2.4 – 4.2 Cualidad y Campo

Del Lambdoma de la Génesis de las Ideas:

2.4 CUALIDAD – La Cualidad es la naturaleza esencial.

4.2 CAMPO – El Campo es el Espacio cualificado por el Centro

Esta Polaridad de Ideas expresa y realiza la relación primaria entre:

2.2 ESPACIO – El Espacio es el Infinito fecundado por la Vida

y

4.4 MODELO – El Modelo es el reflejo de la Vida

La vida está formada por una sucesión eterna de ideas y de manifestaciones de energías cósmicas. ¡Cómo puede un espíritu que no proyecta su pensamiento al reino de las ideas adoptar el concepto del Infinito!  (Infinito I, 96)

El Espacio es la Sustancia primordial de la que todo está hecho. Es el Cáliz que contiene la Vida, el Fuego. El Espacio es el Campo en el que nacen todos los sonidos desplegándose en armónicos en un juego de simetrías que reflejan el Modelo, un diálogo con todos los seres en el que olas de energía magnética y luminosa preguntan y responden, según direcciones y ciclos, y de esta interacción surgen mundos cualificados en perfecta armonía con el Modelo. Pero también el Espacio es el Amor y el Amor es armonía reduciendo las distinciones y devolviendo progresivamente lo múltiple al Uno. El corazón cósmico palpita en sístoles y diástoles distribuyendo abundantemente el flujo sonoro de la vida. Se le denomina también el Infinito, la Madre del Mundo, el campo magnético universal, el Amor cósmico, la Octava absoluta.

La Octava es un intervalo límite, por tanto es un símbolo adaptado para definir un ámbito, una esfera, un mundo, un sistema. La idea “todas las octavas” (u Octava absoluta), expresa perfectamente el concepto de Espacio Universal, contenedor cósmico de correlaciones infinitas, o sonidos, que magnetiza en función de su cualidad inherente.

La octava representada por la Madre (2.4) y el Intermediario de lo Divino (4.2), es un intervalo o polaridad espacial, es “armonía en un campo infinito donde se identifican el Espacio y el Cristo (“el Señor del Espacio”, Buddhi: el Principio crístico, o Amor Sabiduría). Esta Polaridad revela la contemplación y la imitación como funciones activas del corazón para ascender, para amar y reflejar el Infinito y sus simetrías ilimitadas”. (Consultar el documento Afirmar el Plan Planetario, Vértice 2.4. 4.2)

“Libre de todo límite, el Absoluto es el Uno, indiferenciado y solitario. En manifestación es el Espacio infinito, homogéneo: por tanto, es un Campo absoluto, dominado por un Centro absoluto, que es la Vida” (Enzio Savoini, Fascículo del 3.er Septenio. Lección de Geometría; escrito inédito, abril de 2003)

Y el Espacio es el Campo de la Vida; es el silencio en el que la Cualidad, coloreando todas las formas, escucha y canta, tejiendo con sus melodías tapices sonoros. Ese Silencio es un Campo coherente y lleno, una armonía perfecta. Cuando irradia desde su Centro y se deja percibir, es la pureza de la contemplación. Cuando es un momento de gracia, de identificación entre el que contempla y lo contemplado, se convierte en el gozo súbito, en el Fuego que consume la dualidad.

El Modelo es el reflejo de la vida. “Es por lo que se enseñaba en los templos internos que este universo visible de Espíritu y Materia no es más que la imagen concreta de la Abstracción ideal, que estaba construido sobre el Modelo de  la primera Idea Divina. Por tanto, nuestro Universo existía desde la eternidad en un estado latente” (H. P. Blavatsky, La Doctrina Secreta, “Cosmogénesis”, Vol. III, ed. Cintamani, 2009, p. 256)

El Uno Se contempla por el divino “ojo del corazón” hasta que el contemplador exclama: “Vi a mi Señor por el ojo del corazón, y Le dije: ¿Quién eres Tú? Él dijo: ¡Tú!” (Al-Hallaj, Poemas Místicos)

“Tú no eres este cuerpo, tú eres ese ojo espiritual… Aquello que el ojo del hombre ha contemplado, en eso se convierte” (Mawlana, Divani Shamsi Tabriz)

“Las preguntas evocan respuestas. La imitación evoca la realidad del Modelo. Hay una forma de cuestionar sin palabras y una forma de imitar silenciosamente, con la mirada fija en lo Real.

Las respuestas a la mirada de adoración vienen como imágenes de belleza regular y sagrada”. (Enzio Savoini, Rituales 92; escrito inédito)

El alma es la cualidad que se manifiesta en todas las formas. El Uno, al manifestarse, se refracta como un prisma que colorea todas las formas de ese algo sutil, esa energía que las caracteriza en esencia y que las diferencia unas de otras. La cualidad se expresa mediante siete aspectos o diferenciaciones fundamentales, un conjunto septenario de energías y cada energía produce diferentes efectos y apariencias que velan la cualidad. Es la primera serie de armónicos.

“La cualidad personifica el segundo Rayo de aspecto, es el aspecto del Cristo o Vishnu; es también el aspecto consciente y sensible de la deidad en la forma (…). La cualidad que emerge a través del proceso de la manifestación y bajo el impuso de la vida divina, es el Amor, y actúa por intermedio de la Ley de Atracción con el fin de producir una síntesis final en la conciencia (…). El objetivo de nuestro actual proceso evolutivo es el desarrollo de la percepción consciente (…) y la cualidad es la naturaleza de esa percepción y la respuesta al contacto (…), En el cuarto reino la cualidad que emerge es el aspecto del amor sintético o comprensión, la intuición. (Alice A. Bailey, Psicología Esotérica I,  Ed. Sirio, p. ing. 193, 199)

El hombre, al alzar su vista al Cielo se abre a la contemplación del Modelo, que es el Camino, la Verdad y la Vida, el Cristo cósmico que acoge en Su corazón la polifonía de la creación. El alma, la cualidad, escucha y responde.

El Espacio es el campo de la vida en el que la cualidad refleja el Modelo.

Este artículo se publica en concordancia con la conjunción entre Júpiter y Mercurio en Piscis, 2º y Rayos

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