En este año 6.1, el primero de un septenio consagrado a la Idea de una Nueva Religión Mundial, pretendemos celebrar las fechas de los plenilunios, las «puertas» sagradas de alineación y sincronización entre los tres símbolos celestes de la manifestación humana (Sol/Alma, Tierra/Personalidad, Luna/Cuerpos) y la manifestación planetaria (Jerarquía planetaria, Humanidad, Reinos inferiores), asociándolas con 12 Misterios e Ideas/Fórmulas, correspondientes a las energías causales de cada Signo del Zodíaco, en virtud del hecho de que, para la perspectiva esotérica, el Corazón del Cielo es el Gran Maestro de los Maestros:
«La secuencia de los Misterios personificados en cada signo del zodiaco será esclarecida por el Cristo, porque la conciencia de la humanidad actual exige algo más definido y espiritualmente más real que la astrología moderna o el pseudoocultismo tan difundido hoy.» (La Reaparición del Cristo, A. A. Bailey, p. 111, Ed. Sirio; vers. ingl., p. 127).
Además, estas doce festividades también estarán orientadas hacia los doce aspectos de la Voluntad, para afirmar nuestro centro humanidad como Discípulo planetario en comunión con el Cielo, que satura y crea, con la intención del Corazón común a las 12 Direcciones, el horizonte del Futuro, al servicio del campo de acción de la Cuarta Jerarquía humana:
«El trabajo de las influencias zodiacales consiste en despertar el aspecto Voluntad del Hombre Celeste [el Logos planetario de la Tierra] y de todas las Mónadas, almas y personalidades que juntas forman el cuerpo de expresión del planeta.» (Astrología Esotérica, p. 28, Ed. Fundación Lucis; vers. ingl., p. 22)
Activación de la Energía de la Voluntad y de los 12 Misterios por el Discípulo-Humanidad (a través de los Regentes esotéricos de los 12 brazos de las 3 Cruces):*
Capricornio-Saturno-Cruz Cardinal:
Voluntad de afirmar la Luz superna.
El Misterio de la Iniciación.
La Iniciación es la elevación al poder.
Acuario-Júpiter-Cruz Fija:
La Voluntad de servir para lograr la Hermandad.
El Misterio de la Jerarquía.
La Jerarquía es el Orden de los Creadores divinos.
Piscis-Plutón-Cruz Mutable:
La Voluntad de salvar para donar la Libertad.
El Misterio del Sacrificio.
El Sacrificio es el poder del Amor.
Aries-Mercurio-Cruz Cardinal:
La Voluntad de iniciarse en el poder ígneo de las Ideas.
El Misterio de la Vida.
La Vida ES.
Tauro-Vulcano-Cruz Fija:
La Voluntad de liberar la Luz y la Belleza.
El Misterio de la Luz.
La Luz es el movimiento rítmico del Fuego.
Géminis-Venus-Cruz Mutable:
La Voluntad de unificar con el Intelecto de amor.
El Misterio de la Polaridad.
La Polaridad es la Díada primigenia.
Cáncer-Neptuno-Cruz Cardinal:
La Voluntad de espiritualizar la Sustancia.
El Misterio de la Sustancia.
La Sustancia es la base del Espíritu.
Leo-Sol-Cruz Fija:
La Voluntad de regir desde el Centro.
El Misterio del Centro.
El Centro es el Origen radiante de la Vida.
Virgo-Luna-Cruz Mutable:
La Voluntad de nutrir y manifestar al Cristo.
El Misterio de la Forma.
La Forma es el cristal de la Creación.
Libra-Urano-Cruz Cardinal:
La Voluntad de equilibrar el Espíritu y la Materia.
El Misterio de la Ley.
La Ley es la emanación del Orden.
Escorpio-Marte-Cruz Fija:
La Voluntad de vencer en Nombre de la Armonía.
El Misterio de la Armonía.
La Armonía es la Gloria perfecta.
Sagitario-Terra-Cruz Mutable:
La Voluntad de dirigirse a la Verdad.
El Misterio de la Dirección.
La Dirección es la vía del Infinito.
«Las doce ceremonias anuales constituirán (…) una revelación de la divinidad. Serán un medio para establecer una relación, en primer lugar durante los tres meses [de Aries, Tauro y Géminis], con los tres grandes Centros espirituales, las tres expresiones de la Trinidad divina (Shamballa, Jerarquía, Humanidad). Las fiestas menores harán hincapié en la interrelación de las partes en el Todo, elevando así la presentación de la divinidad desde la esfera individual y personal hasta el Propósito universal; la correlación del Todo con la parte y de la parte con el Todo se expresará así plenamente.»
Los tres reinos subhumanos de la Naturaleza. Esotéricamente, el reflejo de los tres grupos principales enumerados en el diagrama. Grupos de Agentes de transmisión (El Discipulado de la Nueva Era II, p. 192, Ed. Sirio; vers. ingl., p. 214)
«1. La Fiesta de la Pascua. [Aries] Es la fiesta del Cristo resucitado y vivo, el Maestro de los hombres y Guía de la Jerarquía espiritual. Expresa el amor de Dios. En ese día será reconocida la Jerarquía espiritual que Él guía y dirige, y se pondrá el énfasis sobre la naturaleza del Amor de Dios. La fecha de esta ceremonia siempre está determinada por la primera luna llena de primavera y es la gran fiesta occidental y cristiana.
2. La Fiesta del Wesak. [Tauro] Es la fiesta del Buddha, el intermediario espiritual entre el centro espiritual supremo (Shamballa) y la Jerarquía. El Buddha es la expresión de la sabiduría de Dios, la Encarnación de la Luz, Quien señala el Propósito divino. Esta ceremonia se celebrará anualmente para coincidir con la luna llena de mayo, como ya ocurre. Es la gran fiesta oriental.
3. La Fiesta de la Buena Voluntad. [Géminis] Será la fiesta del espíritu de la humanidad que aspira a Dios y se esfuerza por ajustarse a Su voluntad, y estará consagrada a las correctas correlaciones humanas. Se hará coincidir con la luna llena de junio. Será el día en que se reconozca la naturaleza espiritual y divina del género humano.
Durante dos mil años, en esta ceremonia, el Cristo ha representado a la humanidad ante la Jerarquía y Shamballa como Dios-Hombre, Jefe o Cabeza de Su pueblo, “el mayor de una gran familia de hermanos”. (Romanos, VIII, 29). Cada año, en esa ocasión, Él pronuncia el último sermón del Buddha ante toda la Jerarquía. Será, pues, una fiesta de profunda invocación, de aspiración a la fraternidad, de unidad espiritual y humana, y representará en la conciencia humana el efecto de la obra del Buddha y del Cristo.
Estas tres ceremonias ya se celebran en todo el mundo, pero aún no están relacionadas, y son parte del acercamiento espiritual unificado de la humanidad. Se aproxima el tiempo cuando se celebrarán simultáneamente en todo el mundo; a través de ellas se producirá una gran unidad espiritual y se consolidarán los efectos de la inminente gran aproximación en virtud de la invocación concordante de toda la humanidad.
Los restantes plenilunios constituirán fiestas menores y serán considerados de vital importancia. Establecerán los atributos divinos en la conciencia del hombre, así como los tres principales establecerán los tres aspectos divinos. Estos aspectos y cualidades pueden ser conocidos y aclarados por medio de un estudio cuidadoso de la naturaleza de las constelaciones particulares que influyen en esos meses. Por ejemplo, Capricornio llamará la atención sobre la primera iniciación, el nacimiento del Cristo en lo más profundo del corazón, e indicará la preparación necesaria para llevar a cabo este gran acontecimiento espiritual en la vida del hombre. Les doy este ejemplo para indicar los desarrollos espirituales que pueden derivarse de la comprensión de esas influencias y las posibilidades de una nueva vivificación de las creencias antiguas, destacando sus correlaciones más amplias y perennes.
Las doce ceremonias anuales serán, pues, una revelación de la divinidad. Serán un medio para establecer una correlación, en primer lugar durante los tres meses mencionados, con los tres grandes Centros espirituales, las tres expresiones de la divina Trinidad (Shamballa, Jerarquía, Humanidad). Las fiestas menores harán hincapié en la interrelación de las partes en el Todo, elevando así la presentación de la divinidad desde la esfera individual y personal hasta el Propósito universal; la correlación del Todo con la parte y de la parte con el Todo se expresará así plenamente.
Por lo tanto, la humanidad invocará el poder espiritual del reino de Dios, la Jerarquía; y esta responderá, y los planes de Dios serán entonces implementados en la Tierra. La Jerarquía, en una vuelta superior de la espiral, invocará el “Centro donde la voluntad de Dios es conocida”, invocando así el Propósito de Dios. De este modo, la Voluntad de Dios será coronada por el amor y se manifestará inteligentemente. La humanidad está preparada para esto y la Tierra espera.
En resumen: la nueva religión mundial será construida sobre la base de las verdades ya reconocidas.
Demos, pues, una definición de religión que resultará más exacta de lo que los teólogos jamás hayan formulado:
Religión es el nombre que se le da al llamamiento invocador de la humanidad y a la respuesta evocadora, otorgada a esa demanda, por la Vida suprema.
De hecho, es el reconocimiento que la parte tiene de su correlación con el Todo, además de la creciente demanda de una mayor conciencia de esta correlación.
(…) Quienes trabajen en el campo religioso formularán la estructura básica de la nueva religión. Esta es una obra de síntesis amorosa que acentuará la fraternidad y la unidad de espíritu.
Ese grupo constituye un canal importante para las actividades del Cristo, el Maestro del mundo. Los cimientos de la nueva religión serán puestos por muchos grupos, inspirados por el Cristo. (…) Nada puede detener el progreso del alma humana en su largo peregrinaje, de la oscuridad a la luz, de lo irreal a lo real, de la muerte a la inmortalidad y de la ignorancia a la sabiduría. (…) Dios obra de muchas maneras, a través de muchos credos y muchos grupos religiosos; y en la unión de todos ellos la verdad se revelará en su totalidad. (…) Al destacar sus doctrinas esenciales y la unión entre ellos, se revelará la plenitud de la verdad. Esta será la tarea de la nueva religión mundial, y procederá rápidamente después del regreso de Cristo.» (La Reaparición de Cristo, A. A. Bailey, pp. 134-8, Ed. Sirio; ver. ingl., pp. 155-9).
* Para más información, véase Introducción a la Astrosofía.