Hoy —la Festividad solar, o el Plenilunio de Virgo (la Tierra y la Luna en el Piscis)— es la novena de las 12 Festividades de este Año 6.2, dedicadas al Espacio, al Infinito y al Principio Crístico del Amor-Sabiduría, como las Bases de la nueva Religión mundial. Celebramos el Amor infinito del Espacio que todo lo abarca y engloba: Madre del Mundo.
«El Cosmos crea para el Infinito y construye según una correspondencia. La comunión es un imperativo; y la Materia lúcida es la conciencia de los rayos cósmicos. Es exacto decir que la Materia lúcida es la gran Madre del Mundo; es exacto decir que es el Amor Cósmico. Verdaderamente, el Universo está tejido con Su hilo y por la palanca del Amor.» (Infinito I, § 52, Agni Yoga)
La función más alta del Amor cósmico, la cualidad específica de origen femenino, consiste en su misión creadora de embellecer y adornar, de donación y ofrecimiento espontáneo, de expresión de la energía más sutil ligada también a la sanación y a la devoción más profunda.
¿Cómo, entonces, podría existir el Imán cósmico si no existiera su componente negativo? El amor universal no tendría sentido sin la presencia de la Mujer cósmica: las funciones del Origen femenino son por lo tanto también las de revelar las verdades mayores, de atracción y de función magnética que permiten elevar cada corazón al Uno.
«Es cierto lo que se dice sobre el poder del amor por la humanidad. ¿Se puede amar el jardín y despreciar las flores? ¿Cómo venerar la belleza sin respetar el amor? Afirmo que el poder que adorna el Universo es la Madre del Mundo, el Origen femenino. Podrían citarse muchos argumentos científicos en apoyo de la misión creadora de la mujer. Quienes lo niegan, recuerdan que las mujeres son dadoras espontáneas. No es necesariamente el caso que el que tiene los derechos es el que los ejerce. Por eso el camino de la mujer se llama la ofrenda voluntaria. Por supuesto que todo en el Cosmos está interconectado, pero la humanidad transgrede las leyes de la Razón más elevada. Verdaderamente, el Origen femenino es hermoso. En verdad, la cumbre del Ser no podría existir sin ella. (…) El que tiene la copa llena es llamado por Nosotros el donante voluntario.» (Infinito I, § 156, Agni Yoga)
Esta voluntariedad de dar y de darse, no dada y puramente gratuita, es la cualidad más íntima y menos visible del origen femenino que se manifiesta por todas partes en el universo. Cualquier entidad está entrelazada con este Amor que lo incluye todo, que nada pide para sí mismo y que permite a cada ser crear en completa libertad.
«Orígenes de Alejandría dijo: “Los ojos del corazón ven el Ser”. Solo el corazón discierne la belleza del mundo creado por el Corazón del Universo. El amor al Cosmos hace posible el conocimiento directo. Tanto si se aman los lirios como los mundos lejanos, la base es siempre el mismo principio universal. ¡Sí, sí, sí! Nosotros mediremos en función del amor cósmico.» (Infinito I, § 76, Agni Yoga)
«(…) Las estrellas, los planetas, las Inteligencias de todos los niveles se aman de dos en dos, según la gran ley del Imán, y hay que explorar el misterio de esta eterna jerarquía esponsal, cuyos reflejos se ven en el orden social de todos los pueblos, pero también en los reinos animal, vegetal e incluso mineral. Para entenderlo, el amor es más necesario que nunca.» (Primo Vertice, Commento a Infinito I § 156, ed. Nuova era, p. 87; no traducido al castellano])
«He aquí un bello símbolo: el velo de la Madre del Mundo. Ha cubierto Su Rostro y permanece desconocida. Pero ese velo palpitante no la oculta del corazón de quienes desean conocerla, al amar con empeño el Espacio infinito.» (Infinito I, § 36)
La Madre del Mundo es el Amor cósmico.
Nota:
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Fechas de las celebraciones en línea del 2023