El Orden, el Restablecimiento del Plan

«El Orden y el Restablecimiento del Plan» son la séptima Meta del Plan para la evolución espiritual de la Humanidad, que hemos compartido muchas veces en estas páginas y que es la base del proyecto de TPS, dedicado a sembrar Ideas, Fórmulas y Formas para una nueva Cultura y una nueva Civilización.

Al final del quinto septenio de su primer ciclo de implementación (el 2021 es el año 5,7 de los 49 años/Metas: 1987-2035), en consonancia con la dirección celeste actual entre el Sol, la Tierra y Urano, la Luminaria sagrada del Séptimo Rayo de Orden y Magia ceremonial,  afirmamos, pues, el Restablecimiento del Orden y el Plan en la Tierra.

El Plan, en su actual y primera formulación, fue intuido en 1990 por un pensador iluminado, E. Savoini, quien ordenó en un Lambdoma pitagórico de 49 Metas las indicaciones dadas por el Maestro Tibetano sobre la obra de la Jerarquía planetaria, esa Orden de Maestros que guían interiormente el avance de la evolución y se encargan de ejecutar el Propósito planetario por medio de un Plan para todos los reinos de la naturaleza, incluido el humano.

Esta cuadratura del círculo fue y es una obra mágica/magistral para activar y ordenar —en primer lugar interiormente en el nivel de los impulsos propulsores y de la energía psíquica— la colaboración del nuevo Grupo de Servidores del Mundo con las intenciones jerárquicas, previstas para la próxima Era de Acuario. 

El Restablecimiento del Plan llevado a cabo por las Tres Energías cósmicas fundamentales (Poder, Amor y Luz; véase la Gran Invocación) proporciona, por lo tanto, la manifestación de una Nueva Cultura y una Nueva Civilización (la Quinta Meta del Plan), por medio de la Iniciación del Grupo Humano (Tercera Meta), que, gracias al esfuerzo consciente de los Servidores del mundo —y al esfuerzo voluntario o involuntario de la humanidad inconsciente— por imitar a la Jerarquía (Cuarta Meta), podrá evocar el Retorno del Espíritu Crístico (Segunda Meta) y de una Nueva Religión Mundial (Sexta Meta) basada en la Comunión entre el Cielo y la Tierra, que es la sustancia y esencia del Restablecimiento de los Misterios (Primera Meta).

He aquí algunos extractos de la Enseñanza del Orden mundial y una síntesis septenaria del Plan (de: Afirmar el Plan Planetario):

«El poder que debe evocar el alma humana, en esta hora de necesidad, es la capacidad de conocer el Plan y trabajar para promoverlo, colaborando así con las fuerzas que se esfuerzan por restablecer el orden en la Tierra y poner fin al ciclo de maldad agresiva en el que nos encontramos hoy.» (La Exteriorización de la Jerarquía, A. A. Bailey, p. 245, Ed. Sirio; vers. ingl., p. 278)

«En la base de todos los intentos de formular el nuevo orden mundial debe haber ciertas premisas espirituales importantes. Mencionaré algunas:

  1. El nuevo orden mundial debe satisfacer la necesidad inmediata y no ser un intento de satisfacer una lejana visión idealista.
  2. El nuevo orden mundial debe adecuarse a un mundo que ha sufrido una crisis destructiva y a una humanidad que se ha visto gravemente sacudida por la experiencia.
  3. El nuevo orden debe sentar las bases de un futuro orden mundial, que solo será posible tras un periodo de recuperación y reconstrucción.
  4. El nuevo orden mundial se basará en el reconocimiento de que todas las personas son iguales en cuanto a su origen y meta, pero que se hallan en diferentes etapas de desarrollo evolutivo; que la integridad personal, la inteligencia, la visión y la experiencia, así como una marcada buena voluntad, deberían indicar la capacidad de liderazgo. (…)
  5. En el nuevo orden mundial, el organismo de gobierno de cada nación debe estar formado por aquellos que trabajan por lo que es mejor para el mayor número, y que al mismo tiempo ofrecen oportunidades a todos, y garantizan el respeto de la libertad individual. Hoy se reconocen los hombres con visión, lo que hace posible la elección correcta de los líderes [¡Sic!], que hasta antes de este siglo [el XX] no era posible.
  6. El nuevo orden mundial se basará en un sentido activo de la responsabilidad. La regla será «todos para uno y uno para todos». Esta actitud aún tendrá que desarrollarse entre las naciones, pues todavía no existe.
  7. El nuevo orden mundial no impondrá a las naciones un tipo de gobierno uniforme, una religión de síntesis y un sistema de nivelación. Los derechos soberanos de cada nación serán reconocidos y se permitirá la plena expresión de su genio particular, de sus tendencias individuales y de sus cualidades raciales. Solo en un sector particular debe hacerse el esfuerzo para lograr la unidad, y esto será en el campo de la educación.
  8. El nuevo orden mundial reconocerá que la producción mundial, los recursos naturales del planeta y sus riquezas no pertenecen a ninguna nación en particular, sino que deben ser compartidos entre todos. No habrá más naciones “ricas” y otras en la categoría opuesta. (…)
  9. En el período preparatorio para el nuevo orden mundial habrá un desarme constante y regulado. Esto no será optativo. No se permitirá a ninguna nación producir y organizar equipos con el fin de destruir o violar la seguridad de cualquier otra nación. Una de las primeras tareas de todos los futuros congresos de paz será regular esta cuestión y procurar el desarme gradual de las naciones.

Estas son las premisas simples y generales sobre las cuales el nuevo orden mundial tiene que comenzar a trabajar. Estas etapas preliminares deben mantenerse fluidas y experimentales, sin perder nunca de vista la posibilidad; deben mantenerse inviolables los fundamentos. Pero los procesos y experimentos intermedios deben ser llevados a cabo por hombres que, teniendo en cuenta los mejores intereses del conjunto, puedan cambiar los detalles de la organización preservando la vida del organismo.» (La Exteriorización de la Jerarquía, A. A. Bailey, pp. 174-6, Ed. Sirio; vers. ingl., pp. 190-2)

En síntesis, he aquí las siete Metas del Plan Jerárquico que la humanidad debe ayudar a restablecer:

1/1: El Restablecimiento de los Misterios, ciertamente vinculado al Propósito planetario, es la expresión en la Tierra de las energías del Poder, de la Voluntad, del Gobierno, emanadas del Centro coronario planetario (Shambala). Es el poder oculto de los Misterios iniciáticos que está al cuidado del Gobierno Real; constituye el centro propulsor de la Voluntad dirigida y organizada que puede activar el Propósito en la Tierra.

2/2: La Reaparición de Cristo es el imán central del Campo planetario de Servicio. El Cristo (Bodhisattva) está actualmente a la cabeza tanto del Centro cardíaco planetario (la Jerarquía) como del coronario (Shambala). El imán y el magnetismo del principio crístico (buddhi)1 residen en el núcleo de cada forma y de cada ser vivo; y desde el centro, como un corazón (la sede de la vida) y «sol de su sistema», educa y orienta su propio campo de influencia. El Corazón de la humanidad espera (tiende hacia) el despertar del Cristo, o «conciencia grupal», del Amor como el único Móvil universal.

3/3: La Iniciación Grupal es el nuevo método del Plan de evolución planetaria para despertar a la Humanidad (Centro laríngeo planetario). En el esquema evolutivo terrestre (como así también en solo otros dos esquemas planetarios) se está llevando a cabo un experimento para acelerar el avance común: el desarrollo del Plan para la humanidad se implementa a través de la iniciación grupal, es decir, por medio de la consciente «cooperación coordinada hacia el Propósito común». La humanidad, el Centro de Inteligencia creadora, debe estructurarse como un conjunto de grupos, un sistema unitario y un orden jerárquico, para iluminar y administrar el Planeta de manera armónica.

4/4: La Imitación de la Jerarquía consiste en responder y ajustarse al Modelo superior. La Jerarquía es la Referencia principal para todas las criaturas del Planeta. La Humanidad debe imitarla y gradualmente identificarse con el Principio jerárquico. El Canon 1-3-7 (vídeo en italiano) de la Vida jerárquica2 y universal es el camino para ser y devenir «a imagen y semejanza» de lo Divino, por medio del «aliento unido y el ritmo unificado» con el Corazón del Infinito.

5/5: Las nuevas Cultura y Civilización manifiestan en la Tierra el Plan jerárquico. Un proyecto se realiza siguiendo un plan de construcción: primero en el nivel mental y luego en los niveles inferiores, hasta la apariencia física. El Plan prevé que la humanidad desarrolle la Conciencia planetaria para iniciar la nueva Cultura Acuariana, basada en las relaciones áureas entre los reinos de la naturaleza y en relación proporcional entre la Tierra y el Cielo. Los Siete Sectores, o direcciones primarias, de las nuevas Cultura y Civilización humanas manifestarán la Ley Universal de los Siete Rayos.

6/6: La nueva Religión mundial unifica a la Sociedad planetaria, valorizando sus ideales y tesoros comunes. Lo que converge y une a la Comunidad planetaria son las bases naturales comunes a cada ser, a saber: todo lo que es mejor, bello, bueno y verdadero, es decir, el Cielo y sus Verdades eternas. La verdadera Religión mundial, la Ciencia del Alma Una, es la Ciencia del Espacio que conduce a la Unidad en la diversidad, a la Síntesis unitaria.

7/7: El Orden, el Restablecimiento del Plan, irradia el Ordenamiento estructurado y el Plan jerárquicos en la Tierra, su estructura sistémica y sus Reglas solares y cósmicas. Cada vez mejor, es necesario «convertir en un Ente», o encarnar, el Orden jerárquico en las acciones, subjetiva y objetivamente, individual y colectivamente (tanto a nivel internacional como en la correlación con los otros reinos), para que la Humanidad Una, la Conciencia planetaria, pueda emerger y llevar a cabo el Plan de Amor y Luz en la Tierra.

Es necesario unificar espíritu y materia, energía y sustancia, para que la fuerza salvadora que expresa la correlación creadora o «triangular» entre Shambala, Jerarquía y Humanidad (Centros planetarios coronario, cardíaco y laríngeo) pueda liberar a los «prisioneros del planeta».

Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.

1 «(…) debido a ello, buddhi se encuentra en el corazón del átomo más pequeño, o lo que en este sistema llamamos fuego eléctrico. Para la vida central positiva de cada forma es solo la expresión de buddhi cósmico y la afluencia del amor que se origina en el Corazón del Logos solar; esto en sí es el principio que emana de AQUEL SOBRE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE, SUPERIOR A NUESTRO LOGOS». (Tratado sobre Fuego Cósmico, p. 956. Ed. Fundación Lucis; vers. ingl., p. 1226)

2 Tratado sobre Fuego Cósmico, A. A. Bailey, pp. 328-9 Ed. Fundación Lucis; pp. 388-9 vers. ingl.

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