Ley, Sexo y Dinero

El signo Libra, actualmente en curso, está indicado como el regente y el regulador de los tres aspectos del Tercer Rayo: Ley, Sexo y Dinero.

He aquí algunas indicaciones esclarecedoras sobre el tema, extraídas del libro Astrología Esotérica, pp. 180-190, Ed. Fundación Lucis; vers. ingl., pp. 233-246.

Libra está «estrechamente relacionado con el tercer aspecto divino, por lo que es un signo dominante, un elemento de gran poder condicionante con respecto a la Ley, el Sexo y el Dinero. (…) Cada uno de los tres aspectos divinos es una trinidad, que se manifiesta de tres maneras o tres aspectos menores; y el tercer aspecto no es una excepción a la regla de todas las triplicidades que rigen la evolución y la manifestación. El estudio de Libra arrojará luz sobre el tercer aspecto. El primero, de voluntad o poder, se expresa en Libra como Ley, legislación, legalidad, justicia;  el segundo aspecto se manifiesta como la correlación entre los pares de opuestos (la balanza es su símbolo y en el plano físico el Sexo; el tercer aspecto se manifiesta en la energía materializada que llamamos Dinero. Literalmente, el oro es el símbolo externo de lo que se crea cuando el espíritu y la materia se unen en el nivel físico. El tercer aspecto (…) es el creador, la energía que produce el plano de la manifestación objetiva y tangible, el lado de la forma de la vida.

Por lo tanto, si se estudia cuidadosamente la ley, el sexo y el dinero, cómo se expresan en el mundo actual y cómo pueden hacerlo en el futuro, se obtendrá una visión muy instructiva y valiosa de los futuros logros físicos y de las expresiones espirituales.

(…)  Debido a sus cualidades equilibradoras, esta constelación, más que ninguna otra, puede asociarse específicamente con el problema del sexo. Por lo general, el estudiante de astrología conecta el sexo con Tauro y Escorpio; tal vez porque el Toro suele considerarse un símbolo de los impulsos frenéticos del principio sexual incontrolado, y porque las pruebas fundamentales tienen lugar en Escorpio. Al inicio, para muchos aspirantes el sexo es un problema importante. Pero esotéricamente es en Libra donde toda la cuestión sale a la superficie y busca cada vez más una respuesta; y es en Libra donde los opuestos deben equilibrarse para llegar a una solución mediante el uso del juicio mental, estableciendo un equilibrio entre los principios masculino y femenino. Sigue siendo el problema fundamental de las Ovejas y las Cabras (un simbolismo recurrente), de lo negativo y lo positivo, de los que siguen ciegamente el instinto o la costumbre y los que, en cambio, van libremente por donde quieren y dirigen ellos mismos su conducta y sus actitudes. Su autodeterminación puede llevarles en cualquiera de las dos direcciones que toma la rueda de la vida, siguiendo deseos egoístas o impulsados por la aspiración espiritual; pero lo que hay que tener en cuenta es que, juzgando con intención, tras la debida reflexión y sopesando las distintas posibilidades, hacen lo que quieren, como les parece correcto y deseable.

De por sí, esto es realmente útil y aprenden de esta manera, ya que cada acción tiene sus resultados y la mente que juzga sopesa la causa y el efecto mejor que cualquier otra.

No voy a decirles cómo resolver la cuestión sexual. La humanidad llegará inevitablemente a ella con el paso de los milenios, a medida que el instinto de manada sea sustituido por la actitud premeditada y autoconsciente del aspirante y del intelectual. Sin embargo, les recuerdo que el instinto de manada, en relación con el sexo, se basa o bien en el deseo instintivo animal, que es normal y está de acuerdo con la naturaleza, o bien en motivos emocionales; estos son mucho peores y llevan gérmenes de dolor mucho más arraigados. Varían desde el amor libre y la promiscuidad general, hasta la actitud del cristiano ortodoxo, estrecho de miras e intolerante, como se le suele entender, que ciertamente no es como el Cristo veía la vida. Esta visión limitada —normal en el ámbito anglosajón (un efecto de la enseñanza medieval)— considera el sexo como algo muy pecaminoso, siempre indeseable, como algo que se tiene que destruir, superar y segregar en los recovecos de la conciencia cristiana, donde se oculta como un misterio lascivo. Esto también se debe a la influencia de San Pablo y no a la enseñanza de Cristo.

Contra estas actitudes se desató una reacción violenta, que ahora está en su apogeo y que, a su vez, es tan indeseable como peligrosa, como todas las reacciones violentas, ya que ninguna es verdadera; la perspectiva correcta y la acción apropiada solo se pueden ver correctamente en el eje de la Balanza o en el cubo de la rueda. Cuando, finalmente, se establezca la verdadera correlación “sexual” y el alma y el cuerpo (positivo y negativo) estén en contacto permanente en la vida de los aspirantes, la cuestión del sexo físico será enseñada al mundo de manera correcta.

Se trata de una enseñanza que surgirá de la fusión y la síntesis de los mejores puntos de vista sobre el tema en ambos hemisferios, de los pensadores espirituales, incorporando así la experiencia de Oriente y Occidente y la visión científica y mística de este misterio, que es a la vez físico (por lo tanto, requiere una comprensión científica) y místico (por consiguiente, debe ser interpretado en un sentido espiritual). Se necesitarán las contribuciones y conclusiones de los médicos para impartir las instrucciones necesarias, sabias y físicas, pero también el conocimiento de los yoguis de la India, con respecto a los flujos de energía en los diversos centros, en este caso el centro sacro. Por último, gracias a la contribución activa de las personas con mentalidad jurídica y legal, se llegará a las opiniones equilibradas y deseables. A partir de los numerosos experimentos que se llevan a cabo hoy en día en este campo, la futura generación logrará un equilibrio y, como resultado, inclinará la balanza hacia el lado deseado y deseable. De eso no cabe duda; solo es una cuestión del momento adecuado, que será determinado por la astrología. Por medio de las mentes legales y una legislación justa, el sexo será entendido como una función apropiada y divina y será salvaguardado por la educación correcta de los jóvenes e inexpertos, y por la acción correcta de la generación joven y altamente inteligente de hoy, los niños y jóvenes adultos de hoy [escrito en torno a 1940; N. de la R.].

Los malos hábitos sexuales, el ejemplo de la prostitución generalizada en todas partes (y con esta palabra comprendo tanto los hombres como las mujeres), el aumento de la homosexualidad (no en sus raras formas fisiológicas y predisposiciones, sino la debida a la perversión mental y a la imaginación malsana: y hoy en día estas son las principales causas), la estrecha concepción cristiana del “complejo de culpa” con respecto al sexo, y la herencia de cuerpos enfermos y excesiva o defectuosamente dotados sexualmente, todo lo cual ha llevado a la humanidad a su actual comportamiento caótico y poco inteligente en estas importantes relaciones. La solución no vendrá a través de solemnes declaraciones religiosas basadas en teorías anticuadas, ni de inhibiciones fisiológicas o de libertinaje legalmente autorizada; tampoco vendrá a través de decretos inspirados en las diversas escuelas de pensamiento de las comunidades y los pueblos. Será el resultado de la acción concertada de la conciencia mentalmente espiritual, la actitud juiciosa, la comprensión intelectual y el impulso evolutivo constante. Nada podrá impedir su resolución, junto con la manifestación de mejores actitudes y condiciones, en las que el sexo encuentre su expresión adecuada.

Libra (…) preside las actividades legales y es la balanza que sopesa lo que se llama correcto e incorrecto, lo negativo y lo positivo, así como Oriente y Occidente. Esta última frase puede parecerles sin sentido; pero cuando se haya conseguido una verdadera y propia correlación entre Oriente y Occidente (que hoy no lo es), será gracias a la acción de Libra y al trabajo de las profesiones jurídicas.

Libra representa el “garante de la ley”. Hasta ahora, la legislación se ha ocupado de imponer las prohibiciones y la sensación de temor que han persistido desde las tablas de la Ley de Moisés, aplicadas mediante el castigo de las infracciones. Quizá haya sido una fase necesaria para la humanidad, todavía infantil, y para preservar una especie de “régimen de asilo” para los humanos. Pero el género humano es ahora más maduro, y es esencial interpretar las intenciones y propósitos de Libra de manera diferente. La ley debe salvaguardar la justicia de manera positiva y no ser solo un instrumento de coerción.
Al igual que ahora se intenta eliminar la imposición de la fuerza de las relaciones internas de las naciones, y al igual que ahora es obvio que el uso de las penas drásticas ha fracasado en la prevención de la delincuencia o en la prevención del egoísmo violento (que es precisamente lo que es la delincuencia), y al igual que la forma de pensar socialmente (en contraposición a la actitud antisocial de todos los delincuentes), se considera ahora correcta y se enseña en las escuelas; así, la conciencia pública se da cuenta de que la enseñanza de las relaciones correctas y el aumento del autocontrol y el altruismo (que seguramente son la meta, subjetiva y a menudo no realizada, de todo procedimiento legal) son la forma correcta de abordar la juventud.

La influencia de Libra debe ser ejercida en la infancia de forma espiritual. El delito se domará cuando las condiciones ambientales en las que viven los niños sean mejores, cuando ya en los primeros años de formación se preste una atención física al equilibrio del sistema glandular, los dientes, los ojos y los oídos, a la postura correcta y a la alimentación, y cuando también se asigne mejor el tiempo; cuando la psicología esotérica y la astrología aporten sus conocimientos a la educación de los jóvenes. Los métodos viejos deben ceder ante los nuevos, y la actitud conservadora debe ser abandonada a favor de la educación y de los experimentos religiosos, psíquicos y físicos, aplicados científicamente y motivados por el misticismo. Cuando digo religioso, no me refiero a doctrinas o teologías. Me refiero al cultivo de actitudes y condiciones capaces de evocar la realidad en el hombre y hacer aflorar el hombre espiritual interior, haciéndole reconocer al Dios Inmanente.

(…) Urano es el regente esotérico y en este signo adquiere una importancia suprema ya que el séptimo rayo opera a través de este planeta y encarna el principio que concreta y materializa lo que requiere una manifestación objetiva, uniendo el espíritu y la materia. Aquí reside todo el secreto del dinero, de su creación y producción. Obsérvese que el proceso creador se refiere al tercer aspecto divino, y solo a él. El dinero se crea por la correlación de los tres aspectos de la tercera manifestación divina: ley, afinidad y energía materializada.

(…) No se trata de reunir el espíritu y la materia así como lo entiende el ocultismo, sino de establecer la relación entre la demanda física y la oferta física y de unir dos elementos tangibles con el poder de la imaginación creadora. (…) Les he dado elementos que pueden desarrollar con éxito, si se interpretan y practican apropiadamente de acuerdo con los motivos correctos, en grupos y con propósitos impersonales.»


 

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