente, cada una de estas debe entenderse según ese dualismo que produce el ternario del que hemos hablado. [1] Las formas geométricas poseen vida y conciencia.

Tras abordar la idea de dirección en el capítulo anterior, también es necesario estudiar su aspecto opuesto, el negativo, para el que se propone el término alineamiento.

Dos puntos (elementos pasivos) no establecen una dirección, porque no existen puntos verdaderamente separados. Se necesitan dos centros, y la dirección definida por ellos es un verdadero ente espacial, por eso existe en dos modalidades: dirección y alineamiento.

Para aclarar esta idea, pensemos en el Sol estando en el centro de su Espacio zodiacal. Una infinidad de alineamientos lo conecta con un número infinito de pares de opuestos del Infinito. Juntos forman el «tejido» espacial; pero son canales o conductores de energía carentes flujo. Por ejemplo, el alineamiento entre un punto de Acuario, el Sol y su opuesto en Leo, no significa que la energía fluya en él: el canal existe, está abierto, pero está seco; cuando una Luminaria, o sea, un Centro, lo cruza con su Órbita, define una dirección junto al Sol; entonces la energía fluye: un rayo se dispara entre los dos extremos espaciales. La corriente fluye, por lo tanto, a través de los dos Centros y produce allí efectos en proporción a sus específicas capacidades receptivas.

EL DINAMISMO ENERGÉTICO DEL SISTEMA SOLAR

A fin de comprender el funcionamiento dinámico y rítmico del Sistema Solar, la afirmación anterior es fundamental; por consiguiente, es bueno desarrollar esta noción.

1) El Sol/Vulcano, el Centro de los centros de su Espacio, está siendo continuamente estimulado por impetuosas descargas de energía, producidas por la actividad incesante y simultánea de muchas direcciones, que existen tantas cuantos centros menores (Luminarias y otros planetas) hay en su Sistema; estos al girar en su torno lo apuntan y lo irradian con cualidades energéticas zodiacales, siempre variables y por grado.

2) Sometido a tales descargas múltiples y continuas de energía de un potencial elevadísimo, el Sol, dotado (en comparación con los planetas) de una gran capacidad receptiva, absorbe la mayor parte y se «incendia», literalmente.

Este concepto echa por tierra la teoría de la entropía, que se ha impuesto en los últimos años (…), según la cual el Sol y todas las estrellas se van extinguiendo poco a poco debido al inevitable consumo de energía, por combustión. Sin embargo, según la nueva hipótesis, no se extinguen, sino que, por el contrario, se nutren incesantemente de energías siempre nuevas y cíclicamente variables. Es lógico suponer, pues, que el Sistema Solar está permeado por Fuegos mayores, y que el Universo no terminará en una extensión interminable de restos fríos o humeantes, sino en el fuego total, la deseada apoteosis de la Luz y el Fuego vitales.

3) El Ente consciente solar es venerable como aquel que ha aceptado ocupar el lugar del máximo sacrificio por el Bien común. El Sol es visible, hasta el punto de que no se lo puede mirar directamente con los ojos; sin embargo, es la Inteligencia más oculta y desconocida, oculta por su propio resplandor. Es un ejemplo de perfecta abnegación. Vive en la hoguera cósmica, desde donde dirige y convierte todo en lo mejor.

4) Muy diferente es la condición de las Luminarias y los planetas. A diferencia del Sol, están atravesados por un único flujo de energía espacial, causado por la dirección única definida por su alineamiento con el Centro. Además, la capacidad receptiva de ellos es mucho menor y la cantidad de Fuego cósmico que los envuelve está dosificada proporcionalmente; en todo caso, es la máxima que pueden soportar en su nivel evolutivo.

Por lo tanto, las energías espaciales se distribuyen en el Sistema Solar de acuerdo con las correspondientes proporciones, cuya participación, sin embargo, está aumentando gradualmente.

LA CUALIDAD DE LA ENERGÍA

(…) Se dice, y se vuelve a decir, que las energías espaciales son innumerables; y también se afirma que son diferentes entre sí. Pero ¿por qué razón?

Se puede buscar una respuesta en la naturaleza ternaria de la Geometría. El Espacio es homogéneo, pero cuando entra en contacto con el Fuego vital genera el ciclo, es decir, la conciencia, que, debido a su naturaleza, es variable. La Vida es pulsante, el espacio es oscilante; y de ahí la variación infinita de la correlación entre ellos, a la que se asigna el nombre de conciencia, luz o cualidad. Los centros, esparcidos por todas partes, portadores de diversos potenciales, pulsan e irradian a su vez los campos subordinados, repitiendo, en proporción, los cambios mayores. Es una variación continua, causada por la vida de la Trinidad, en la que se implanta la valencia periódica de los siete Rayos, que se manifiestan según sus ciclos, recibidos de diversas maneras en todas las regiones del Universo.

El Corazón cósmico (el Centro de los centros) es uno; genera todos los impulsos que, a través de la infinita jerarquía de centros, se propagan por el Espacio. Así, hay una cascada de ritmos y ciclos que se difunden de diversos modos, desde lo más elevado hasta lo abismal, pero siempre con orden, número y medida. El Señor de la esencia central, el Corazón perfecto asegura la simetría de todas las partes, y los centros menores hacen lo mismo, cada uno en su esfera. Por tanto, la pulsación cíclica general está controlada y cumple con la ley. El desorden y la confusión son situaciones locales y transitorias, que demuestran la existencia de libertad, pero que están destinadas a disminuir y disolverse: las criaturas implicadas y responsables (ya que son centros) contribuirán voluntariamente a ello.

*

Ahora es menester recordar que cada punto es el centro del Infinito.

A esta proposición debe seguirle inmediatamente su contraria: en el Infinito, todo punto es periférico.

Ambas son verdaderas, y expresan una verdad que de otro modo sería indecible. (Así es como procede el pensamiento cardíaco: mediante verdades opuestas, lógicas e irrefutables, de las que elabora la síntesis.) Una vez aceptada y reconocida esta verdad, a los conceptos de dirección y alineamiento se les superpone otra, a saber: entre dos cualidades contrarias se manifiesta una tensión ilimitada, que es la causa del rayo de energía.

A medida que la dirección cambia, también lo hace la cualidad de la energía y, por tanto, de los efectos inducidos. Para generar energía, basta con poner en contacto dos opuestos espaciales a través de una dirección.

*

La teoría de los alineamientos, convertidos en positivos por una dirección, está contenida en estos simples conceptos. Para comprenderla, basta tener bien claro que en el infinito espacial (una realidad reconocida por los físicos) las direcciones provocan una descarga de energía generada por las polaridades opuestas, que es un vehículo de cualidad, diferente de un centro a otro, y que varía por grados en los sectores del Zodíaco o de cualquier otro dominio celeste.

Este primer enfoque es suficiente para establecer un desarrollo de consecuencias lógicas. Instruidos por las Enseñanzas, a lo largo de los milenios de su investigación los hombres han hecho un acopio de un precioso patrimonio de conocimientos, transmitido, con diferente éxito, de una generación a otra. Al conocer las cualidades que distinguen a los sectores del Zodíaco, se aprende a tener en cuenta los siete Rayos. Es un trabajo continuo de actualización, en el que el pasado y el presente se combinan y nos permiten mirar hacia el futuro.

Resumamos lo que se ha dicho en las últimas páginas:

  1. El alineamiento es un intervalo psicofísico entre cualidades opuestas de la Vida; y es, por naturaleza, de segundo Rayo.
  2. El alineamiento es una combinación o fórmula virtual de Rayos (que son los vectores de las siete cualidades de la Vida).
  3. La dirección traza la geometría celeste de la correlación entre el Fuego de la Vida y el Fuego del Espacio. Es luz inteligente, su naturaleza es de tercer Rayo. Aclara y revela lo desconocido; proyecta los ciclos y provoca efectos infinitos.

LAS SIETE CUALIDADES DE LOS SIGNOS ZODIACALES

(…) para cada signo se ha presentado un esquema para facilitar el reconocimiento de sus siete energías [véase en el texto y también en las cartas de los 12 signos del Zodiaco, por ejemplo, Capricornio]. Este intento se basa en la hipótesis de que cada Signo es un Ente autónomo, porque posee siete centros. Así, se ha recopilado un conjunto de 84 proposiciones que, a falta de otra información, sirven de ayuda para las aplicaciones que siguen. (…)

Cuando el alineamiento cambia en una dirección, se convierte en un instrumento de colimación exacta, capaz de seleccionar sus siete variaciones de energía del Signo, una por una, extrayéndolas de sus sectores específicos a medida que la Luminaria avanza en su tránsito. (…)

*

 Consideremos ahora un signo cualquiera (que tiene 30 grados de ancho) dividido en seis sectores, como se muestra en la figura:

Cada uno de ellos tiene 5 grados de ancho, un número de valor simbólico: es el separador divino [el Quinto Rayo], que no aísla lo que distingue. Entonces, es posible corresponder a cada uno el Rayo de igual número, y vemos que el cuarto permanece secreto, pero presente como el eje de simetría del Signo.

También es necesario reconocer que en una dirección (que une los opuestos y, por tanto, es un Camino medio) los dos Signos opuestos adquieren una polaridad relativa, temporal, inducida por el paso de la Luminaria en uno de ellos. El signo que lo acoge se considera activo y el contrario, negativo. (…)

*


[1] – Centros/Aspecto Vida

– Puntos y Alineamientos/Aspecto Espacio

– Puntos y Alineamientos/Direcciones, Orientaciones y Ciclos/Aspecto Conciencia Espacio

«El Punto (Espacio) y el Centro (Vida) están en correlación. Este tercer término es la Conciencia.

Lo que los geómetras llaman punto es la Trinidad, o sea, la síntesis del Poder, el Amor y la Luz. Este ternario es el UNO, el autor de todas las formas, los desarrollos y los acontecimientos.» (Il Sistema solare nello Spazio, p.138. Un libro en italiano. Consultar también el documento Principios de la Geometría Viva.)

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