RITO DE ESCORPIO
PRIMER VÉRTICE, 1.3
Ha llegado la hora de la Batalla.
Durante mucho tiempo he fomentado al Enemigo.
Me he preparado largamente para la lucha.
Ahora estoy listo para combatirlo y vencerlo.
Toda la voluntad, la mía y la de mis sagrados compañeros,
se concentra en este acontecimiento.
¡No dudemos nunca de la Victoria, que es nuestra por destino!
*
Veo todos sus movimientos.
¡Le afrontaré con un solo golpe!
SEGUNDO VÉRTICE, 2.3
Al alba, miro el campo de Batalla.
He aquí el bendito lugar del valor.
Antes del anochecer habré ganado,
y el antiguo enemigo se habrá deshecho bajo los rayos de mi espada.
Tan breve es la Batalla, anunciada desde hace mucho tiempo:
tan cierta es la Victoria que llevo en mi corazón.
*
¡Un día, y el Infinito!
TERCER VÉRTICE, 3.3
¡Oh, Guerreros! ¡Mis soldados!
Combatir es como construir.
¡Vigilen, no dejen nada al azar!
Una vez más, recordemos las armas que nos darán la Victoria en el campo:
Voluntad
Amor
Luz
Y todas las fuerzas del Cielo están a nuestro lado.
*
¡Un solo golpe, y la Vida eterna!
CUARTO VÉRTICE, 4.3
Bella es la Batalla, y la belleza es la Victoria.
Salgo a campo abierto, y canto. Mi canto asusta al Enemigo.
Y me responden todos los Guerreros que hoy vencen,
y los que han vencido y los que vencerán.
*
¿Por qué combates, Guerrero?
Combato por ti.
QUINTO VÉRTICE, 5.3
Cuantas veces me he involucrado en falsas batallas:
¡Y cuántas falsas derrotas!
Las victorias del Enemigo son falsas, porque son muchas; y las recuerda.
En cambio, mi triunfo es solo uno, este; y lo olvido.
Vengo de infinitos recuerdos, y mi memoria no tiene recuerdos.
*
Yo soy el Ganador y el Vencido.
SEXTO VÉRTICE, 6.3
Primero resplandece la estrella de la Vida, que ni sale ni se pone.
Luego viene la estrella de la Creación, subiendo y bajando en los Cielos.
Su luz envía y llama: expulsa y reúne.
Ahora resplandece la estrella de la Vida, que no conoce horizontes.
*
Yo venzo en nombre de la estrella de la Vida,
y trabajo a la luz de la estrella de la Creación.
SÉPTIMO VÉRTICE, 7.3
¡Qué pesado está este yelmo, que era como una pluma en la Batalla!
Y qué sereno y tranquilo está el Cielo, que era tormentoso en la Batalla.
Qué sencillas son las cosas después de la Victoria.
Cuando los sonidos, finalmente, acallan, escucho el profundísimo silencio.
No más días, no más noches.
Solo luz y luz.
*
Gran Madre del Cielo: ¡Te amo!
*
*
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En este solemne año 5.7, con el que concluye el septenio que está dedicado a trabajar por la manifestación de una Nueva Cultura y una Nueva Civilización, celebramos la entrada en los distintos signos del Zodíaco con estos magníficos Rituales, destinados a «unir el Espíritu con la Sustancia», apoyando la acción de la séptima energía divina, y para hacer que la Liturgia creadora del grupo y del trabajo humano sea lo más eficaz, rítmica y armoniosa posible, de acuerdo con la Ritualidad Planetaria y Solar. (Consultar también el documento Afirmar el Plan Planetario)