Con motivo del cumpleaños de W. A. Mozart (el pasado 27 de enero), publicamos hoy esta comparación entre los Poderes celestes y sonoros, y la dedicamos a las creadoras e inspiradoras de la Belleza divina: las Musas.
Que las Musas de lo Bueno, lo Bello y lo Verdadero nos ayuden a recordar nuestra bienaventuranza fundamental y a cantar en coro la nobleza de la Vida.
Oh Musas, oh gran ingenio, ahora ayudadme;
oh mente que escribiste lo que vi,
aquí se verá tu nobleza.
(“El Infierno”, Canto II, vers. 7-9, Dante A.)
De acuerdo con la Tradición sapiencial, el Sistema Solar puede ser comprendido como una Orquesta de Vidas conscientes, magnéticas e inteligentes, a saber: de Logoi planetarios, de Cantantes o Músicos que, en la escena de la Eclíptica, ejecutan e interpretan la Partitura celeste, cada uno a su manera o según su cualidad de Rayo.
Esta Música —o el Plan común de ejecución— emana de los Compositores cósmicos y está reescrita «a su medida» por nuestro Conductor de Orquesta (pero aquí según Su esencia, el Segundo Rayo de Amor-Sabiduría), a saber: el Logos solar, el Ser cósmico que guía nuestro Sol y su sistema.
En este escrito queremos, pues, comparar las Cualidades de los Siete Logoi planetarios principales (que transmiten los Siete Rayos en nuestro Sistema Solar) con los Siete Intervalos de la Ciencia de la Armonía, con el objetivo de reconocer cada vez mejor el Sonido y la Luz de los Instrumentos de nuestra maravillosa Orquesta, y aprender así a reconocerlos mientras ejecutan la Sinfonía solar en nosotros, en cada cosa y en todos los acontecimientos.
Un buen día, a medida que amemos más y más sabiamente la Música de las Esferas, comenzaremos a escucharla e imitarla en nuestro Canto interior, ordenados como un Coro de Ángeles solares, que, en esencia, somos nosotros.
Entonces, el Magister Musicae verá,
a las Musas Madres del Mundo,
volver a sonreír y a danzar coronadas.
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He aquí el documento con los Siete Músicos sagrados:
