Del Lambdoma de la Génesis de las Ideas:
1.3 SONIDO: El Sonido es el impulso ígneo de la Vida.
3.1 FUEGO: El Fuego es la Vida que se genera y se multiplica.
(Pulsar aquí para poder ver ampliado el cuadro anterior.)
Esta Polaridad de Ideas expresa y evidencia la correlación primaria entre:
1.1 VIDA: La Vida ES.
y
3.3 LUZ: La Luz es el movimiento rítmico del Fuego.
En el nivel del Pensamiento abstracto o ígneo (donde se afirma el Alma humana, el «cuerpo de las causas», para la visión esotérica), el intento de comprender y vivir la correlación cuatripartita entre la Vida, la Luz, el Sonido y el Fuego es análogo a la cuadratura del círculo, en el centro entre el Mundo de las Ideas (círculo) y el Mundo de las Formas (cuadrado).
Las Ideas son Energías reales y Entidades vivas, son las potencias que producen los precipitados; y dirigir nuestra contemplación y reflexión a estas Fuentes de los acontecimientos y de las cosas eleva nuestra vibración y visión de la existencia. Esta empresa es muy necesaria y urgente en estos tiempos de confusión y ceguera.
«El poder del liderazgo no reside en la corona, ni en el pueblo, sino en la inmensidad cósmica de las ideas.» (La Comunidad de la Nueva Era, § 84, Agni Yoga)
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La Vida ES, y en el Espacio se genera y multiplica incesantemente: es el Fuego (3/1).
Su impulso ígneo es el Sonido (1/3).
Su movimiento rítmico es la Luz (3/3).
El Fuego es la energía y la sustancia de la Vida; su impulso crea como Sonido y se revela como Luz.
¡Qué maravilloso es volar con el Pensamiento entre estas supernas ideas y fórmulas!
El Corazón se abre de par en par y el ardiente gozo de la Vida lo inunda.
«Todo opera con fuego. El fuego interno, inherente y latente; el fuego radiante y emanante; el fuego generado, asimilado e irradiado; el fuego vivificador, estimulante y destructor; el fuego transmitido, reflejado, absorbido; el fuego, fundamento de toda vida; el fuego, esencia de toda existencia; el fuego, medio de desarrollo e impulso subyacente a todo proceso evolutivo; el fuego que construye, preserva y edifica; el fuego que es origen, proceso y finalidad; el fuego purificador y consumidor. El Dios del Fuego y el fuego de Dios actúan el uno sobre el otro hasta que todos los fuegos se unan y ardan, hasta que todo lo que existe, desde un sistema solar hasta una hormiga, hayan pasado por el fuego y emerja de él como una triple perfección. Entonces, el fuego, como esencia perfecta, va más allá del “círculo infranqueable”, ya sea la esencia que emerge del círculo infranqueable humano, planetario o solar. La rueda de fuego gira, y todo lo que está dentro de esta rueda está sometido a la triple llama, hasta la perfección final (…).» (Tratado sobre Fuego Cósmico, Alice A. Bailey, pp. 105-6, Ed. Fundación Lucis; vers. ingl., p. 97)
«¿Qué dice la Enseñanza esotérica sobre el Fuego? El Fuego es el reflejo más perfecto y puro, tanto en el cielo como en la tierra, de la Llama Única. Es la vida y la muerte, el origen y el fin de todas las cosas materiales. Es la Sustancia divina.» (La Doctrina Secreta, “Cosmogénesis”, Helena P. Blavatsky)
«El Fuego, como símbolo, está presente en todas las Enseñanzas; y en el Universo se afirma como expresión de la vida. Su sustancia es tan radiante que es imposible definirla o describirla. El Aliento cósmico es el Fuego del Espacio. Todos los fenómenos del Universo están impregnados de Fuego; y el pensamiento humano es Fuego. (…)» (Infinito I, § 372, Agni Yoga)
«La esencia que impregna todo lo que vive es el Fuego cósmico, que brota de las Profundidades del Universo y trabaja en infinitos procesos creadores (…). La capacidad de crear del Fuego es una ley cósmica. La Energía universal que lo impregna todo es una ley cósmica. La omnipresencia del Fuego afirma su tensión y se expresa en todas las vidas. (…)» (Mundo del Fuego III, § 146 [alias Mundo Ardiente III], Agni Yoga)
«(…) El inicio y repercusión de la vida y las renovaciones son una misma expresión: el Fuego invisible, puro y creador.» (Infinito II, § 76, Agni Yoga)
«El fuego da impulso y vida a todo el Universo. Cada chispa creadora enciende el esfuerzo del espíritu. ¿Cómo, entonces, no es posible afirmar en cada manifestación el impulso ardiente que alimenta la tensión e impregna cada acción? Es necesario desarrollar ese maravilloso estímulo que le da vida a todo. Así, el fuego, saturado, atrae las energías correspondientes. Sobre todo hay que promover este impulso en la cultura del pensamiento. Al igual que el impulso creador recoge las concordancias, el pensamiento atrae las correspondencias. Guarda con cuidado el estímulo del fuego.» (Jerarquía, § 97, Agni Yoga)
«El sonido reverbera entre las variadas ruedas de materia increada, y he aquí, que el sol y todas las ruedas menores aparecieron. La luz brilló entre las numerosas ruedas, y así las múltiples formas de Dios, los diversos aspectos de su radiante vestidura, resplandecieron. Las vibrantes y palpitantes ruedas giraron. La vida en sus numerosas etapas y en sus diversos grados comenzó su proceso de desarrollo, y he aquí que la ley empezó a actuar. Surgieron las formas y desaparecieron, pero la vida siguió su curso. Surgieron reinos, manteniendo sus incontables formas, las que se unieron, giraron juntas y luego se separaron, pero la vida continuó. El género humano, ocultando al hijo de Dios, el Verbo encarnado, surgió a la luz de la revelación. Aparecieron y desaparecieron las razas. Las formas, velando la radiante alma, surgieron, alcanzaron su propósito y se desvanecieron en la noche, pero he aquí que la vida continuó mezclada esta vez con la luz. La vida se fusionó con la luz, ambas se unieron para revelar belleza y poder, fuerza activa liberadora, sabiduría y amor, lo que llamamos un Hijo de Dios.» (Tratado sobre Magia Blanca, Alice A. Bailey, p. 147, Ed. Sirio; vers. ingl., p. 145)
«Estas formas persisten y llevan a cabo sus funciones, mientras se prolonga el sonido que las produjo, y la específica energía volitiva de aquel que inició el sonido va dirigida hacia la forma viviente. Esto también es verdad respecto a un Logos solar al pronunciar el AUM, creando así el sistema solar; cuando un Logos planetario pronuncia Su Palabra planetaria crea un esquema planetario; un adepto al producir resultados, al ayudar a la humanidad en el plano físico y a un ser humano común; en lenguaje diferenciado y diversificado, expresa un propósito interno o estado mental y construye una forma o vehículo con sustancia dévica.» (Iniciación humana y solar, Alice A. Bailey, p. 132 Ed. Fundación Lucis; vers. ingl., p. 159)
«La Biblia dice: “En el principio era el Verbo y el Verbo era Dios (…). Todas las cosas fueron hechas por Él; y sin Él nada de lo que es hecho, fue hecho.” De esta manera, de acuerdo a la enseñanza cristiana, los mundos fueron hechos por el Verbo de Dios. En las Escrituras hindúes, encontramos que al señor Vishnu, que representa a la segunda Persona de la Trinidad, se lo denomina “La Voz”. Es el gran Cantor que ha construido los mundos y el universo mediante Su canto. Es el Revelador del pensamiento de Dios que ha construido el universo de sistemas solares. Así como los cristianos hablan de la gran Palabra, el Verbo de Dios, el Cristo, así el hindú habla de Vishnu, el gran Cantor, que crea por medio de Su canto. (…) Los diversos Logos solares de las vastas constelaciones, se ponen en evidencia cuando escudriñamos los cielos estrellados; la cualidad del Logos de nuestro sistema solar se ve por medio de esa gran forma mental que Él construyó por el poder de Su palabra, que es energizada con Su particular cualidad de amor. Cada vez que Dios habla crea los mundos, y en la actualidad solo está en ese proceso. Aún no ha concluido lo que tiene que decir, y de ahí la evidente imperfección presente. Cuando termine esa gran frase o sentencia divina que ocupa Su pensamiento tendremos un sistema solar perfecto, habitado por vidas perfectas.» (Tratado sobre Fuego Cósmico, Alice A. Bailey, p. 772, Ed. Fundación Lucis; vers. ingl., pp. 980-1)
«En la antigüedad se decía (Upanishad) que el Sonido es Fuego. En el mundo del Fuego (o del espíritu) —donde todo es uno—, la ley es una y su repercusión física no puede ser otra que la ley de los armónicos superiores.
Por eso debe considerarse la base auténtica, legítima e irrefutable de todas las especulaciones armónicas. En el principio resuena un Sonido y los mundos surgen ordenadamente y nacen las criaturas. Y mientras ese Sonido perdura, la creación se desarrolla y se manifiesta; cuando cesa, todas las formas se desvanecen instantáneamente en la quietud absoluta. Y esta creación es conocible, porque es ordenada y sucesiva; y en ella debe reinar un orden universal que también es conocible a partir de sus expresiones numéricas y cuantitativas: la base material (el número) revela el contenido psíquico (el valor), y este produce aquel, sin error.» (Armonica. Prima parte, Enzio Savoini. Traducción libre, resumida, con comentarios de Lehrbuch der Harmonik de Hans Kayser, texto inédito, 1980)
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En el centro, desde el lugar del Fuego, afirmamos:
El oro del Fuego brilla y resuena en el corazón, el sol creador de la Vida.
Este artículo celebra la alineación Tierra-Sol-Plutón, que es sagrada para el Tercer y Primer Rayos.