Afirmación del Discípulo:
Soy un punto de luz dentro de una Luz mayor.
Soy un hilo de energía amorosa dentro de la corriente del Amor divino.
Soy una chispa de Fuego de sacrificio enfocada dentro de la ardiente Voluntad de Dios.
Y así permanezco firme.
Soy un camino por el que los hombres pueden alcanzar la meta.
Soy una fuente de fuerza que les permite mantenerse firmes.
Soy un rayo de luz que ilumina su camino.
Y así permanezco firme.
Y permaneciendo así firme, me vuelvo
Y voy por los caminos de los hombres
Y conozco los caminos de Dios.
Y así permanezco firme.
Es la Sabiduría esotérica la Fuente de este Mantra y de las indicaciones que siguen: «El discípulo tiene que aceptarse él mismo tal como es, en cualquier momento dado, con cualquier equipo que disponga y bajo cualquier circunstancia; entonces él, sus asuntos y su tiempo de subordinan a la necesidad del momento – especialmente durante el período de crisis (…).
Cuando lo haga a conciencia y piense en términos de verdaderos valores, descubrirá que sus problemas particulares se resuelven, su capacidad aumenta y olvida sus limitaciones. Ocupa el lugar que le corresponde entre aquellos que perciben las necesidades del ciclo entrante – ciclo donde las nuevas ideas e ideales deben ser recalcados y por los cuales hay que luchar; donde planes más amplios para el bien de todos han de ser comprendidos, apoyados y divulgados y la nueva y clara visión del vivir humano ha de ser captada y finalmente llevada a la manifestación; y en que el esfuerzo de todos los Miembros del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo deberá dedicarse a aliviar la carga de la humanidad.
Existe un Mantra esotérico que personifica esta actitud, la actitud del discípulo que lucha, en el esfuerzo mancomunado, para vincular la intención jerárquica con la aspiración humana y así acercar a la humanidad a su meta. La intención de la Jerarquía consiste en aumentar la capacidad del hombre para alcanzar la libertad a fin de actuar con efectividad en esa «vida más abundante» que traerá Cristo y que exige que el espíritu del hombre sea libre, libre para acercarse a la divinidad y para escoger el Camino de ese acercamiento (…).» (A. A. Bailey, Telepatía y el Vehículo Etérico, pp. Eng. 196-197, pp. Es.155).
Y de las mismas Enseñanzas se toman también estas indicaciones sobre las características fundamentales del discípulo:
«Discípulo es aquel que, por encima de todo, se ha consagrado a:
- Servir a la humanidad.
- Cooperar con el plan de los Grandes Seres, tal como lo ve y lo mejor que puede.
- Desarrollar los poderes del Ego, expandir la propia conciencia hasta el punto de poder operar en los tres planos de los tres mundos y en el cuerpo causal, y seguir la guía del Yo Superior en vez de los dictados de su triple manifestación inferior.
Discípulo es aquel que empieza a comprender el trabajo de grupo y a desplazar su centro de actividad de sí mismo (como eje alrededor del cual gira todo) al centro del grupo.
Discípulo es aquel que se da cuenta simultáneamente de la relativa insignificancia de cada unidad de conciencia y también de su importancia. Posee el sentido correcto de la proporción y ve las cosas como son; ve a los demás como son, se ve a sí mismo como realmente es y trata de llegar a ser lo que es.
El discípulo comprende el lado vida o fuerza de la naturaleza, y la forma no tiene ningún atractivo para él. Trabaja con la fuerza y a través de ella; se reconoce a sí mismo como un centro de fuerza dentro de un centro de fuerza mayor, y es responsable de dirigir la energía que a través de él puede verterse en canales de los que el grupo puede beneficiarse. El discípulo sabe que es, en mayor o menor grado, un puesto avanzado de la conciencia del Maestro, considerando a este en dos sentidos:
- como su propia conciencia egoica,
- como centro del grupo, la fuerza que anima las unidades que lo componen, ligándolas en un todo homogéneo.
Discípulo es aquel que transfiere su conciencia de lo personal a lo impersonal, y que durante la etapa de transición soporta necesariamente muchas dificultades y sufrimientos que dependen de:
- El yo inferior del discípulo rebelándose contra la transmutación.
- El grupo inmediato al que pertenece, amigos o familia, que se rebela contra la creciente impersonalidad….
Discípulo es aquel que es consciente de su responsabilidad hacia todos los que entran en su esfera de influencia, la responsabilidad de cooperar con el Plan evolutivo en la parte que le concierne y así expandir su conciencia y enseñar la diferencia entre lo irreal y lo real, entre la vida y la forma. La mejor manera de hacerlo es demostrar con la propia existencia cuál es su meta, su propósito y su centro de conciencia…» (A. A. Bailey: Iniciación Humana y Solar, cap. VIII El Discipulado, pp. Engl. 71-72).
«El discípulo que ha respondido a la Enseñanza y arde con todos los fuegos de la devoción
coopera verdaderamente con las fuerzas Cósmicas.
Habiéndolas incrementado con sus acciones, y adornando con ellas el pensamiento del espacio, ¿no es él un creador?
¿Y no será la sabiduría de las edades el más bello ornamento?
La inmensidad del Cosmos, del Fuego Espacial, asigna el mejor destino a la humanidad buscadora.»
(Agni Yoga, § 649, Agni Yoga)
Vale la pena recordar ahora que el tema que se halla en el centro de estos pensamientos resuena con el impulso celeste introducido hoy en el Sistema Solar por Marte y Plutón.
Con la mirada del corazón vuelta hacia el Cielo heliocéntrico de las Causas, podemos discernir hoy la conjunción de Marte con Plutón, las Luminarias no sagradas que transmiten el 6.o Rayo y el 1.er Rayo respectivamente, al comienzo de Acuario, el Signo de la Nueva Era, que transmite las energías del 5.o Rayo, el Rayo que opera según la Regla áurea y a la luz de la Hermandad. (1)
Además, mañana será Venus, Luminaria sagrada guardiana del 5.o Rayo, «alter ego» de la Tierra, la que alcance a Plutón.
Sus encuentros desencadenan en el espacio Aspiración ardiente, Voluntad renovadora y relaciones Justas capaces de construir las líneas del futuro según la Proporción Áurea.
La Enseñanza afirma que Plutón está relacionado con los conceptos de Iniciación, Transformación, Muerte…, Regeneración.
«Es en la Primera Iniciación cuando el discípulo debe enfrentarse a las fuerzas destructoras y cristalizadoras de Plutón y de Vulcano Luminaria sagrada del 1er Rayo. La influencia de esta última desciende hasta las profundidades de su naturaleza, mientras que la otra atrae hacia la superficie y destruye las obstrucciones que allí existen. (…)» (A. A. Bailey, Astrología Esotérica, p. Eng. 71 pp. Es. 66).
«Observarán que la influencia de primer rayo, expresada a través de Plutón y Vulcano, se siente únicamente en forma positiva en el Sendero del Discipulado. Esta potencia de primer rayo sólo últimamente la ha experimentado la entera humanidad cuando se acerca a la etapa de discípulo mundial, y un vasto número de individuos recorren los Senderos del Discipulado y de Probación. (…)» (A. A. Bailey, Astrología Esotérica, p. Eng. 166 pp. Es. 133)
«El poder destructivo de primer Rayo enfocado en Plutón, trae cambio, oscuridad y muerte (…).
A esta intensidad y potencia de Plutón debe ser agregada la fuerte y dinámica energía del planeta Marte. Este signo pone a la familia humana y al individuo bajo la ley de la lucha por un ideal superior o inferior, basada aquí en el sexto Rayo de Devoción, (…).» (A. A. Bailey, Astrología Esotérica, p. Eng. 187 pp. Es. 147).
«Hay una relación entre Marte y Plutón, análoga a la de Venus y la Tierra. Hablando esotéricamente, Marte es el alter ego de Plutón; la actividad de Plutón en la actualidad y en este ciclo mundial menor es muy importante debido a su acercamiento esotérico a la Tierra, impelido a ello porque su vida ha sido vivificada por un despliegue de energía de Marte. La Tierra, Marte y Plutón forman un triángulo interesante, teniendo a Venus (5.o Rayo) detrás de la escena, actuando como lo hace el alma impelente hacia una personalidad que se integra rápidamente.» (A. A. Bailey, Astrología Esotérica, p. Eng. 507 pp. Es. 378).
Y a propósito, Plutón rige a Escorpio, el signo del Discípulo, el hombre preparado para la fusión elaborada por los planetas sagrados; suscita respuestas sólo de grupos o de discípulos suficientemente evolucionados, escenificando las pruebas del Discípulo Mundial con gran fuerza y expresión.
Pero, ¿quién es el Discípulo Mundial? A este respecto, la Enseñanza mencionada hasta ahora afirma precisamente que: «La Humanidad es el Discípulo Mundial y esto se debe principalmente a dos razones:
- Los hombres mentalmente van despertando con rapidez. Todo el mundo piensa… Este cambio en la conciencia humana implica una rápida focalización de la intención humana en los niveles mentales y esta polarización mental es esencial para el discipulado (…).
- Los hombres están desarrollando rápidamente la buena voluntad comprensiva. En el mundo vemos muchos movimientos para ayudar y aliviar el sufrimiento humano; esto por parte de comunidades grandes y pequeñas y también a nivel nacional e internacional… Esto indica no sólo una polarización mental, sino una respuesta a la naturaleza amorosa de Dios. (…)» (A. A. Bailey, El Discipulado en la Nueva Era, vol. 2, p. Eng. 295 pp. Es. 260)
La Enseñanza también afirma que actualmente, para » Las pruebas para la primera iniciación, en lo que a la humanidad (el discípulo mundial) concierne, casi han terminado, y la hora del nacimiento del Cristo, como expresión del cuarto reino de la naturaleza, y la consumación del trabajo de la Cuarta Jerarquía creadora, se aproxima. Esto no es una contradicción; la hora del nacimiento puede prolongarse y la forma debe sufrir los dolores del parto durante mucho tiempo, pero Cristo nacerá y Su naturaleza y conciencia crísticas compenetrarán y colorearán todos los asuntos humanos. Esta condición -tan inminente y tan deseable y por mucho tiempo predicha y anticipada- hará posible el retorno de la Jerarquía y el restablecimiento de los Misterios (…).
La humanidad, como un todo, debe conocer su relación con lo que está por encima y más allá de ella y con lo que está abajo y ha quedado atrás. Esto involucra un sentido de proporción que puede ser alcanzado sólo por medio del principio mente en el hombre y por quienes están empezando a polarizarse mentalmente. Este sentido de proporción revelará a los hombres su lugar en la escala de la evolución y los conducirá al reconocimiento del destino particular y metas excepcionales de otros reinos de la naturaleza, incluyendo al quinto, el reino de Dios, la Jerarquía espiritual de nuestro planeta.» (A. A. Bailey, Tratado sobre los Siete Rayos, Rayos e Iniciaciones, p. Eng. 333)
En la Era de Acuario en la que estamos entrando, el mundo será reconstruido y salvado por grupos (…).
Ahora existe un grupo de Salvadores todos conocedores de Dios en alguna medida, integrados en un único esfuerzo, y capaces de formar un organismo a través del cual, bajo la dirección del Cristo visiblemente presente, la energía espiritual y la vida del espíritu puedan ser percibidas por los hombres …) es el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, «en todo el mundo se conoce su existencia y sus miembros están presentes en todas partes. (…) Representan el espíritu de construcción y son los constructores de la nueva era; tienen la tarea de preservar el espíritu de la verdad y de reorganizar los pensamientos de los hombres, para que la mente humana adquiera dominio sobre sí misma y llegue a un estado de reflexión y meditación que le permita reconocer la próxima revelación de la divinidad traída por el Cristo (…).
Es un conjunto de hombres de todas las naciones y razas, pertenecientes a todas las organizaciones religiosas y movimientos humanitarios fundamentalmente orientados hacia el reino de Dios… Son discípulos de Cristo que… trabajan por Su retorno; son aspirantes que buscan servir y hacer realidad el reino de Dios en la tierra; son hombres de buena voluntad e inteligencia que buscan desarrollar la comprensión y las relaciones justas entre los hombres. (…)» (A. A. Bailey, La Reaparición de Cristo, p. Eng. 183, p. Es. 158 )
Como resultado del trabajo del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, la humanidad está despertando progresivamente al reconocimiento de una humanidad que preludia la realización de la hermandad … pero antes de que pueda tomar forma constructiva, es esencial que (…) «el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo reproduzca en el mundo externo el tipo de actividad expresada por la Jerarquía cuando la constituyó y materializó. Mediante la impresión y expresión de grandes ideas, los hombres deben comprender los ideales fundamentales de la nueva Era. Esta es la tarea principal.» (A. A. Bailey, La Reaparición de Cristo, p. Eng. 185 p. Es. 159).
«De esta manera tiene lugar un movimiento grande y nuevo (…). Esto continuará hasta el año 2025 d.C. (escrito en los años 1940-1950) (…) En la gran Asamblea General de la Jerarquía -celebrada comúnmente cada siglo- en el año 2025, se establecerá con toda probabilidad la fecha para la primera etapa de la exteriorización de la Jerarquía. El ciclo actual (de ahora a entonces) se lo llama técnicamente “la Etapa del Precursor”. Es de naturaleza preparatoria, de prueba … Por lo tanto, como podrán ver, los Chohanes, Maestros, iniciados, discípulos mundiales, discípulos y aspirantes afiliados a la Jerarquía, pasan en este momento por un ciclo de gran actividad.» (A. A. Bailey, La Exteriorización de la Jerarquía, p. Eng. 530 p. Es. 439).
«Debe recordarse ahora que el término Jerarquía significa «un gran cuerpo de salvación compuesto de Unidades de Vida dedicadas y liberadas que trabajan, en formación grupal, con todas las formas y vidas de todos los reinos y particularmente con todas las almas. En su trabajo, la Jerarquía da importancia únicamente al aspecto conciencia de todas las formas; el medio empleado actualmente para salvar y servir es la mente, tal como se expresa a través de las mentes de todos las personas humanitarias, de los aspirantes, discípulos (de todos los rangos y grados) e iniciados; La Jerarquía también puede expresarse a través de corrientes de pensamiento e ideas, imponiendo a través de ellas sus conceptos jerárquicos en las mentes embrionarias del público en general; también dirige el trabajo educativo de todas las naciones, para que las masas no desarrolladas puedan convertirse, cuando llegue su turno, en el gran público inteligente.» (A. A. Bailey, Exteriorización de la Jerarquía, p. Engl. 526 p. Es. 436)
La exteriorización de la Jerarquía es parte integrante del Plan para la humanidad formulado por los Maestros. Porque está previsto que un cierto número de ellos se encarne en vista de ese acontecimiento energético y discriminador anunciado como el «Retorno de Cristo» y se requiere una respuesta proporcionada del lado humano.
Ahora estamos un paso más cerca de este extraordinario acontecimiento: «la manifestación del quinto reino, como resultado de la actividad preordenada del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo que expresan la divinidad esencial del hombre, cooperando con la Jerarquía de almas perfectas y guiados por el propio Cristo. Esto marcará el comienzo de la Nueva Era en la que los existirán al mismo tiempo cinco reinos de la naturaleza.» [A. A. Bailey, El Discipulado de la Nueva Era I, p. Engl. 32 p. Es. 45].
En el documento “Afirmar el Plan Planetario”, (p. 12) publicado aquí, leemos:
Es evidente cómo toda la raza humana está siendo purificada a través del fuego de los acontecimientos individuales y colectivos: la humanidad debe reorientarse al servicio del Bien planetario, parte del Bien solar y cósmico… cada vez más de forma sistemática y organizada. Sólo en la conciencia de grupo, sólo fusionándose «en un todo integrado y receptivo», es posible interceptar y asistir a aquellas energías o rayos cósmicos que impulsan al Centro Humano hacia las Metas necesarias para la Evolución.
El Grupo Humano, como Discípulo mundial, debe esforzarse por lograr la «verdadera Meta, la conciencia superior, la comunión espiritual». Se llega ahí poco a poco, día a día, año a año, con ritmo y con comedimiento. (…) Allí le espera un Umbral, una liberación, un poder mayor, un Servicio más eficaz. Pero antes de alcanzarla, el Grupo tiene que hacer algo, y ya se está preparando para eso, a saber: debe poner la visión de la Meta en ese Plan de Amor y de Luz que está a punto de construir, conscientemente (…). Sólo entonces la visión y la realidad serán una». El complejo cada vez más integrado y responsivo del nuevo Grupo de Servidores del Mundo, como representante y prototipo de la Humanidad Una, «con aliento unido y ritmo unificado» con el Cielo, debe por lo tanto poner la visión del Propósito en la Eclíptica, ese plano ígneo donde los poderes humanos y solares pueden colaborar: Hermandad universal, liberación, conciencia superior, comunión espiritual, amor expresado a través de la sabiduría, rectas relaciones humanas, nueva Cultura Solar, colaboración con los «mundos distantes», nuevo Orden planetario… Innumerables son los nombres del Bien común a todo el género humano, sin embargo cada Corazón reconoce instantáneamente su sonido o valor unitario. Sólo lo que es justo, bello y verdadero es el único «bien común», tesoro o posesión posible. El Corazón lo sabe».
Seguros de que la ardiente Aspiración unida a la Voluntad de renovación y a las Rectas relaciones expresadas con sabia sabiduría, nos conducirán a la ordenada y gozosa Comunión entre los hombres, entre los mundos y con el Mundo causal de las Ideas (el 4.o Plano búddhico de la Jerarquía planetaria) y, finalmente, en formación septenaria, trina y unitaria, podremos desplegar y restablecer el Plan de Voluntad, Amor y Luz en la Tierra*, «con aliento unido y ritmo unificado» afirmamos:
Desde el centro que llamamos la raza humana
Que se desarrolle el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.
- «Las influencias planetarias son inusitadamente potentes en Acuario durante este ciclo mundial, porque, en forma peculiar, es un signo culminante para la mayoría de las personas que van de Aries a Piscis… El conjunto de iniciados del mundo culminan sus experiencias en Acuario y llegan a ser servidores mundiales liberados. En este ciclo dan la espalda al propio progreso y a todo deseo por satisfacer su propia aspiración espiritual, convirtiéndose en portadores del agua de la vida para la humanidad, ingresando así en las filas de la Jerarquía.» (A. A. Bailey: Astrología Esotérica, Eng. pp. 141-142, p. Es. 115).
* Extraído libremente del artículo: Ciclo de Encuentros 2024: Los Siete Rayos y la Ciencia de la Armonía.