La discontinuidad ígnea y decisiva de este solsticio de diciembre inicia un nuevo respiro anual y septenario del Plan para la Humanidad que tomó forma en 1987, y que sostiene los pasos de quienes lo han reconocido y continúan afirmándolo en nombre de la Humanidad Una. Toda la voluntad de los Trabajadores del Plan se concentra ahora en este momento atemporal, en el que se suelta la chispa de fuego eléctrico que dota de sus propias características al nuevo ciclo. De hecho, todo comienzo está siempre precedido de un poderoso instante de silencio causante, trascendente e iniciático, en el que la Luz excelsa y monádica interviene para inyectar la Vida.
Habiendo realizado sagradamente este gesto mágico y ritual, nos damos cuenta de que toda la experiencia acumulada durante el septenio que acaba de terminar, iluminada por la luz del quinto Rayo de la Mente y el Conocimiento Concreto, y del que nos despedimos con gratitud, está impresa en el «tesoro» de la conciencia común. Ahora no hay nada más que añadir o quitar, y esta es la base sobre la que se construirá la nueva fase de la Obra.
Dirijamos, pues, juntos nuestra mirada al septenio que tenemos por delante, cualificados por la energía subyacente del Sexto Rayo creador del Idealismo abstracto y de la Devoción, que se encarna en las ideas de Comunión, Comunidad, Hermandad; todos ellas son valores que también dotan de sus propias características a la era entrante de Acuario, que derrama a los sedientos su agua de Vida, el principio ígneo de la mente, la energía psíquica. (Pulsar aquí para ver ampliado el siguiente cuadro.)
En primer lugar, consideremos que el núcleo de pensamiento en torno al cual tiene lugar este ciclo está fijado por la sexta Meta causante del Plan (6.6), que dice: «La Nueva Religión Mundial», que podríamos traducir como la necesidad de organizar la espiritualidad humana, que crece a pesar de las apariencias, y que ya no se reconoce en las formas dogmáticas y devocionales de las grandes religiones de la era de Piscis; cada una de ellas ha querido imponer su superioridad sobre las demás. Hoy, la Humanidad comienza a sentirse Una y necesita aproximarse, por medio de la mente investigadora y abstracta, a esa Verdad central que toda Enseñanza siempre ha guardado, velado y revelado de diferentes formas y maneras, que han sido adecuadas a las Culturas y Civilizaciones, a las que se dirigen.
«Cada edad elige la Enseñanza que le corresponde. En ese momento, todas las Enseñanzas anteriores adquieren una imagen completamente distorsionada. La propia humanidad está tratando de adoptar las peores perversiones del culto proporcionado por los antepasados. Sin embargo, cada fase de la Enseñanza no excluye la anterior. Se le presta poca atención, pues los sacerdotes de todas las Enseñanzas erigen su bienestar negando las anteriores Enseñanzas. Pero es fácil demostrar la continuidad de lo que se llama religión. Se siente el fluir incesante del flujo único de la misma energía. Al denominarla energía psíquica, hablamos de la propia Sophia del mundo helénico o la Sarasvati de los hindúes. El Espíritu Santo de los cristianos manifiesta sus signos, como el Adonai creador de Israel, y Mitra, saturado de poder solar. No hay duda de que el fuego de Zoroastro es el fuego del espacio que ustedes estudian.
La energía psíquica une el fuego con Materia Matrix. Y la Enseñanza del Agni Yoga no es más que la exposición del uso contemporáneo de esa energía, cuyo flujo se aproxima con el Satya Yuga. No es la intensificación de una posibilidad latente, sino la iluminación propiamente de esta época. (…)» (Agni Yoga § 416, Agni Yoga)
El maestro Tibetano, al tratar de la nueva Religión mundial, dice: «La nueva religión será una religión de Invocación y Evocación, de reunir las grandes energías espirituales para hacerlas descender en beneficio de las masas y estimularlas. El trabajo de la nueva religión será distribuir la energía espiritual y proteger a la humanidad de las energías y fuerzas que no está preparada para recibir en este momento particular. (…) La nueva religión mundial debe estar basada en las verdades que han resistido la prueba de los siglos (…), a saber:
- La realidad de Dios (un Dios trascendente).
- La correlación del hombre con lo divino (un Dios inmanente).
- El hecho de la inmortalidad.
- La hermandad de los hombres (un Dios en expresión).
- La existencia del Camino que conduce a Dios.
- La historicidad de las dos grandes aproximaciones y la posibilidad de una tercera inminente.» (La Exteriorización de la Jerarquía, pp. 346-358, Ed. Sirio; vers. ingl., pp. 400-415)
En esencia, afirmar la nueva Religión Mundial no significa pensar en fundar una nueva Enseñanza religiosa junto a las ya existentes, sino trabajar para que la concienciación de la fraternidad universal, la meta de la nueva era, se base en la esencial «religiosidad» humana. Una vez más, se trata de romper con el pensamiento divisor para reconocer la unidad de la obra salvadora de los Maestros, los iniciados y los discípulos del mundo, y la responsabilidad de la Humanidad para con los «mundos lejanos», así como para con los diferentes reinos de la naturaleza, que hasta ahora se ha ocultado en gran medida; y sentir que estamos llamados a colaborar, respondiendo al Llamamiento, cada uno en su propia esfera, en el conocimiento de que «todo es Uno».
«El elogio del coraje se propagó por todas partes. Los últimos discípulos marcharon por el camino de la búsqueda y vinieron a Nosotros, pidiéndonos que juzgáramos su propósito. Cada uno trajo sus sueños. (…) “Destruiré todos los templos, porque la verdad no tolera los muros.” (…) “Irrigaré todos los desiertos.” (…) “Abriré las prisiones.” (…) “Destruiré todas las espadas.” (…) “Trazaré todos los senderos.” (…) “Secaré todas las lágrimas.” (…) “Viajaré por todos los países.” (…) “Esculpiré el libro de la Humanidad.” (…)
Pero el último dijo, dirigiéndose a las estrellas brillantes: “¡Saludos a ustedes, hermanos!” Y en ese intrépido saludo, su ego desapareció.
¡Profesen el camino del Universo con este acto de coraje!» (Agni Yoga § 12, Agni Yoga)
La nueva Religión es la Religión del Cielo, la sede y el modelo de la Hermandad. El nuevo método religioso es la comprensión de su infinito Amor y la identificación con su Orden solemne.
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La Meta de este primer año del sexto septenio (6.1), que une los valores del sexto Rayo con los del primero de Voluntad o Poder, dice: «El Esoterismo de la Nueva Religión Mundial», y confiere valor iniciático a todo el ciclo.
En el texto que lo ilustra (Le Mete Lontane, ed. Nuova Era), el esoterismo se explica con la conocida frase «Muchos son los llamados, pocos los elegidos», que ha sido poco comprendida, como suele ocurrir con lo que es verdadero.
«La Voz llama y su llamamiento se dirige a todos, concierne a todos, sin excluir a nadie. Pero solo una minoría escucha, responde y es elegida. Es precisamente en este punto donde nace el esoterismo. A partir de entonces, “las cabras son separadas de las ovejas”: entre uno y otro tipo de conciencia se forma una división, se traza una frontera. Pero esto es provisional, ficticio, superable, y no es causado por la voluntad de la Voz, sino por la diferente reacción humana a su llamamiento.
Aún menos se ha comprendido que el llamamiento se repite, porque pulsa como todo lo que vive. Entonces, vuelve a producirse el mismo fenómeno reactivo descrito anteriormente, pero esta vez ocurre tanto en el círculo externo como en el círculo interno o “esotérico”. A largo plazo se forman esferas o regiones concéntricas de varios estados de conciencia, que hacia el centro, desde donde resuena la Voz, se vuelven progresivamente más claras, tensas, límpidas y ordenadas. (…)
La Voz sigue llamando hasta que todas las esferas hayan llegado, progresivamente, a reconocer el Centro, donde se anulan las divisiones y triunfa la igualdad. (…)
Este simple concepto de esoterismo implica y explica la necesidad de la iniciación al pasar de una esfera a otra, donde uno es esperado y recibido. Es una reacción al Llamamiento y muestra que el iniciado es siempre, en verdad, el iniciador de sí mismo.»
Este luminoso y poderoso inicio del ciclo nos recuerda también que el año central del septenio (6.4), cuyos valores energéticos recuerdan los Rayos egóicos y personales de la nación italiana que tiene la tarea de «Grabar los Caminos», coincide con el año 2025, en el que se celebrará el cónclave que la Jerarquía celebra cada siglo y en el que probablemente se fijará la fecha de la primera etapa de Su exteriorización. Verdaderamente, es tiempo de preparación para la iniciación y de advenimiento para toda la familia humana.
La simiente de la Meta 6.1 dice:
«La primera existe, pero es indefinida.
La última no existe, pero es real.
Soy la Luz que brilla en el desierto atestado de gente.
Transmito la Verdad.
Las Jerarquías de jerarquías, abiertas y comunicantes,
gradúan el acceso al Fuego central.»
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En este dramático momento de transición, la conciencia infantil de la humanidad tendrá que elevarse de manera radical y rápida para abordar con responsabilidad la urgente necesidad de hallar soluciones a los problemas que ha desencadenado y que pueden poner en peligro la supervivencia misma de una parte de la Humanidad.
Hoy todavía jugueteamos siguiendo viejos patrones separatistas de intereses particulares y nacionales que continúan provocando guerras, migraciones, hambre, catástrofes por el cambio climático y el uso imprudente de los recursos naturales.
Sin embargo, la Humanidad ha demostrado hasta ahora que, cuando está al borde del abismo, puede hallar una salida. Pero si no queremos limitarnos a poner parches a las deficiencias más graves y dejar para la posteridad una situación en gran medida inalterada, debemos tomar el camino correcto: Se necesitan visión y coraje, se necesitan hombres nuevos y conciencias elevadas. La Jerarquía, como siempre, nos ayudará.
Los discípulos del mundo están tomando partido, cada uno en su lugar, para formar un todo sólido y ordenado acorde con la Obra jerárquica, sin perderse en falsas batallas sino tratando de construir, con el fuego de la mente, las causas de los acontecimientos futuros.
La Voz llama, y un número creciente de mujeres y hombres de buena voluntad, sensibles a la invocación de la Humanidad, se reúnen para llenar el círculo de los que aspiran a un mundo nuevo y están dispuestos a comprometerse para que un día se haga realidad.
Una expansión de la conciencia humana general hoy ya está en marcha; los tiempos están maduros y «todas las fuerzas del Cielo están a nuestro lado». Sabemos que cuando la noche es más oscura, se aproxima el amanecer. Y por lo tanto:
¿Dónde edificar el nuevo Templo? ¿Cómo construirlo?
Lo haremos aquí y en todas partes.
Lo haremos como un cristal,
Lo haremos como una flor,
Lo haremos como un hombre.
Lo haremos como un Sol.
Sobre las ruinas del antiguo Templo,
aquí y en todas partes, preparamos el sitio de construcción.
Es el gran momento de gozo de los Constructores.
(La Costruzione del Tempio, E. Savoini; documento en italiano)