En este Día sagrado* sembremos en el Campo de la conciencia común el compendio de los Siete Rayos de la Vida:
(Ver también la página Documentos)
«Existe una sola Vida que se expresa, principalmente, a través de siete cualidades o aspectos básicos y, en segundo lugar, por medio de una infinita diversidad de formas.
Estas siete cualidades radiantes son los siete Rayos, las siete Vidas, que infunden su Vida en las formas, y al mundo de las formas le dan su sentido, sus leyes y su impulso de evolucionar.
La vida, la cualidad, la apariencia, o sea, el espíritu, el alma, el cuerpo, constituyen todo lo que existe. Son la existencia misma, con su capacidad de crecer, de actuar, de manifestar la belleza y de estar en completo acuerdo con el Plan. Este está arraigado en la conciencia de las siete Vidas de rayo.
Estas siete Vidas, cuya naturaleza es la conciencia y cuya expresión es la sensibilidad y la cualidad específica, producen cíclicamente el mundo manifestado; trabajan juntas en la más estrecha unión y armonía; son los custodios del Plan y colaboran inteligentemente con él. Son los siete Constructores, que erigen el radiante Templo del Señor bajo la dirección de la mente del Gran Arquitecto del Universo.» (Psicología Esotérica I, A. A. Bailey, p. 153; vers. ingl. p. 141)
«Este “control de la forma por medio de un septenario de energías” (…) constituye una regla inalterable tanto del gobierno interno de nuestro universo y de nuestro particular Sistema Solar como del hombre individual.» (Astrología Esotérica, A. A. Bailey, p. 21; vers. ingl, pp. 11-2)
En esencia, los Siete Rayos son el Motivo o los Agentes conscientes de las evoluciones del cosmos, del Sistema Solar, del planeta Tierra, del ser humano y de los reinos de la naturaleza:
«(…) los siete Rayos establecen el proceso que asigna los límites de influencia a todas las formas. Son lo que determina todas las cosas (…), la necesidad de que prevalezca la Ley.
La Ley es la voluntad de las siete Deidades, que se plasman en la sustancia a fin de producir una intención específica a través del proceso evolutivo.» (A. A. Bailey, Psicología Esotérica I, p. 81; vers. ingl. p. 62)
La Vida conquista el Espacio por medio de un sistema de siete centros.
* El 20 de diciembre, así como su posición simétrica el 20 de junio de cada año, ocurre la alineación entre la proyección de nuestra Estrella Polar, la Cabeza del Dragón, y la Estrella Betelgeuse de Orión, la Constelación suprema reconocida como el «signo» del Gran Cristo cósmico.