La Génesis del Orden

Por ocasión de la Navidad, sembramos el fruto del trabajo anual de un grupo de estudio sobre la Génesis de la Idea de Orden. He aquí la premisa, el Lambdoma y el texto correspondiente. En la página Documentos, encontraras el documento completo con etimologías y fuentes de referencia.

Introducción

El presente texto es la declinación de la séptima columna del Lambdoma de las Ideas de la Vida Absoluta, dedicada al Orden.  Este septenario constituye el Eje central de un nuevo Lambdoma, de matriz 7 × 7, sus siete Centros vitales o Ideas primarias:

1.1 Número

2.2 Potencia

3.3 Ritmo

4.4 Estructura

5.5 Regla

6.6 Jerarquía

7.7 Orden

El estudio ha seguido las vías anteriores, es decir:

  • han sido ordenadas en la tabla numérica y sonora del Lambdoma las Ideas fundadoras que describen la génesis del Orden, y cada Idea está acompañada de una Fórmula sintética;
  • han sido explicitadas estas génesis de Ideas;
  • se ha investigado la etimología de cada idea;
  • han sido colocados, junto a cada idea, algunos pasajes tomados principalmente de las Fuentes representativas de la Tradición esotérica.

Lo que hace novedosa esta presentación es precisamente el uso de la matriz matemática y sonora representada por el Lambdoma; ella permite atribuir un lugar o una función espacial a cada Idea, en un sistema proporcional y armónico de relaciones entre las partes y con respecto a la jerarquía del conjunto.

Más allá de los límites de los compiladores, este intento tiene como objetivo investigar lo Ignoto con respecto a la Génesis de la Idea de Orden, utilizando un lenguaje matemático o universalmente comprensible, para resaltar la unidad ordenada del Universo. (Enlace del siguiente cuadro.)

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LAMDOMA IDEAS/FÓRMULAS DEL ORDEN (7/7)

GÉNESIS, ORDEN

El número es uno e infinito.

Es Vida, Espacio, Sonido y Luz, Modelo y Síntesis de la Manifestación.

El Número (1.1) es el Orden y el Nombre de todas las cosas.

Cada Número, Uno e Infinito, es una Discontinuidad (1.2), una unidad de Vida aislada en la continuidad infinita del Espacio, y es una Singularidad (2.1), una identidad unitaria: es una Mónada, una simiente del Espíritu que otorga vida a los mundos de la Cualidad y la Cantidad.

La expansión ilimitada y ordenada del Número, la Potencia (2.2), propaga su identidad original en el Espacio, según una escala infinita de valores cualitativos y cuantitativos.

El Número es la raíz primaria del Ritmo (3.3), la pulsación de la Vida, cuyo latido incesante marca la persistencia cíclica de la Intención divina: el Tiempo (1.3). Cada cosa completa su propio ciclo evolutivo o Período (2.3) en el respiro espacial del Tiempo, según un crecimiento progresivo o Incremento (3.2) que sigue la infinita Secuencia (3.1) o sucesión rítmica de los Números.

Los números, aunque sean entidades discontinuas, constituyen un conjunto ilimitado y continuo: entre los números no hay solución de continuidad, como no existe entre los puntos del Espacio.

La correlación espacial entre dos puntos numéricos o discontinuidades identifica una dirección infinita, la Línea (1.4), mientras que toda intersección de líneas, la síntesis o el intervalo entre dos o más direcciones, es el origen de un sistema numérico de coordenadas. Por medio de la Coordenada (4.1), o sea, el número de la posición espacial, se establece la medida cuantitativa y cualitativa de cualquier entidad con respecto a los valores del sistema de referencia.

El Número ordena a las criaturas según el Nivel (2.4) que tengan, o su plano cualitativo, y según un Índice (4.2) o coeficiente de referencia, que revelan el grado de conciencia de ellos y su límite de expansión formal. En el proceso de ideación de las formas, el Número también define la disposición sintética de ellas o el Esquema (3.4) y dirige la Partitura (4.3) o arquitectura sonora de sus ciclos de existencia.

Los Números son los grandes Constructores y Ordenadores del Espacio y del Tiempo, son los elementos fundadores de la Estructura (4.4) universal: el ordenamiento estructurado y armónico de la Manifestación.

«El número es el principio de todas las cosas», y se sustancia gracias a la estructura geométrica (el ejemplo supremo es la Tetraktys: 10 = 1 + 2 + 3 + 4).

Los Números son el alfabeto con el que está escrito el Universo; y las Matemáticas (5.1), la ciencia divina del Número, es el lenguaje que revela la Ley (1.5) constructiva, la emanación del Orden que subyace en la Creación.

Según esta Ley, cada estructura está formada según su Función (2.5) o correspondencia al Principio, que determina su lugar en la distribución áurea de los muchos en el Uno, su servicio al Orden general o la Proporcionalidad (5.2) del Todo.

En las Leyes numéricas está basado también el criterio operativo o Método (3.5) que orienta la matriz estructural o la Constitución (4.5) de la Forma, cuya disposición correcta de las partes o el Arreglo (5.4) determina la Métrica (5.3), la medida de su composición rítmica.

El Número es la Regla (5.5) de la Manifestación, es el canon constructivo de la Obra.

El Número es la Jerarquía (6.6) del Espacio vivo, es el Orden de los Creadores divinos que impulsa la evolución de la conciencia y dota de sus propias características a la manifestación, y custodia su Esencia sagrada.

La cualidad trascendente del Número, la Abstracción (6.1), es esa síntesis de los muchos en el Uno que corresponde, para la conciencia en evolución, a la adquisición de la Maestría (1.6), la cumbre jerárquica: la sublimación o Transferencia (6.2) de energías implica una asunción de responsabilidades, la Regencia (2.6) del propio campo de Servicio en la escala infinita de las Jerarquías espirituales.

En este ascenso, la virtud propulsora de la ideación jerárquica o Causalidad (3.6) dirige y orienta la evolución, por Resonancia (6.3) o correspondencia exacta con el Plan y el Propósito divinos, hacia una Armonización (6.4) o concordancia de las partes cada vez mayor, hacia la Organicidad (4.6) sistémica del Todo.

La coordinación unificadora es, por lo tanto, el modelo  de interacción que subyace en todo Grupo jerárquico o Sistema (5.6) vivo, magnético y consciente, en Conformidad (6.5) o adhesión a la Regla del Orden divino.

El Sistema Numérico acredita y conduce al poder del Ser, a la Libertad (1.7) y a la Perfección (7.1), la máxima plenitud. La Conciencia, la correlación entre el Ser y el Devenir, tiende a la perfección del Número, a liberar su propia Esencia infinita mediante el proceso sublimador de la Iniciación (7.2), esa elevación al poder que es sellada por la Magia (2.7), el dominio de la Sabiduría iniciática, el arte de regir las fuerzas aplicando la jerarquía del Espacio.

El Mago blanco utiliza las energías del Número, del Sonido y de la Luz, a saber: los Siete Rayos, los Siete Intervalos de la Música (7.3) universal, ese resplandor del Sonido divino que es revelado por la Geometría (7.4) de la Luz, la estructura del Espacio.

Las Siete Direcciones de la Vida conducen la acción sagrada del Ritmo, la Ritualidad (3.7) de la Obra divina, reproduciendo y realizando en todas sus expresiones la Integridad (4.7) o la totalidad ordenada del Modelo universal.

Este Ordenamiento (5.7) estructurado o la manifestación de la Unidad, a través del Ceremonial celeste, la Liturgia (6.7) del Templo universal, asegura la observancia de la Legislación cósmica, la Justicia (7.5) divina, confirmando la Solemnidad (7.6) de la Vida, la sacralidad del Orden.

El Orden es Libertad.

«El Universo funciona y permanece unido en libertad porque es Uno, porque está regido por la Unidad absoluta, porque es una comunión ilimitada de unidades relativas.» [1]

«Todo es Número.»

(Pitágoras)

 

El Número es el Orden y el Nombre de las cosas 

y es

Potencia

Ritmo

Estructura

Regla

Jerarquía

Orden. 

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[1] Extraído de “Espandere la Coscienza” [Expandir la Conciencia], E. Savoini, 2002; escrito inédito.

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