[Artículo de Luca C., traducido del italiano]
«Escuchen en su interior
y miren en el infinito
del Espacio y del Tiempo.
Allí resuenan el Canto de los
Astros, la Voz de los Números,
la Armonía de las Esferas.»
Hermes Trismegisto
Este es el primero de dos artículos que pretenden analizar la Ciencia de la Armonía desde una perspectiva más moderna y completa, en un lenguaje que pueda servir de puente entre la Ciencia y el Esoterismo. En este primer escrito veremos cómo la naturaleza ondulatoria es una firma constante y seminal en todo el Universo manifestado conocido y lo haremos a través de ejemplos que muestran cómo la ciencia moderna está llegando a decir las mismas cosas que los antiguos maestros ya conocían. En el segundo artículo, que se publicará en agosto, veremos, en cambio, cómo la Música, los Números y la Ciencia de la Armonía están inextricablemente unidos por una fascinante guirnalda matemática y cómo son, de hecho, manifestaciones de un mismo Ente. Estos dos artículos, aunque sean amenos, requieren una atención constante y una mente concentrada, ya que la Ciencia de la Armonía es un concepto cargado de profundos significados y es multidisciplinario. Dicho esto, solo queda por empezar, dejando que resuenen las palabras de Hermes Trismegisto, las que han iniciado este escrito.
En un bosque, en cualquier lugar del planeta, el ambiente es tranquilo, el aire limpio y fresco, solo se oyen sonidos ancestrales y el abrazo de la Naturaleza, que es la madre. Arriba, entre el follaje de los árboles, la vida desarrolla su canto y abajo, entre los fragantes musgos y las briznas de hierba, otra vida resuena con su contracanto. Estamos inmersos en este bosque y caminamos lentamente. Miramos hacia arriba para oír mejor la voz de un árbol que resuena en el viento y, de vez en cuando, miramos hacia abajo, donde nuestros pies se encuentran con pequeñas ramitas que sintonizan con la melodía que nos envuelve. Pues bien, para entender cómo comenzaron estas canciones y melodías debemos salir del bosque y retroceder en el tiempo unos catorce mil millones de años.
¿Qué ocurrió entonces? Lo que ocurrió fue que el agua empezó a hervir.
Bueno, en realidad no; pero el principio es el mismo. De hecho, cuando el agua hierve, se dice que se está produciendo una transición de fase, o sea, el agua pasa de un estado de equilibrio a otro estado de equilibrio; pasa del estado líquido al estado gaseoso. ¿Qué ocurrió hace catorce mil millones de años? Lo que ocurrió fue que hubo una transición de fase. Nos encontramos poco después de lo que en literatura estamos acostumbrados a llamar el Big Bang y por el momento todo el Universo no es más que un mar de pura energía en el que todavía no hay ni materia ni masa manifestada. Solo hay un campo de energía vibrante «en una nota fija» que en algún momento experimenta una transición de fase, como el agua de nuestra olla. El resultado de esta transición de fase es poner este campo en resonancia consigo mismo (lo que en la Ciencia de la Armonía se llama Unísono, o 1/1); y esta Primera Correlación inherente hace que se generen otros campos en este Universo primordial y que se relacionen e interactúen entre sí. Dependiendo de cómo interactúen estos campos con el campo armónico inicial, la sustancia entra en la manifestación, se crea la masa. En Física, en la Teoría Cuántica de Campos, el campo armónico oscilante que impregna todo el Universo (la versión moderna del Éter luminífero de los antiguos) y que vibra a la asombrosa frecuencia de un billón de trillones (1 seguido de 27 ceros) de veces por segundo es el Campo de Higgs. Una de las hipótesis más fascinantes de la Física moderna [1] es que la verdadera «vibración armónica» está en el origen de todo ente manifestado en este Universo y que está en el origen del Universo mismo. Y ahora las cosas se ponen un poco complicadas.
La fascinante idea de que la oscilación armónica es seminal en la manifestación del Universo es una hipótesis de la Física Teórica que se originó ya en la década de los sesenta del siglo XX (entre otras cosas, concebida inicialmente por un italiano, el físico Gabriele Veneziano) y que ha experimentado un considerable refinamiento matemático a lo largo del tiempo. Pero desde la Antigüedad se ha pensado que un «sonido creador» podría estar en el origen de todo, y ya hacia el año 90 d. C. Nicolás de Jerash introdujo el concepto de Lambdoma [2] para «ordenar» los intervalos tonales de una cuerda vibrante, el Monocordio.
Estas ideas fueron retomadas en su totalidad muchos siglos después por Hans Kaiser para su teoría de la Ciencia de la Armonía.
Volviendo a la Física, veremos que aquí también tenemos un monocordio. Para Nicómaco y Kaiser, un monocordio es una simple cuerda tensa de una longitud que puede variar, y en la oscilación y subdivisión de esta cuerda se basa toda la teoría de la Ciencia de la Armonía. Esta es una idea fundamental; sin embargo, necesitamos explorar y comprender la verdadera sustancia de la «cuerda» y todas sus fases transitorias para no reducir de forma simplista el canto del Universo.
Ahora cerremos los ojos.
Imaginemos —visualizándola— una cuerda hecha de pura energía, intangible, pero vívidamente real. Este es nuestro nuevo monocordio. Según las hipótesis teóricas físico-matemáticas más fascinantes y modernas, los modos de vibración de estas cuerdas de energía pura pondrían en la manifestación cada ladrillo elemental de materia tangible tal como lo percibimos.
Bello, ¿verdad?
Una cuerda de energía pura vibra de cierta manera con su forma característica y un pequeño pedazo del Universo hace su aparición en la manifestación. Pero las maravillas no acaban ahí. De nuevo con los ojos cerrados visualizamos estas cuerdas de energía que vibran. Por supuesto, veremos estos filamentos vibrantes inmersos en un espacio y este espacio será necesariamente tridimensional. Esto es normal porque así es como percibimos el espacio que nos rodea. Lo realmente difícil ahora es visualizar estas cuerdas de energía pura vibrando no en un espacio tridimensional, sino incluso en un espacio de once dimensiones. Aquí la mente se pierde y nuestros límites humanos no nos permiten visualizar este Universo excepto a través de la pureza y la belleza de la abstracción matemática. Así que volvamos a abrir los ojos y tratemos de resumir lo que hemos dicho hasta ahora.
La Física Teórica moderna —o sea, la física de frontera— tiene una teoría [3] según la cual todo lo que está en la manifestación en este Universo (incluyendo el Espacio y el Tiempo) es el resultado de los modos de oscilación de diminutas —inmensamente más pequeñas que un electrón— cuerdas de energía pura vibrando en un espacio de once dimensiones.
De estas once dimensiones, cuatro (tres espaciales y una temporal) están manifestadas y siete están «retorcidas» en un espacio matemático llamado Calabi-Yau. No debe sorprendernos que hablemos aquí de «espacio matemático». Este puede ser tan «real» como el espacio físico manifestado. Pongamos un ejemplo.
Tomemos los objetos que forman parte de la geometría fractal. Son entes de gran belleza estética e incluso sin comprender su esencia; muchos se deleitan utilizándolos como fondos de pantalla para su computadoras o teléfonos móviles. Estos objetos son residentes exclusivos de un espacio matemático que utiliza los Números Imaginarios, que son diferentes y tienen propiedades distintas de los Números Reales, los que utilizamos todos los días, por decir algo. Sin embargo, en la Naturaleza, lo que vemos y tocamos sigue reglas morfogénicas derivadas de la geometría fractal. Así, del mismo modo que los números Imaginarios Complejos encuentran fisicidad en la naturaleza fractal del mundo, es posible que las once dimensiones del espacio matemático de las cuerdas vibrantes encuentren alguna correspondencia en entidades que podamos percibir en esta manifestación.
A este respecto, existe una teoría [4] que afirma que nuestro Universo percibido podría ser una proyección holográfica cuatridimensional de un Universo más complejo de once dimensiones.
He aquí, pues, nuestro nuevo monocordio, una versión más moderna en la que basar toda una nueva teoría de la Ciencia de la Armonía. La Física lo está intentando con nuevas herramientas y nuevos lenguajes. Pero en esta nueva teoría de la Ciencia de la Armonía, ¿cómo puede evolucionar y transformarse la idea de Lambdoma? Entre otros asunto, este será el tema del próximo artículo, “La Armonía y la Ciencia, Segunda parte”. Por tanto, teniendo en cuenta las teorías científicas modernas, nos estimula a renovar nuestros modelos de referencia para que la base científica sea adecuada a los tiempos que corren.
El canto del Universo aún tiene mucho que decirnos y acabamos de aprender a maravillarnos ante el coro de la Naturaleza que entona melodías de las que nosotros también formamos parte. Una partitura que se nos revela a medida que se desarrolla, nota tras nota, acorde tras acorde.
En el principio todo era vibración y lo sigue siendo. Cambian las teorías y cambia la humanidad que las estudia; lo importante es que seguimos escuchando el Canto de las Estrellas, la Voz de los Números y la Armonía de las Esferas dentro y fuera de nosotros.
[1] Aquí nos encontramos en el terreno de la especulación teórica. Esta teoría solo funciona muy bien desde el punto de vista de la consistencia matemática, pero aún no disponemos de las capacidades tecnológicas para confirmar experimentalmente esta hipótesis.
[2] La Riscoperta del “Lambdoma” Pitagorico, Fabiola Guida. [Páginas web solo en italiano.]
https://arjelle.altervista.org/Tesine/Fabiola/lambdoma0.htm
https://arjelle.altervista.org/Tesine/Fabiola/lambdoma.htm
[3] La teoría en cuestión es la Teoría de Cuerdas, cuya evolución se denomina ahora Teoría M. Para más detalles técnicos, consulte el texto: “String Theory and M-Theory, a modern Introduction”, de K. Becker, M. Becker y J.H. Schwarz.
[4] Este es el Principio Holográfico de Juan Maldacena también llamado en términos más técnicos, “ Correspondencia AdS/CFT”.
Aconsejamos leer los siguientes documentos que tratan de temas afines: Del Número, Real e Irreal, Los Números y las Mónadas, El Sonido Creador, La Orquesta Solar.
Además, hay otros textos análogos en la sección Documentos.
Artículos publicados sobre temas afines: La Armonía, un fundamento del Universo, La Medida del Mundo, Las Partituras del Sistema Solar, Veintiséis Siglos de Espacio¸ Los siete Rayos y la Ciencia de la Armonía.