La Ritualidad Solar y las Efemérides del Año 2023

He aquí el documento completo de la próxima Siembra ritual y rítmica, con todas las Efemérides heliocéntricas del 2023:

La Ritualidad Solar y las Efemérides del año 2023

A continuación transcribimos algunos extractos del mismo:

La Siembra solar de TPS [1] tiene la intención de seguir, «con un respiro unido y un ritmo unificado», las pulsaciones cíclicas causales y causantes de los Entes creadores superiores —planetarios, solares y cósmicos— a fin de construir el Futuro por medio de la imaginación creadora colectiva. El Sueño de unas Nuevas Cultura y Civilización, nutridas particularmente en los últimos siete años (5.o septenio: 2015-2021), ahora se orienta hacia a una Nueva Religión mundial (la Meta primaria y el tema del actual 6.o septenio 2022-2028) [2], al Servicio del  Plan general de Evolución y del nuevo Orden planetario humano (consultar también el documento Afirmar el Plan Planetario).

Por medio de las Enseñanzas esotéricas, sabemos que la Evolución procede y converge —en la emergente Edad de Acuario— hacia la Idea primigenia y la realización consciente de la Hermandad universal, hacia la Comunión entre los mundos, hacia el mundo del Alma; todos estos constituyen los fundamentos de la Nueva Religión mundial y de su Verdad esencial, a saber, la Unidad del Todo.

En particular, en el «Año 6.2: Espacio. Infinito. Bases de la Nueva Religión», la energía reunificadora del 6.o Rayo se combina con la energía principal del 2.o Rayo de Amor-Sabiduría; por esta razón esta Idea, o la Realidad suprema de Amor infinito y espacial, se convierte —y es— nuestro Imán y Motivo primario, nuestro Maestro del Corazón.

Por lo tanto, al amor que mueve el sol y las demás estrellas, y a sus sagrados Custodios, van dirigidas nuestras mirada y sonrisa; y en este respiro infinito anunciamos y preparamos la Meta primaria 6.6 (que es simétrica de la 6.2), orientados por el centro sacro de estas, la cumbre del 2025, Meta 6.4, la Fecha crucial para el destino del Planeta y de la Exteriorización de la Jerarquía.

El Cristo y sus 12 Afirmaciones, junto con la Madre y las Musas [3], serán pues nuestros Faros para magnetizar el Espacio y dirigir los corazones hacia el Infinito, hacia las Bases de la Nueva Religión Mundial.

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Una vez que se hayan puesto los cimientos en los Campos Elíseos, una vez que la Obra esté conectada y orientada a las Fuentes de la Vida, su realización seguirá a su debido tiempo, dependiendo de la progresiva potencia de resonancia de «nosotros, la humanidad», resonancia a las energías o Ideas celestes, al Mundo del Fuego.

Con esta actitud humilde —humilde en cuanto a que nos adherimos al servicio de la Tierra al Cielo, ardientes de ignorancia y gozosos por la dedicación—, trabajamos como si fuéramos constructores del Futuro, como unidades de vida activas del Sistema Solar y del Espacio infinito, como criaturas impulsadas por la imparable voluntad de cooperar armónicamente con el macrocosmos y el Supramundo. 

«Lo que está bien orientado es el Camino.»

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[1] A fin de adentrarse más en el sentido y significado, y asimismo en la importancia, de la coordinación rítmica entre las Señales del Cielo y la Siembra de TPS de las Ideas, Fórmulas y Formas para unas nuevas Cultura y Civilización, véase los documentos y artículos presentados en los últimos años en la “Dirección de Trabajo” llamada Ritualidad en la página de Documentos, en la 7.a sección, “Ordenamiento”.

[2] En el actual Ciclo de construcción, o la primera etapa de 49 años (1987-2035) del Plan planetario de 49 Metas, Metas que han sido deducidas de las Enseñanzas Ocultas y previstas para el avance evolutivo y consciente de la humanidad y del planeta en el actual tercer milenio, el año 2023 corresponde a la etapa 6.2, Espacio. Infinito. Bases de la nueva Religión (cada año toca a la afirmación de la Meta correspondiente y a su siembra en la conciencia del grupo humano).

[3] «La literatura y la cultura de todo Occidente (…) comienzan por el primer verso de la Ilíada, invocando a la Musa; por lo tanto, al principio está la voz más elevada y sagrada de la mousiké. (…) Su importancia en el orden cósmico es esencial; ella cumple la magnífica gloria de la obra divina de la creación y representa su alma (…). Las Musas ocupan un lugar muy elevado, de hecho único, en la jerarquía divina. Se las llama hijas de Zeus, nacidas de Mnemosyne, la Diosa de la memoria. Pero eso no es todo, ya que a ellas, y solo a ellas, les está reservado llevar, como el propio padre de los dioses, el apelativo de olímpicas, un apelativo con el que se solía honrar a los dioses en general, pero —al menos originalmente— a ningún dios en particular, a excepción de Zeus y las Musas.» (“Le Muse. E l’origine divina della parola e del canto”, Walter Friedrich Otto, 2014, Fazi editore; libro solo en italiano)


 

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