2.3 – 3.2 Energía y Cielo

CUADRATURA DEL CÍRCULO

2.2 ESPACIO: El Espacio es el Infinito fecundado por la Vida 

2.3 ENERGÍA: La Energía es la infinita potencialidad espacial

3.2 CIELO: El Cielo es el Manto radiante del Espacio 

3.3 LUZ: La Luz es el movimiento rítmico del Fuego

El propósito de esta reflexión es «cuadrar el círculo» de las ideas relacionadas con los vértices 2.2, 2.3, 3.2 y 3.3. Por medio de esta reflexión y este ejercicio interiores tratamos de sintetizar las Ideas superiores y las correspondientes Fórmulas que están detrás de cada uno de estos prototipos con su posible aplicación evolutiva, como formas de pensamiento y acciones en nuestra vida diaria de servicio grupal. Y así asumimos nuestra responsabilidad de modificar, cualificar y adaptar el Plan Divino [1], llevando el Círculo de las Grandes Ideas al cuadrado del servicio [2].

En vista de que nosotros, como parte del Grupo de Servidores del Mundo, afirmamos un conocimiento esotérico más profundo, debemos recordar que «a medida que se avanza en la enseñanza esotérica, aumenta la responsabilidad exotérica». (Tratado sobre Magia Blanca, A. A. B.; p. 21, Ed. Sirio; vers. ingl. p. 3)

En el ciclo actual, la humanidad afronta una rápida transformación a través de la polarización mental y la expansión de la conciencia, abriéndose a la realidad del Alma y del Espíritu. A través de este proceso, también se amplía nuestro horizonte colectivo de comprensión del universo y de nuestro lugar en él. Al igual que la Edad Media se enfrentó al desafío de pasar de una percepción Geocéntrica del Universo a una Heliocéntrica, ha llegado el momento de que la humanidad reconozca su lugar dentro de la inmensidad del Universo. Mientras que los telescopios que se hallan en la órbita terrestre están captando la dimensión física del horizonte colectivo, el Grupo de Servidores del Mundo —que está indicado como el Ajna Planetario— está alcanzando la capacidad de penetrar en las capas sucesivas de la Realidad Universal y comprenderlas, a saber: el Espacio Vivo manifestado a través de la Luz, y nuestro lugar y nuestro papel humano en el interior de Este. El efecto dominó de tal conciencia de grupo reverberará a través de siglos de transformación a medida que la Nueva Civilización Acuariana se revele gradualmente en el espacio y el tiempo.

2.2 ESPACIO: El Espacio es el Infinito fecundado por la Vida

«La Sabiduría Antigua enseña que “el espacio es un ente”; y la astrología esotérica estudia precisamente su vida, sus fuerzas, sus energías, sus impulsos y sus ritmos, sus ciclos, sus tiempos y sus estaciones. (Astrología Esotérica, A, A. B., p. 18, Ed. Fundación Lucis; vers. ingl. p. 7)

«El Espacio es un Ente divino. Es la Sustancia última de la que están hechas todas las cosas y todas las conciencias. Es el contenedor de la Vida, o del Fuego. (…) Se le llama Infinito, la gran Madre, el campo magnético universal, el Amor Cósmico, la Octava absoluta. Alberga las siete cualidades divinas, los siete Rayos; y se identifica en todas partes con ellos y con sus innumerables combinaciones estructurales.» (Le Mete Lontane. Vértice 2.1, Enzio Savoini; texto inédito, 1990; controlado en 1995; libro en italiano)

El Espacio es el campo de la potencialidad. Es el Ente que se ofrece para la expresión infinita de la Vida. Llegamos a un terreno vacío y vemos su «vacuidad» como un espacio para crear un nuevo jardín. Imaginamos que este jardín está lleno de amor, gozo y paz, que nutren nuestro cuerpo y nuestra alma. Cuando empezamos a cultivar este nuevo jardín, descubrimos que la tierra ya está llena de vida y nos ofrece su potencia para la cocreación. Gradualmente aprendemos a reconocer y apreciar la voz silenciosa del Espacio. Juntos plasmamos el nuevo espacio de amor que puede generar aún más vida y luz.

Podemos aprender la cualidad de la potencialidad del Espacio. Como grupo, debemos aprender a activar nuestra «antena de grupo» y convertirnos en Silenciosos, escuchando los Cielos. Entonces, nos volvemos receptivos, permitiendo que la Vida fecunde nuestro Corazón grupal con una Visión. Todos los grupos esotéricos están llamados a hacerlo. El momento es AHORA.

3.2 CIELO: El Cielo es el Manto radiante del Espacio   

«El Espacio es un ente y toda la “bóveda celeste” (como se llama poéticamente) es su apariencia fenoménica: (…) el Sistema Solar. También este es parte integrante de una Vida aún mayor, que se manifiesta en siete sistemas solares, uno de los cuales es el nuestro. Si pueden captar esta idea, surgirá en la conciencia de ustedes la vaga representación de una gran verdad esotérica. Son precisamente la vida y la influencia, las radiaciones y emisiones de este ente, y el efecto global que ejercen sobre la vida de nuestro planeta, sobre los reinos naturales y sobre el desarrollo de las civilizaciones humanas. (…)» (Astrología Esotérica, A. A. B, pp. 18-9, Ed. Fundación Lucis; vers. ingl. pp. 7-8)

La potencialidad manifestada del Espacio se nos aparece como el magnífico esplendor de los Cielos. Intentemos ampliar nuestra mente de grupo para comprender la inmensidad de los Cielos sumergiéndonos en las siguientes citas:

«Los confines de los Cielos son ilimitados y enteramente desconocidos. La diminuta mente de los hombres no puede hacer otra cosa que especular alocadamente; y es totalmente innecesario que consideremos el asunto. Al observar las estrellas en una noche clara, traten de comprender que en los muchos millones de soles y constelaciones visibles, para el ojo humano, y en las decenas de millones que revela el telescopio moderno, se contempla la manifestación física de incontables millones de existencias inteligentes; de esto se infiere que lo visible constituye simplemente esas existencias que están encarnadas, pero solo una séptima parte de las que pueden aparecer están encarnadas. Seis séptimas partes no están encarnadas; y están esperando su turno para manifestarse, hasta que se presenten condiciones adecuadas y mejores en el giro de la gran rueda.

Comprendan también que los cuerpos de todos estos sensibles e inteligentes Logoi cósmicos, solares y planetarios están formados por seres vivos sensibles; el cerebro se anonada y la mente se consterna ante un concepto tan inconcebible e impactante. Y sin embargo es así; y todo avanza hacia alguna consecución insondable y magnífica que solo lograremos imaginarnos en parte cuando nuestra conciencia se haya expandido más allá del plano físico cósmico y del astral cósmico, hasta que pueda “concebir y pensar” en el plano mental cósmico. Esto presupone una comprensión superior a la de los Buddhas, cuya conciencia se halla en el plano físico cósmico, y superior a la del Logoi planetario. Es la conciencia y el conocimiento de un Logos solar. El estudiante de ocultismo que ha desarrollado el poder de la visión interior puede ver la bóveda del cielo como un brillante fuego de luz y las estrellas como puntos focales de llamas que irradian corrientes de energía dinámica. La oscuridad es luz para el Vidente iluminado. Y el secreto de los cielos puede leerse y expresarse en términos de corrientes de fuerza, de centros de energía y de dinámicas e ígneas periferias sistémicas.» (Tratado sobre Fuego Cósmico, A. A. Bailey, p. 832-3, Ed. Fundación Lucis; vers. ingl., pp. 1059-1060)

Se ha señalado que a medida que la humanidad se vuelve sensible a vibraciones más refinadas, la mente colectiva se hace capaz de descubrir las fuentes y la naturaleza de esas vibraciones a través de la observación científica. Esto ha ocurrido con el descubrimiento de Urano, Neptuno y Plutón en los últimos siglos. Reflexionemos sobre el significado de todas las observaciones y descubrimientos de los astrónomos en las últimas décadas. ¿Qué significa esto en referencia a nuestra capacidad colectiva de percibir?

«“La Única Luz Universal, que para el hombre es la Oscuridad, siempre existe”, dice el Libro Caldeo de los Números. De ella procede periódicamente la Energía que se refleja en el Abismo, o Caos, el depósito de los Mundos futuros, y que una vez despertada, despierta y fecunda las Fuerzas latentes, que son las potencialidades eternamente presentes en ella. Entonces, los Brahmas y los Buddhas —las Fuerzas coeternas— se despiertan de nuevo y un nuevo Universo comienza a existir (…)» (La Doctrina Secreta, “Cosmogénesis”, Helena P. Blavatsky, Vol. 1, libro 2, Cap. 3.

Desde hace décadas, los astrónomos estudian la luz que emana de todos los lados del Universo, observándola en todo el espectro actualmente disponible para la percepción científica: desde las ondas de radio (luz radio) hasta los rayos gamma. Si aún no has visto nuestra Vía Láctea y otras galaxias cercanas en una versión fuera de la parte visible del espectro, prepárate para disfrutar de una agradable sorpresa: haz un clic aquí.

Y sigamos respirando mientras esperamos nuevas e impresionantes revelaciones científicas, que llegarán con las futuras observaciones del nuevo telescopio orbital James Webb.

«Una rueda cósmica o un grupo de siete constelaciones, se agrupan de acuerdo a:

  1. su magnitud,
    b. su vibración,
    c. su color,
    d. la influencia que ejercen mutuamente.

Según los libros esotéricos, estas ruedas cósmicas se dividen en cuarenta y nueve grupos, cada uno de los cuales comprende millones de constelaciones séptuples. A efectos de estudio para los Adeptos, cada uno de ellos está marcado con un símbolo; y estos cuarenta y nueve símbolos contienen todo lo que puede aprenderse sobre el tamaño, la magnitud, la cualidad, la actividad vibratoria y el propósito de esas grandes formas, por cuyo intermedio una Existencia adquiere experiencia. Los Chohanes de grado superior conocen los cuarenta y nueve sonidos que otorgan la cualidad del aspecto conciencia de estos grandes Seres que se hallan tan alejados de la conciencia de nuestro Logos solar, como la del hombre lo está de la del cristal.» (Tratado sobre Fuego Cósmico, A. A. B, pp. 851-2, Ed. Fundación Lucis; vers. ingl., pp. 1085-1086)

«Quien lea este tratado y quiera realmente sacar provecho de esta enseñanza debe acostumbrarse a pensar siempre en términos de totalidad. Las clasificaciones arbitrarias, las divisiones en triplicidades y septenarios, la enumeración de fuerzas distintas consideradas como emanadas de las siete constelaciones, los diez planetas y las doce casas del Zodíaco, solo pretenden transmitir al estudiante la idea de un mundo de energías en el que debe desempeñar su parte.» (Psicología Esotérica I, A. A. B., p. 168, Ed. Sirio; vers, ingl., pp. 159-160)

Mientras admiramos y aprendemos a comprender las periferias más cercanas del Cielo, nos corresponde reconocer el lugar de nuestro planeta, del Grupo de Servidores del Mundo, de nuestros grupos menores y de nosotros mismos en esta inmensidad. Esta es nuestra manera de sincronizarnos con las Leyes y Armonías del Universo. Este es nuestro Camino colectivo hacia la Armonía.

«Este “control de la forma por un septenario de energías” (como se dice en el Antiguo Comentario) es una norma inviolable tanto en el gobierno interno de nuestro universo y de este sistema solar particular, como del hombre individual. Por ejemplo, en nuestro Sistema Solar hay siete planetas sagrados que corresponden a los siete centros de fuerza humana. El conjunto de los siete sistemas solares a los que pertenece el nuestro son, a su vez, los siete centros de energía de Aquel a quien me he referido en otra ocasión como “Aquel de quien nada se puede decir”.» (Astrología Esotérica I, A. A. B., pp. 34-5. Ed. Sirio; vers. ingl., pp. 11-12)

El axioma esotérico «Así como es arriba, así es abajo» proporciona una clave para muchos misterios del Universo. A través de la Ley de la Analogía somos capaces de expandir nuestra mente para captar los reinos invisibles e irreconocibles de los Cielos y del ser humano, y todo lo que hay entre ellos.

La experimentación y la observación persistentes permitirán a un grupo oculto descubrir la presencia de «una regla inalterable» de un septenario de energías dentro de la esfera de su Ser grupal. La práctica cuidadosa y gradual, que incorpora el trabajo con siete centros de energía dentro del campo grupal, revelará un vasto campo de posibilidades mejoradas y fortalecidas para el servicio meditativo grupal.

3.3 LUZ: La Luz es el movimiento rítmico del Fuego

«Hay que tener presente que el gran tema de la LUZ es la base de todo nuestro propósito planetario. La plena expresión de la LUZ perfecta, ocultamente entendida, es el propósito de vida que absorbe la atención de nuestro Logos planetario. (…)

Se demostrará que el alma misma es luz, y que toda la Jerarquía es un gran centro de luz; de modo que el simbolismo de la luz rige nuestro pensamiento, nuestro acercamiento a Dios, y nos permite comprender el significado de las palabras de Cristo: “Yo soy la Luz del mundo”. Estas palabras poseen un significado para todos los verdaderos discípulos, y les sugieren una meta similar, a la que llaman “encontrar la luz”, “apropiarse de ella” y “convertirse ellos mismos en portadores de luz”. El tema de la luz se reitera en las Escrituras del mundo; la idea de la iluminación condiciona toda la educación impartida a la juventud del mundo (aunque la aplicación de esta idea esté muy limitada), y la idea de más luz rige los incipientes aspiraciones del espíritu humano. (…) La luz puede ser considerada como un síntoma, una reacción ante el encuentro y consiguiente fusión del espíritu y la materia.» (Los Rayos y las Iniciaciones, A. A. B., pp. 184-5, Ed. Sirio; vers. ingl., pp. 142-3)

«La luz es movimiento. De hecho, es el dinamismo más elevado (…). La luz funde lo continuo y lo discontinuo, y de eso nacen los ciclos, que son “continuamente discontinuos”. Por estas razones se afirma que la Luz es la causa de todo movimiento. La Voluntad fija el propósito; el Espacio lo acoge y le presta las sustancias necesarias; la Luz lo logra. Este es el Movimiento. La luz lleva a cabo la evolución (…). La luz es la energía que mueve las cosas y las conciencias; conduce al propósito, y no existe otra razón para el movimiento.» (Fascículos del 3.er Septenio: Teoría de la Luz I y Teoría de la Luz II;  Enzio Savoini, septiembre-noviembre del 2001)

La luz es una característica de una sustancia/materia despierta/activada. La Luz del Alma comienza a brillar a través de los ojos humanos cuando la vibración de la personalidad inicia a corresponderse con la del alma. Esto lo podemos reconocer a través de la Ley de Analogía, reflexionando sobre la fórmula de Einstein E = mc2: la materia acelerada se convierte en energía. De la misma manera, podemos reconocer cuando la Luz de la comprensión ilumina nuestros rostros, cuando la materia de nuestra mente se acelera, encendiendo así el fuego de la comprensión.

Mientras servimos a la humanidad en el proceso de despertar del alma, debemos recordar que la evolución es un proceso que se extiende en el tiempo y el espacio. No tratamos de acelerar el crecimiento de una zanahoria en nuestro huerto tirando por las hojas —sabemos que llegará el momento de la cosecha—. Del mismo modo, debemos respetar el tiempo necesario para que la materia se acelere gradualmente antes de que esté preparada para recibir la Luz del alma.

«La clave para la correcta interpretación de una indicación reside en su asociación con la idea de dirección en el tiempo y el espacio. (…) La palabra “dirección” es la clave del proceso evolutivo, del concepto de luz, del secreto de la Masonería y del poder motivador de la manifestación.» (El Discipulado en la Nueva Era II, A. A. B., p. 267, Ed. Sirio; vers. ingl., p. 303)

El ritmo es uno de los secretos de la radiación grupal persistente. «La adhesión dinámica al sendero elegido» y una «firme perseverancia» se consideran unas de las cualidades más importantes para un mago blanco. (Tratado sobre Magia Blanca, A. A. B., p. 21, Ed. Sirio; vers. ingl., p. 3). La misma cualidad de ritmo persistente es crucial para encender y mantener el resplandor del Fuego de un Corazón grupal. Esto transforma a un grupo en una estación estable de Luz dentro de la red planetaria de Luz, convirtiéndolo en un Mago Blanco de Grupo.

2.3 ENERGÍA: La Energía es la infinita potencialidad espacial

«La energía es todo lo que existe, o Chela en la Luz, pero no es conocida. Es la causa del conocimiento, y su aplicación y captación conduce a la expansión de la comprensión.

Por medio de la energía fueron creados los mundos, y por medio de esa energía progresaron; por medio de la energía las formas se desarrollan y mueren; por medio de la energía los reinos se manifiestan y desaparecen bajo el umbral del mundo que siempre existe y existirá eternamente.

Por medio de la energía se asciende a la Cruz, y desde el vórtice de las cuatro fuerzas que se unen, el iniciado atraviesa la puerta y es impelido hacia la Luz —la Luz que aumenta ciclo tras ciclo y es conocida como la suprema Energía Misma.» (Los Rayos y las Iniciaciones, A. A. B., pp. 667-8, Ed. Sirio; vers. ingl., p. 556)

De hecho, toda la preparación para la meditación oculta está vinculada al trabajo consciente con las energías y las fuerzas. Esta es una distinción fundamental entre los estudiantes místicos y los ocultistas. Uno de los primeros principios que aprendemos es que la Energía sigue al Pensamiento. Pero incluso antes de eso, el mandato de «No hacer daño» está impreso en lo más profundo de nuestro ser. Esto debe hacerse antes de que la formación y la práctica persistentes puedan revelar el verdadero poder.

«Para acceder al poder celeste, siguiendo la Enseñanza del Maestro, hay que unir el centro con la circunferencia, es decir, el corazón con el Cielo a través del horizonte. Es un rito sencillo y secreto, para el que no se necesitan palabras, y que provoca la explosión controlada, es decir, la Luz que irrumpe.» (Fascículos del 3.er Septenio: Comunión; Enzio Savoini, abril-mayo del 2001)

A medida que avanzamos en la comprensión de los principios y mecanismos, trabajando con energías y fuerzas, empezamos a reconocer el Primer Punto de la Revelación, que indica que «La energía sigue al pensamiento y el ojo dirige esta energía». [3]

Aunque el verdadero poder esté oculto y protegido, la ley de resonancia mantiene la puerta cerrada para los que no están preparados. «La gente todavía no se da cuenta del poder de la meditación, y especialmente de la meditación en grupo.» (Tratado sobre Fuego Cósmico, A. A. B., p. 976, Ed. Fundación Lucis; vers. ingl., p. 1250)

La expresión bíblica «en Él vivimos, nos movemos y somos» es la afirmación de una ley fundamental de la naturaleza y el enunciado que subyace en el hecho de que nos referimos al término —casi sin sentido— de «omnipresencia». La omnipresencia tiene su base en la sustancia del universo y en lo que la ciencia llama el éter. «Éter» es un término genérico para el océano de energías, todas en relación mutua, que constituye el cuerpo energético sintético de nuestro planeta.
Por lo tanto, al abordar el tema de la telepatía, debemos tener en cuenta que el cuerpo etérico de cada forma en la naturaleza es una parte integral de la forma sustancial de Dios mismo —no la forma física densa, sino lo que los esotéricos consideran como la sustancia moldeadora de las formas—. Utilizamos la palabra «Dios» para significar la manifestación de la Vida Única que anima cada forma en el plano objetivo. El cuerpo energético o etérico de cada ser humano es, por tanto, parte integrante del cuerpo etérico del propio planeta y, en consecuencia, del Sistema Solar. Por ello, todo ser humano está fundamentalmente conectado con cualquier otra manifestación de la Vida divina, mínima o inmensa. La función del cuerpo etérico es recibir impulsos de energía o corrientes de fuerza que emanan de alguna fuente generadora, y con el objetivo de que sean estimulados a ser activos. En realidad, el cuerpo etérico no es más que energía. Está compuesto por miríadas de líneas de fuerza, o pequeñas corrientes de energía, que se mantienen en relación con el cuerpo astral o emocional, el cuerpo mental y el alma por su efecto de coordinación. Estas corrientes de energía producen, a su vez, un efecto sobre el cuerpo físico, estimulándolo a algún tipo de actividad, según la naturaleza y el poder del tipo de energía que puede dominar el cuerpo etérico en un momento determinado.» (Telepatía y el Vehículo Etérico, A. A. B., pp. 9-10, Ed. Fundación Lucis; vers. ingl., p. 2)

La aceptación de la realidad del cuerpo etérico será un hito importante para el progreso de la nueva civilización. La ampliamente reconocida toma de conciencia de la interdependencia de todos los sistemas de nuestro planeta es una importante indicación de nuestro progreso colectivo en esta dirección. Los descubrimientos científicos basados en la realidad del campo etérico revolucionarán la ciencia moderna e iniciarán una nueva revolución tecnológica. Sin embargo, lo que es aún más importante es que esto desencadenará una rápida evolución cognitiva en la humanidad.

La última revolución en las tecnologías de la información y la comunicación nos han permitido experimentar un nuevo nivel de conectividad. Esto ya ha transformado nuestra vida personal, profesional y social. Esto ha empujado a la humanidad al borde de reconocer la realidad de la comunicación telepática…, aunque el término «telepatía» es más bien limitado para expresar la realidad mucho más amplia de conectividad e interconexión que comenzamos a experimentar y reconocer.

La humanidad tiene una fuerte necesidad de modificar, cualificar y adaptar las enseñanzas dadas sobre el trabajo práctico con las energías etéricas. Los grupos esotéricos se encargan de poner en práctica estos antiguos conocimientos.

La Ciencia de la Impresión es otro nombre (subjetivo) para la telepatía. Se dice que la Jerarquía misma está aprendiendo esta ciencia. (Telepatía y el Vehículo Etérico, A, A, B., pp. 38-9, Ed. Fundación Lucis; vers. ingl., pp. 41-42)

«Si la Ciencia de la Impresión es estudiada por los discípulos en el mundo y por el Nuevo Grupo de servidores del Mundo, facilitará en gran medida la presentación de los ideales que deben condicionar y condicionarán el pensamiento en la Nueva Era, y producirá, al final, la nueva cultura y la nueva civilización hacia la que se esfuerza la humanidad y que sustituirá a la civilización actual, proporcionando un nuevo campo de manifestación para la raza humana.» (Telepatía y el Vehículo Etérico, A. A. B., p. 43, Ed. Fundación Lucis; vers. ingl., p. 48)

«(…) La astrología es, en esencia, la presentación más genuina de la verdad oculta, pues es la ciencia que trata de las energías y fuerzas que actúan a través y sobre el espacio y todo lo que contiene, condicionándolo y gobernándolo. Cuando se entienda esto, y se comprendan mejor las fuentes de esas energías y la naturaleza del espacio, se verán horizontes más amplios y al mismo tiempo más íntimamente conectados; se comprenderán las correlaciones entre las entidades individuales, planetarias, sistémicas y cósmicas, y se empezará a vivir la vida científicamente. Esta vida científica es el propósito principal de la astrología.» (Astrología Esotérica, A. A. B., p. 16, Ed. Fundación Lucis; vers. ingl., p. 5)

Se ha afirmado que cuando se proporcione las nuevas Enseñanzas de la Sabiduría Eterna a principios de este siglo, la nueva enseñanza sobre la Astrología Esotérica será uno de sus aspectos clave. También se ha sugerido que hay una clave astrológica en La Doctrina Secreta que ha de «revelar el cuarto gran fundamento de la Sabiduría Eterna, tres de los cuales ya están indicados en el proemio de La Doctrina Secreta.»  (Astrología Esotérica, A. A. B., p. 18, Ed. Fundación Lucis; vers. ingl., p. 8). Esta clave puede ser descubierta o puesta a disposición de uno o más grupos cualificados de eruditos esotéricos que pueden construir el Antahkarana grupal [puente de luz entre la personalidad, el alma y la mónada] en las salas de aprendizaje de los Ashramas astrológicos, porque «todos los Ashramas se encuentran en el Antahkarana». (El Discipulado de la Nueva Era II, A. A. B., p. 363, Ed. Sirio; vers. ingl., p. 417)

***

A medida que nos aproximamos al hito del año 2025, recordemos la indicación compartida por el maestro Tibetano, DK:

«Los cambios que se han producido en la Jerarquía son el resultado del trabajo de los discípulos del mundo. (…) Observen y reconozcan los cambios en los corazones de los hombres, y cambien las reglas a medida que los hombres, con el tiempo y los ciclos cambiantes, se aproximen al Ashrama. El Ashrama no se queda parado. La nueva vida fluye desde ambos lados.» (El Discipulado de la Nueva Era II, A. A. B., pp. 312-3, Ed. Sirio; vers. ingl., p. 356)

El Nuevo Grupo de Servidores del Mundo ha dado un gran paso adelante desde su creación en 1925. La última Semana de la Fiesta de los Servidores del Mundo del  2019, en cierto sentido, marcó el comienzo de un nuevo ciclo en el desarrollo de un Grupo Mundial. El Grupo se está creando rápidamente a través del reconocimiento interno del Propósito Uno, que une a todos los Servidores del Mundo en todas partes.

El núcleo esotérico de este Grupo Mundial se encuentra en su Centro del Corazón. Todos los grupos esotéricos del mundo tienen la tarea de convertirse en unidades funcionales de Luz, capaces de trabajar con energías y fuerzas. Entre otras cosas, tenemos la tarea de trasladar nuestros conocimientos a la práctica, para compartirlos con todos los Servidores del Mundo, ayudando así al Grupo Mundial a convertirse en lo que debe ser.

Cuando la Jerarquía en el 2025 medite durante su Consejo especial que se celebra cada cien años, para tomar nuevas Decisiones sobre cómo acelerar el Plan y definir los planes de la humanidad para el próximo siglo, los Maestros evaluarán la dinámica del desarrollo de la humanidad. Podemos esperar que sus decisiones dependan también del trabajo de los discípulos del mundo.

Una simulación de la estructura a gran escala de todo el universo. Cada píxel es una combinación de materia galáctica y oscura, que se organiza en un patrón sorprendente que se asemeja a las neuronas del cerebro. (Imagen tomada de: NASA, ESA, ESO, Grupo Spacetyme en Instagram)

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  1. Consultar las sugerencias, puntos de revelación y fórmulas de AAB, El Discipulado de la Nueva Era II, Sección 3: Enseñanzas sobre la iniciación.
  2. Para el significado del diagrama, véase AAB, El Discipulado de la Nueva Era II, pp. 243-4, Ed. Sirio; vers. ingl., p. 275.
  3. Ver El Discipulado de la Nueva Era II, Sección 3.
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