Las Siete Leyes de la Vida del Alma o de la Vida en Grupo

En el día del plenilunio de Capricornio —un día propicio para la elevación iniciática de la humanidad a la Puerta de los Dioses del Reino espiritual— introducimos un tema necesario para la toma de consciencia de nuestra verdadera Naturaleza y Acción comunes, como Grupo humano, como Alma de la Humanidad Una.

De hecho, según los textos de la Sabiduría Antigua, se nos dice que el Grupo humano de servidores del mundo debe ser consciente de las Leyes que lo animan para atender de manera más poderosa y específica las solicitudes del Plan de evolución, establecido y “ejecutado” por la Jerarquía de Seres que guían el Planeta y a la humanidad: «Debemos conseguir que las nuevas leyes que rigen la vida del alma, que es la vida en grupo, empiecen a funcionar y a imponerse.»

«(…) Lo que llamamos Leyes de la Naturaleza fueron la fase más elevada de la vida divina, posible en el primer sistema solar. Constituyen primordialmente las leyes inherentes al aspecto vida de la forma, que poseían, no obstante, las semillas de la muerte.

Las Leyes del Alma, debido a que subordinan y hacen negativas a las Leyes de la Naturaleza, son las leyes superiores a las cuales la humanidad (el más elevado reino de la naturaleza actualmente) puede responder y —cuando se cumplan— completarán el propósito del segundo sistema solar.

Las Leyes de la Vida reemplazarán, al final, las Leyes del Alma y totalmente neutralizarán y negarán a las Leyes de la Naturaleza; esas leyes serán características del tercer sistema solar, la última expresión de la personalidad del Logos solar por intermedio de los siete logos planetarios con sus variadas formas y expresiones del alma.

Tenemos así tres grupos de leyes, que rigen la expresión del propósito viviente en este segundo sistema solar, uno desarrollado, otro en desarrollo y el tercero latente y relativamente pasivo.

  1. Las Leyes de la Naturaleza: las leyes separatistas de la naturaleza forma.
  2. Las Leyes del Alma: las leyes fusionantes de la integridad grupal.
  3. Las Leyes de la Vida: las leyes dinámicas del Ser. (…)»

(Curación Esotérica, A. A. B.; vers ingl., pp. 522-3)

«(…) Las Leyes del Alma conciernen a la vida del alma en su propio plano y a la relación que el alma y la personalidad aprenden a establecer con otras almas y con la Jerarquía. A dichas leyes se las obedece y acepta consciente y voluntariamente y no simplemente porque son obligadas e impuestas al hombre por la fuerza de las circunstancias, la experiencia y la evolución. Tienden a producir una mayor relación entre la Jerarquía de Almas y toda la Humanidad, entre el gran centro planetario custodio del principio amor, y el centro planetario, la humanidad, que nutre y distribuye la energía de la mente. (…)» (Los Rayos y las Iniciaciones, A. A. B.; vers. ingl., pp. 156-8)

He aquí la presentación de estas Leyes (extraído de Psicología Esotérica II; vers. ingl., pp. 85-87):

«Las siete leyes de la vida del alma o de la vida en grupo. [1]

Aquí llegamos a una sección sobre el estudio del alma y su vida, de verdadera importancia para todos aquellos que viven —o empiezan a vivir— y actúan como almas conscientes a través de una alineación y unificación precisas. Para los que viven centralizados en la personalidad resultará bastante abstruso (…); las energías y las tendencias propias del alma (…) están regidas por energías y leyes de naturaleza distinta a las que rigen la personalidad. Se trata de una aclaración muy importante y es necesario recordar que los poderes del alma, tal como aparecen en el mundo actual, constituyen (en su funcionamiento) un conjunto de fenómenos que hace algunos siglos se habrían considerado mágicos, imposibles y sobrehumanos.
Los descubrimientos científicos, la aplicación de las leyes de la materia y de su energía al servicio de las necesidades humanas cada vez mayores, el aparato sutil y delicado del cuerpo y la sensibilidad cada vez mayor del mecanismo humano, han producido una conciencia y una civilización mundiales que, a pesar de los defectos evidentes, originados por las actitudes separativas y egoístas de las personalidades a través de las cuales el alma todavía tiene que operar, son una garantía de la divinidad innata del hombre, en el verdadero sentido de la palabra.

Lo que aún no se ha comprendido es que estas cualidades “divinas”, estas características benéficas y las virtudes humanas que aparecen lentamente, no son más que los indicios de las potencialidades ocultas que aún no se han estudiado científicamente. Se denominan cualidades de “bondad” porque en esencia son las energías que rigen las correlaciones en grupo; los llamados poderes sobrehumanos son, en esencia, los que expresan la actividad en grupo y las virtudes no son más que efectos de la vida en grupo, debidamente establecidos, que buscan una expresión física. La ciencia emergente de las correlaciones sociales y las responsabilidades o la vida cívica coordinada, la economía y las relaciones humanas mutuas, el sentido del internacionalismo, la unidad religiosa y la interdependencia económica en constante desarrollo son los indicios de las energías vitales del alma en el plano físico y en la raza humana. Esto explica el conflicto actual de ideales, el dualismo tenso que causa tanta confusión, los compromisos y las incompatibilidades. Ahí radica la causa de las divergencias en el mundo de los ideales cívicos, de los motivos antitéticos y tan diferentes que llevan a personas bienintencionadas y con grandes principios a tomar partido en actividades antagónicas.
La vida humana está dominada por dos conjuntos de principios: el egoísmo y el altruismo, el bien individual y el bien grupal, el propósito objetivo y el subjetivo, el incentivo material y el impulso espiritual, el patriotismo nacional y el idealismo mundial, la fe religiosa separatista y la federación de religiones y todas las dualidades que simplemente indican el realismo de los individuos que son personalidades (integradas y separatistas) o almas (alineadas y conscientes del grupo). Aquí radica la mayor divergencia actual; el poder pesa del lado separatista, por ser la línea de menor resistencia y a favor de la diferenciación crítica. Gradualmente se establecerá un equilibrio entre los dos lados y el idealismo se moverá gradualmente hacia el reino de la unificación del alma, hasta que (pero no demasiado pronto) el énfasis del pensamiento mundial estará «del lado de los ángeles» de una manera definitiva y permanente. (…) Por lo tanto, debemos conseguir que las nuevas leyes, que rigen la vida del alma, que es la vida en grupo, empiecen a funcionar y a imponerse.
Al principio, esto aumentará las dificultades generales; por consiguiente, es necesario aclarar el significado de estas leyes, simplificar sus propósitos y hacer comprensibles sus poderes.

Las Siete Leyes son:

  1. La Ley del Sacrificio.
  2. La Ley del Impulso magnético.
  3. La Ley del Servicio.
  4. La Ley de la Repulsión.
  5. La Ley del Progreso en Grupo.
  6. 6. La Ley de Respuesta Expansiva.
  7. La Ley de los Cuatro Inferiores.

«Las Siete Leyes del Trabajo grupal.

Esto solo puede explicarse en gran medida empleando términos místicos, dejando que el estudiante intuitivamente los aplique a formas de vida más materiales.

1.a Ley: La Ley del Sacrificio. Implica la inmolación y sacrificio de aquello que ha sido realizado. Es la crucifixión o ley fundamental de todo trabajo grupal, principio regente que hace que cada ente humano al final se convierta en un Salvador.

2.a Ley: La Ley del Impulso Magnético. Rige la primera percepción que tiene el átomo de sus contactos ambientales y su exteriorización o la búsqueda que realiza ese átomo, hasta que, al final, establece la relación entre lo que percibe como parte del grupo y el ente. Esto no es lo mismo que establecer contactos sensibles, pues la relación se establece entre todos los Yoes y no entre los aspectos del no-yo. Esta ley se denomina a veces «el primer paso hacia el matrimonio», porque da como resultado la unión final entre el hombre o átomo y el grupo que produce relaciones grupales armoniosas.

3.a Ley: La Ley del Servicio. Denominada así a falta de mejor término. Concierne a la identificación de un átomo con los asuntos grupales y a la constante indiferencia del átomo hacia sus propios intereses materiales; trata en realidad con el proceso o método por el cual un átomo (positivo en su propia vida centralizada) responde gradualmente y es receptor de la vida positiva del grupo.

4.a Ley. La Ley de Repulsión. Se refiere a la capacidad de un átomo para arrojar de sí o negarse a hacer contacto con cualquier energía que se considere hostil a la actividad grupal. Se considera literalmente una ley de servicio, pero solo entra en actividad consciente cuando el átomo ha establecido ciertos discernimientos fundamentales y orienta sus actividades a través del conocimiento de las leyes de su propio ser. No es la misma Ley que la Ley de Repulsión aplicada, en conexión con la Ley de Atracción, a las formas que tienen relación con lo material. Las leyes que estamos considerando tienen relación con la psiquis o aspecto Vishnu. Un grupo de leyes concierne a las energías que emanan del sol físico; las que consideramos ahora emanan del corazón del Sol. La «repulsión» que aquí tratamos produce (cuando se aplica conscientemente, por ejemplo a través de la energía desarrollada por el corazón de un átomo humano) el acrecentamiento de los intereses del ente rechazado, impeliendo a este a acercarse a su propio centro. En un párrafo esotérico extraído de cierto antiguo libro, podrá obtenerse alguna idea de la gran belleza de esta ley:

“Esta fuerza de repulsión impele hacia siete direcciones, obligando a todo, con lo que entra en contacto, a regresar al seno de los siete padres espirituales.”

Por medio de la repulsión, las unidades vuelven al hogar y los seres inconscientes y extraviados son forzados a ir a su propio centro. La Ley de Repulsión o la corriente de energía que recibe este nombre puede actuar desde cualquier centro, pero tal como se la considera aquí, debe emanar del corazón para llevar a cabo el necesario trabajo grupal.

5.a Ley: La Ley del Progreso Grupal. A veces se la denomina «la Ley de Elevación» porque concierne a los misterios de la comprensión grupal, a las expansiones de conciencia y al papel que cada ente representa en el progreso general de un grupo. En relación con la familia humana, siempre debe recordarse, por ejemplo, que ningún átomo humano llega a la «plenitud de vida» sin haber aportado mucho a la naturaleza general de su propio grupo. La elevación de un ente produce la elevación del grupo; la comprensión del ente produce, al final, el reconocimiento grupal; la iniciación del ente conduce, al final, a la iniciación planetaria; el logro de la meta por el átomo humano y la consecución de su objetivo produce firme e incesante realización grupal. Ningún hombre vive para sí mismo; la crucifixión de los entes durante eones y la comprensión de su naturaleza esencial a fin de ofrendar, para los intereses del grupo, lo mejor que tiene y comprende, son los métodos por los cuales se lleva adelante el trabajo de liberación.

Sacrificio, Servicio, Magnetismo («si yo fuera ascendido, atraeré»), Progreso grupal, Repulsión divina, son términos inadecuados por los cuales tratamos de expresar la verdad divina de que toda vida y manifestación del Logos solar serán únicamente posibles y se revelará Su propósito, solo cuando haya llevado a cada unidad atómica a la etapa de autorrealización. Entonces Él la conducirá hasta el sacrificio de ese yo realizado, a fin de que el propósito y la voluntad divinos sean consumados y la vida y la gloria divinas brillen con perfecto fulgor.

Esto podría expresarse en términos más materiales diciendo que cuando se dominen las leyes del Alma, el cuerpo físico logóico llegará a convertirse en una activa expresión de Su propósito comprendido.

Las dos últimas leyes, concernientes a la actividad grupal pueden solo tratarse en forma breve pues su verdadero significado es únicamente comprensible para los discípulos juramentados. Tratan principalmente de los planos astral y mental y, por lo tanto, de los correspondientes vehículos de los entes grupales. Debe recordarse que un grupo que actúa en el plano físico se encuentra también, en forma más amplia, en el astral y mental. De la misma manera que el cuerpo astral de un hombre es más grande que su cuerpo físico y, por consiguiente, ha empleado en su estructura un número mayor de unidades atómicas, un grupo (considerado astralmente) contiene más unidades que en el plano físico. Las leyes que estamos considerando se refieren a la relación de los entes del plano físico con los que constituyen una parte del grupo, pero funcionando sin los cuerpos o envolturas del plano físico. La misma idea debe ser aplicada a las unidades exentas del vehículo físico, que forman parte componente del cuerpo mental del grupo.

Estas dos leyes se denominan:

6.a Ley: La Ley de la Respuesta Expansiva.
7.a Ley: La Ley de los Cuatro Inferiores
.

Dichas leyes solo rigen para los entes del plano físico que responden conscientemente a esos grupos de trabajadores que han desencarnado.

Ha de considerarse que todas estas leyes, desde el punto de vista del discípulo, solo rigen en los tres mundos, aunque no es necesario señalar que la analogía se encuentra en todos los planos. Estas siete leyes son conocidas y estudiadas conscientemente en todos los grupos que trabajan bajo la dirección de los Maestros.

Para cada una de ellas existe una fórmula definida y un símbolo; en esta etapa de la enseñanza o en este tratado no es posible revelar o impartir las fórmulas. El símbolo puede ser descrito y si el estudiante reflexiona detenidamente sobre la nomenclatura de la Ley su nombre oculto y su símbolo se puede reunir mucho material referente a las interrelaciones grupales. Estas leyes serán enunciadas en el próximo ciclo de regeneración; el gran Señor las demostrará cuando aparezca; gradualmente serán aplicadas a los métodos de trabajo de todas las organizaciones, hermandades, fraternidades y círculos masónicos. Los símbolos son los siguientes:

LAS LEYES Y LOS SÍMBOLOS

Nombre exotérico Nombre esotérico Símbolo Energía de Rayo
1. Ley del Sacrificio Ley de Quienes eligen la Muerte. La Rosa Cruz con el Ave dorada Afluencia de 4.o Rayo. Factor unificador
2. Ley del Impulso Magnético. Ley de la Unión de los Polos. Dos esferas ígneas y el Triángulo Energía radiante de 2.o Rayo. Factor manifestador.
3. Ley del Servicio Ley del Agua y de los Peces. El Cántaro sobre la cabeza del hombre Energía saliente de 6.o Rayo. Factor vivificador.
4. Ley de Repulsión. Ley de todos los Ángeles destructores. El Ángel con la Espada flamígera Energía repelente de 1.er Rayo. Factor dispersador.
5. Ley del Progreso grupal. Ley de Elevación La Montaña y el Cabrío. Energía progresiva de 7.o Rayo. Factor adaptador
6. Ley de la Repuesta Expansiva. (Innominada) El llameante Sol rosado Energía expansiva de 3.er Rayo. Factor adaptador.
7. Ley de los Cuatro Inferiores. Ley de la Unión etérica Una figura masculina y otra femenina colocadas de espalda. Energía ígnea de 5.o Rayo. Factor vitalizador.

[Símbolos compuestos por Adriano N.]


1.a Ley.

La rosa cruz con un ave revoloteando sobre ella.

 


2.a Ley.

Dos esferas de fuego unidas por un triángulo de fuego describiendo la triple interacción de todas las estructuras atómicas.


3.a Ley

El cántaro de agua, en equilibrio sobre la cabeza del hombre, erguido en forma de cruz. Esta ley introduce la energía simbolizada por el signo de Acuario y ella es el factor regente de la era acuariana. Puede agregarse aquí que el símbolo de la segunda Ley fue el origen de la balanza o los platillos del signo Libra, pero en el transcurso de las épocas su verdadera forma fue distorsionada. No todos los signos astrológicos tienen su origen en otros símbolos, porque algunos son tan antiguos que se originaron en el ashrama de un Maestro.


4.a Ley

Tenemos aquí el Ángel con la espada flamígera blandiéndola en todas direcciones. Este símbolo representa una verdad en la Biblia, donde el Ángel custodia el tesoro y expulsa al hombre para que busque otra entrada, obligándolo a que inicie el ciclo de renacimiento hasta que encuentre el portal de la iniciación. Esotéricamente, se considera que este portal ya no está protegido por la espada porque el hombre ha desarrollado la capacidad de remontarse y ascender como un águila sobre sus alas.


5.a Ley

Su símbolo es la montaña con el cabrío en la cumbre y también el signo astrológico de Capricornio. Todos los lugares escarpados pueden ser superados y la cumbre alcanzada por el «Cabrío divino», el símbolo del grupo observado como unidad.


6.a Ley

Este símbolo contiene un sol flamígero rosado con un signo en el centro que simboliza la unión del fuego con el agua; debajo de este signo se encuentra un jeroglífico que no puede revelarse porque da la clave del signo terrestre y la nota clave del cuerpo físico del Logos planetario.


7.a Ley.

Este símbolo adquiere la forma de una figura masculina y otra femenina unidas por sus espaldas, manteniendo la masculina sobre su cabeza lo que aparenta ser un escudo o bandeja de plata, un gran reflector, mientras que la femenina sostiene en lo alto una urna llena de aceite. Debajo de este signo hay otro jeroglífico que contiene el secreto del plano astral, que ha de ser dominado por el mental.


Estas siete leyes pueden estudiarse por medio de las analogías. Se hallará que la energía de determinado centro particular y de cualquier ley pueden estar de acuerdo entre sí.» (Tratado sobre el Fuego Cósmico, A. A. B.; vers. ingl., pp. 1216-1222)

«(…) El efecto o las consecuencias de los impulsos que las subyacen ejecutan el propósito del Altísimo y pueden detectarse en el plano de los fenómenos. Todas ellas pueden ser reconocidas, pero actualmente la conciencia de la humanidad es tal que los efectos de estas leyes solo pueden ser detectados en cinco casos y únicamente por los aspirantes más avanzados:

 

LEY EFECTO FÍSICO GENERAL EFECTO REACCIÓN CUALIDAD
1. Sacrificio. Salvadores del Mundo. El Cristo Muerte deliberada. “Muero todos los días” Amor al Salvador. Deseo de seguirlo Altruismo
Unidad en el Plano Físico Las Masas
2. Impulso Magnético. Religión Mundial. Escuelas de pensamiento. Iglesias. Organizaciones Amor a las Ideas. Filosofía Devoción. Idealismo
Unidad Etérica o Vital. Los Aspirantes
3. Servicio. Actividad Humanitaria La Cruz Roja y actividades afines. Amor a la Humanidad Simpatía. Compasión
Unidad Astral. Los Probacionistas
4. Repulsión. La lucha contra el mal Cruzadas de todo tipo Amor al Bien Discriminación
Unidad Mental Los Discípulos
5. Progreso Grupal Nuevos Grupos Nuevo Grupo de Servidores del Mundo Amor a la Síntesis Inclusividad
Unidad del Alma Iniciados.

(Psicología Esotérica II, A. A. B.; vers. ingl., p. 198)

«El hombre ordinario trabaja en un sentido organizativo y cuando se ve iluminado por una idea se pone a construir la forma física externa que la acogerá y expresará. La Jerarquía planetaria, operando por inspiración de la visión divina contenida en el Plan, busca evocar la respuesta a ella en cada corazón humano y, fomentándola y nutriéndola, despertar no solo la comprensión mental sino también la aspiración emocional. Juntos acabarán por hacer aparecer el Plan en la Tierra, que condicionará así los asuntos humanos.

Cuando el número de hombres conscientemente relacionados con el alma sea suficiente, el mero peso de la fuerza numérica, combinado con la claridad de intenciones y su difusión por toda la tierra, se hará inevitablemente efectivo. (…) Esta es, pues, la tarea de quienes trabajan en el ámbito de los asuntos humanos: despertar el poder del rayo del ego en la propia vida [buddhi-manas: el Amor-Sabiduría guiado por el pensamiento], empezando por aquellos cuyos talentos mentales e integración exitosa aseguran que, una vez despiertos, utilizarán las nuevas fuerzas a su disposición con cierta medida de sabiduría e intención constructiva y planificada.» (Ídem, pp. 704-5)

Que las Leyes del Alma restablezcan el Plan de Luz y Amor en la Tierra.


[1] Solo 5 de las 7 Leyes del Alma serán objeto de artículos relacionados, por las siguientes razones dadas por el Maestro Tibetano: «Consideremos ahora, aunque brevemente, la sexta y la séptima Leyes que trataremos conjuntamente. Las cinco Leyes anteriores han dado lugar a una actividad precisa en el plano físico. El efecto o las consecuencias de los impulsos subyacentes ejecutan el propósito del Altísimo y pueden identificarse en el plano de los fenómenos. Todas ellas pueden reconocerse, pero actualmente la conciencia de la humanidad es tal que los efectos de estas leyes solo pueden detectarse en cinco casos y únicamente por los aspirantes más avanzados. El discípulo y el iniciado comienzan débilmente a reconocer también los efectos de la sexta y séptima Leyes, pero nadie más por el momento.
Los dos últimos no son susceptibles de interpretación, como los demás, porque solo el iniciado o quien se prepara para serlo puede empezar a comprenderlos. La iluminación que confiere la iniciación es necesaria antes de poder captar la idea subyacente a estas expresiones. Por lo tanto, en relación con la Ley de la Respuesta Expansiva y la Ley de los Cuatro Inferiores, nos limitaremos a señalar dos antiguas cámaras ricas en significado para el iniciado, pero incomprensibles y abstrusas para el lector común.

  1. La Ley de Respuesta Expansiva

«El Sol ha salido en todo su esplendor, arrojando rayos oblicuos sobre el cielo oriental. La unión de los opuestos produce, en los ciclos del tiempo y del espacio, nubes y brumas. Estas velan una inmensa conflagración (…).
Llega el diluvio. El arca flota libre (…), las llamas devoran. Los tres son libres; de nuevo desciende la niebla.
Por encima de las nubes de la tierra brilla un signo (…). Solo el ojo de la visión lo ve. Solo el corazón en paz oye el trueno de la Voz que emana del oscuro seno de la nube. Solo la comprensión de la ley que eleva enseña «al hombre de fuego e hijo de agua» a entrar en la niebla. De ahí asciende a la montaña y vuelve a ser libre.
La triple libertad alcanzada no tiene nada que ver con la tierra, el agua o el fuego. Triple por naturaleza, llega al hombre que pasa de la esfera terrestre al océano de la acuosa y de esta al campo ardiente del sacrificio. El sol aumenta el fuego; disipa la niebla y seca la tierra. La obra queda así cumplida.»

  1. La Ley de los Cuatro Inferiores

«Cuatro hijos de Dios salieron. Solo uno regresó. Cuatro Salvadores se fundieron en dos y los dos se convirtieron en el Uno.»

Estas antiguas escrituras, una mística y la otra oculta, dicen poco a la mayoría de las mentes; es fácil verlo. Por tanto, sería inútil querer ahondar en su significado. Aún no es el momento. Estos pasajes se transmiten porque tienen un poder magnético que estimula la comprensión.
Grandes cosas son inminentes. La humanidad avanza con ímpetu renovado. Ha superado la encrucijada, ha tomado decisiones irrevocables y sigue un camino que la conducirá hacia la luz y la paz. Encontrará su camino hacia la «paz que sobrepasa todo entendimiento», porque será independiente de las condiciones externas y totalmente diferente de como se entiende ahora. Es la paz de la serenidad y el gozo, una serenidad basada en la comprensión espiritual, un gozo que las circunstancias no perturban. No son un estado astral, sino una reacción del alma. No se producen por una disciplina impuesta a la naturaleza emocional, sino que son una reacción espontánea y natural del alma. Son la recompensa del alineamiento exacto alcanzado. Estas dos cualidades del alma —serenidad y gozo— indican que ella, el ego, “Aquel que está Solo”, controla o domina la personalidad, las circunstancias y todas las condiciones ambientales de la vida en los tres mundos.» (Psicología Esotérica II; vers. ingl., pp. 199-200)


 

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