El trabajo de estimular de la Jerarquía

Alentados por el empuje propulsor que surge de la conjunción heliocéntrica de hoy en Cáncer entre la Tierra, de 3.er Rayo, que irradia Inteligencia activa, y Marte, del 6.o Rayo, que otorga Idealismo y Aspiración ferviente*, abordamos hoy un fundamento del trabajo de la Jerarquía, el centro planetario que, mediante la distribución de energía espiritual, impregna el espacio de flujo evolutivo: la transmisión constante de estímulo.

Este aspecto está especialmente tratado en La Exteriorización de la Jerarquía [1], texto del que también extraeremos citas (pp. 654-659), en aras de la claridad y la precisión, pero creemos importante abordar este estudio con el compromiso de hacer nuestro esta indicación:

«(…) Pocos saben reconocer la cualidad de su trabajo, pero si se adhieren firmemente a la Jerarquía ascenderán inmediatamente un grado. La capacidad de mantener firmemente ese Orden sagrado en el corazón es también un acto de concentración interior, pero se consigue mediante un duro trabajo. Sin necesidad de perder el tiempo considerándose a sí mismo, es posible conectarse con la Jerarquía en medio de la actividad. Que el Señor viva en el corazón. Que Él sea inalienable en él como el corazón mismo. Que cada respiración inhale y exhale el Nombre. Que resuene el ritmo de cada obra (…) [2]

La aplicación de estímulos constantes es tan importante que puede compararse al efecto del sol sobre todas las formas vivas, aunque las Enseñanzas hacen hincapié en que los Maestros dirigen y modulan la energía según sea necesario.

Operan con siete tipos principales de energía, de los cuales cinco se utilizan plenamente en la actualidad y dos están entrando rápidamente en servicio eficiente. Hay que tener en cuenta que me refiero a la utilización de energías estimulantes, vivificantes, fructificantes y cambiantes, según «la impresión científica, como se denomina esotéricamente». (Ídem., p. 654)

Las siete energías son:

  1. La energía del Prana: procede del Sol, y es esencialmente dadora de vida y la salud, pero también puede ser dadora de muerte y enfermedad, dependiendo de la cualidad de la sustancia a la que se dirija.

Prāṇa es una palabra sánscrita formada por dos raíces indoeuropeas: el prefijo *PR-, que expresa la idea de estar hacia delante, y el corazón de la palabra, *AN-, que encierra la idea del aliento vital: significa literalmente «respiración hacia delante». Similar al término sánscrito anala, fuego, evoca la idea del Principio Vital que anima todo organismo. [3]

En los textos del Agni Yoga hay muchas referencias al Prana, y os sugerimos que vayáis a buscarlas, porque su lectura, además de ser regeneradora, ayuda a clarificar la naturaleza de esta energía, que a nivel de efectos físicos es tanto más pura en ambientes naturales no contaminados, a la luz del sol y de las estrellas, pero que está esencialmente potenciada por las influencias espirituales. Este pasaje basta para ilustrarlo: «(…) ¿Dónde reside el poder de Nuestros experimentos? En la conciencia solar, emitida como Prana. Por encima de los estratos de los pensamientos terrenales fluyen las corrientes de la sabiduría solar, y en estas regiones comienza la gran Enseñanza prescrita. Os incitamos a abrazar el Universo entero. (…)» [4]

  1. La energía del plano astral, que es muy activa: estimula el deseo y provoca grandes cambios.

«(…) cuando se combina con la poderosa afluencia de la energía del prana, produce y estimula todos los aspectos del magnetismo animal con el que están dotadas todas las formas físicas; cuando se combina con la energía de la mente, produce una personalidad magnética, tanto en el buen sentido como en el malo.» (Ídem, p. 655)

  1. La energía del plano mental, que se hace cada vez más poderosa, estimulando las facultades intelectuales de la humanidad.

«Puede describirse como la energía que se vierte en la conciencia humana a través de cuatro expresiones distintas de energía mental:

(a) La energía del pensamiento ideológico.

  1. b) La energía de las formulaciones religiosas; estas están creando grandes cambios en la mente de las personas en relación con los conceptos religiosos del mundo y los nuevos valores espirituales.
  2. c) La energía que produce hoy la lucha por la libertad y la liberación de las condiciones ambientales. (…)
  3. d) La energía de la Jerarquía espiritual del planeta, aplicada ahora por la Jerarquía a la transmutación del triste e infeliz pasado de la humanidad en la gloriosa perspectiva de la Nueva Era. Es, como bien pueden imaginar, una energía séptuple que emana de los siete Ashramas principales y es dirigida por ellos, bajo la dirección de Cristo, los Maestros y los ancianos Chohanes, quienes en consejo deciden el método, la dimensión y la cualidad de distribución de la energía involucrada; también deciden dónde debe hacer su impacto para lograr los mejores y más constructivos resultados. Es con esta energía séptuple que la Jerarquía trabajará para preparar su manifestación en el plano físico y la reaparición de Cristo». (Ídem, 656)
  4. La energía de la propia Humanidad, que se está volviendo cada vez más sensible y receptiva a la impresión jerárquica, precisamente debido a la afluencia de las energías enumeradas anteriormente.

Respondiendo a la Llamada están los grupos esotéricos, discípulos, aspirantes y todas las personas en todas partes que están comprometidas a trabajar por el Bien Común, unificadas por la conciencia de la responsabilidad de ayudar a llevar a cabo el Plan de Amor y Luz: el desarrollo del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo y la idea del Único Servidor Planetario son centros de poder evolutivo, esparciendo ondas amorosas y rayos de luz a través de la Tierra.

  1. La energía del segundo aspecto de la divinidad, llamada «conciencia crística».

Un pasaje de otro texto de la Enseñanza [5] expresa claramente este tipo de energía: «Cristo dio la más grande de todas las ideas, a saber, que Dios es amor, que ese amor puede manifestarse en forma humana, y así manifestado representa algo posible para todos los hombres. (…) El alma, es decir, el Cristo oculto en todos nosotros, es el mediador entre el espíritu (el Padre) y el ser humano. (…) Es la luz que vino a mostrarnos y que Él, aunque velada y oculta, la vislumbra en todos, urgiéndonos a hacerla brillar.»

«Se enfoca naturalmente a través del Cristo mismo, como Representante de la energía solar de amor-sabiduría en la Jerarquía. (…) El empleo de esta segunda energía fundamental (…) presenta al propio Cristo una gran prueba de Su capacidad de acción; su empleo constituye la mayor prueba o tarea que enfrentará cuando reaparezca y sea responsable de liberar sus poderes en la tierra. En consecuencia, la tarea de todos los discípulos es promover la sabiduría, y deben aprender a hacerlo bajo la influencia del Buda. Él enseñó la lección elemental de la discriminación y el desapego mental, dos cualidades fundamentales que deben ponerse en actividad durante este maravilloso período de preparación al que se enfrentan hoy todos los discípulos.

Estos son, pues, los puntos que todos los grupos de discípulos y trabajadores espirituales deben aprender a presentar a la humanidad que busca. Se refieren a la creación y vivificación de la nueva religión mundial. Este tema está en la raíz de todo lo nuevo: la distinción entre el acercamiento mental y el acercamiento del alma (…).» (Ídem, pp. 657-658)

Aquí reside el núcleo de todo el debate: intuimos que podemos expresar la conciencia crística cuando con las alas de la mente abstracta resonamos con el plano búdico, pulsando la inteligencia del corazón, abriendo el alma a los contactos superiores, sintiéndonos íntimamente ciudadanos del Reino de Dios, en una visión que, trascendiendo cualquier confesión religiosa, afirma la comunidad planetaria y empuja la mirada, consecuentemente, hacia la comunidad solar y cósmica.

Un pasaje del Agni Yoga nos estimula:

«(…) Recuerda, el Alma del Maestro es tu hogar.

No le olvides en la lucha por la Beatitud.

Les hablo en nombre de la humanidad.

El Maestro siempre está a tu puerta,

pero deja la puerta abierta.

Espérale y Él responderá a tu llamada,

como la flor al sol de la mañana. (…)» [6]

«Estoy en el corazón del Cristo», recita la Fórmula 2.2 del Plan de Amor y Luz que afirmamos constantemente, para preparar la reaparición.

Del contacto con el alma florece la inspiración y la necesidad interior de Servicio, como impulso para el bien grupal: una expresión de esto es la idea-guía del Servidor Planetario Único.

  1. La energía del primer aspecto de la divinidad, de la voluntad o poder, aplicada por Shamballa «con la más extraordinaria cautela”.» (Ídem, p. 658)

Es una energía del primer rayo que destruye lo que obstruye el libre flujo de la vida, purificando el pensamiento y desbaratando las formas desgastadas para activar las semillas de una civilización más evolucionada.

«Es una energía extremadamente peligrosa y no podrá aplicarse en mayor medida hasta que la humanidad haya aprendido a responder más adecuadamente a la energía del segundo aspecto de amor-sabiduría y, por tanto, al gobierno del Reino de Dios.» (Ídem, p. 658)

  1. «Queda otra energía que sólo podrá aplicarse mucho más tarde y sólo si la actividad de las seis energías anteriores logra su propósito. No podemos ocuparnos de ella aquí, porque el futuro es demasiado incierto y, en cualquier caso, sólo entrará en actividad a mediados de la era de Acuario.» (Ídem, p. 659)

Este es el único pasaje, entre los comentados hasta ahora, que hemos citado íntegramente, porque no se dan otros elementos. No obstante, es bueno alimentar en nuestros corazones la confianza en que la realización de ese futuro «incierto» y la entrada en actividad de esa energía evolutiva dentro de sólo unos siglos dependen también de nuestro compromiso actual y progresivo, alimentado por nuestra conciencia de la jerarquía de los ciclos celestes.

Los pasajes sobre la distribución de la energía espiritual concluyen señalando el poder evocador de la Gran Invocación, de su ritmo mántrico, de su difusión por todo el mundo, de su utilización científica por la Jerarquía: «(…) las energías hasta ahora incapaces de penetrar más allá de la sustancia de la Jerarquía y de los niveles del plano mental superior, podrán ahora por primera vez anclarse con éxito en los niveles físicos densos o al menos en los niveles etéricos. Se trata de un hecho mucho más importante de lo que quizás ustedes se imaginan.» (Ídem, p. 659)

En la fase inicial de este fatídico año, en el Signo iniciático de Capricornio, con el corazón lleno de alegría y determinación, escuchemos otro pensamiento de los Maestros, conscientes de que será nuestra sensibilidad y capacidad de respuesta a sus amorosos mensajes energéticos lo que nos abrirá a nuevas oportunidades y colaboraciones evolutivas:

«La capacidad de creación de la Luz se manifiesta en todo su poder precisamente a través de tensiones y posibilidades. [Las Fuerzas de la Luz estimulan todos los centros ardientes. La construcción universal procede suministrando las energías necesarias. En este proceso tensemos todas las fuerzas, con el corazón en llamas y la espada del espíritu. Así daremos nacimiento a un gran futuro, ¡y la gran ley manifiesta lo proclamará!» [7]

Como Servidor planetario, nos ofrecemos como un solo cáliz en respuesta a la llamada jerárquica, en un espíritu de comunión con aquellos que trabajan conscientemente para el despliegue del Plan de Amor y Luz.

__________________________________________________________

* El sexto Rayo de Marte y el tercer Rayo de la Tierra crean una resonancia de octava (6:3 = 2), que estimula a la Humanidad a abrir y elevar el corazón para recibir la influencia del Centro del Corazón planetario, la Jerarquía.

[1] A.A. Bailey, La Exteriorización de la Jerarquía.

[2] Colección Agni Yoga, Mundo del Fuego II, § 118

[3] F. Rendich, Dizionario etimologico comparato delle lingue classiche indoeuropee. Indoeuropean-Sanskrit-Greek-Latin, Palombi Editori, 2010, p. 197.

[4] Colección Agni Yoga, Hojas del Jardín de Morya, II, § 105

[5] A.A. Bailey, De Belen al Calvario, p. 92.

[6] Colección Agni Yoga, Hojas del Jardín de Morya I, § 312

[7] Colección Agni Yoga, Mundo de Fuego III, § 202


 

Etiquetado , , , .Enlace para bookmark : Enlace permanente.

Deja un comentario