«La nueva religión será una religión de Invocación y Evocación, de reunión de las grandes energías espirituales en beneficio de las masas y para estimularlas. El trabajo de la nueva religión será distribuir la energía espiritual y proteger a la humanidad de las energías y fuerzas que, en este momento particular, no está preparada para recibir. (…) La nueva religión mundial (Objetivo Principal 6.6 del Plan) debe basarse en las verdades que han resistido la prueba de los siglos. (…):
- La realidad de Dios (Dios trascendente).
- La relación del hombre con lo divino (Dios inmanente).
- El hecho de la inmortalidad.
- La hermandad de los hombres (Dios en expresión).
- La existencia de la Vía que conduce a Dios.
- La historicidad de los dos grandes Acercamientos y la posibilidad de un inminente tercer Acercamiento.» (La Exteriorización de la Jerarquía, vers. ingl. pp. 401, 404, 415)
Con tan esclarecedora síntesis de las Verdades formuladas por la Sabiduría Antigua como fundamento de la Nueva Religión, comenzamos este artículo matizado por el 6.o Rayo* y dedicado a la Gran Invocación, destinado a hacer resonar las energías celestes actuales.
Hoy, de hecho, celebramos la conjunción heliocéntrica de Marte, Luminaria no sagrada de 6º Rayo, con Neptuno, Luminaria sagrada de 6º Rayo, el Guardián de la Comunión y de la Comunidad solar, en el 7º sector de Piscis, el Signo que transmite, en el actual ciclo precesional, las energías del 2º y 6º Rayos conectadas respectivamente al Amor/Sabiduría y a la Devoción/Idealismo. «En Piscis, la voluntad del Padre se realiza a través de la energía del 2º Rayo o Principio Crístico (Buddhi) como voluntad de salvación, permitiendo la aparición de Cristo como Salvador del mundo. La voluntad del 2º Rayo, concentrada en Shamballa, se expresa a través de la Humanidad y se realiza en la Jerarquía.
Cabe recordar ahora que en el actual Ciclo de construcción o primer período de 49 años (1987-2035) del Plan Planetario de 49 Metas, el 2024 corresponde al período 6.3 – Comunión con el Mundo de las Ideas. Es el tercer año del Sexto Septenio del que se ha asumido la energía que es propia del Sexto Rayo de Idealismo abstracto como la Energía primaria para sembrar los valores e ideales de una nueva Cultura y nueva Civilización y una nueva Religión mundial; la cualidad reunificadora, sintética, abstracta hacia la Esencia, propia del Mundo de las Ideas o Causas…
En particular, en la matriz viva del Lambdoma del Ciclo interno del Plan, la Meta 6.3 combina en sí misma la Meta Primaria 6.6 – Nueva Religión Mundial y 3.3 – Iniciación en Grupo, lo que significa que el Grupo humano debe iniciarse en la idea de Unidad y Hermandad universal, hacia la Comunión entre los mundos.
Debe, pues, concebir y activar la forma pensamiento de una Humanidad Una, jerárquica, animada por la Voluntad de Bien.» (Ritualidad Solar y Efemérides para el Año 2024, pp. 3-4)
Con respecto a la energía del 6º Rayo, en la Enseñanza Esotérica se puede leer:
«El Señor de Devoción e Idealismo es una Deidad Solar que constituye la expresión peculiar y característica de la cualidad del Logos solar. Esta fuerza de rayo, junto con el segundo rayo, constituye una verdadera y vital expresión de la naturaleza divina. Las cualidades de dicho Señor son: la centrada militancia sobre un ideal, la devoción dirigida únicamente al impulso de la vida y la sinceridad divina, las cuales plasman sus impresiones sobre todo lo que existe dentro de Su cuerpo de manifestación.» (Psicología Esotérica I, vers. ingl. p. 25)
«(…) el nacimiento de la Nueva Era (…) se producirá si —en términos esotéricos— la energía de sexto rayo de Marte se transmuta en la del mismo rayo, de Neptuno, porque el primero es “objetivo y está harto de sangre”, y el segundo es “subjetivo y pletórico de vida”.» (Astrología Esotérica, vers. ingl. p. 217)
La relación entre Marte y Neptuno es particular: «Junto con Neptuno, el 6º Rayo de Marte está asociado a la 6ª Ley del Amor, una de las Siete Leyes del sistema Solar que son corolarios de la principal Ley de Atracción (regida por Neptuno como el segundo Esquema de la Síntesis).
Otro hecho destacable es que los Dos se encuentran una media de 7 veces en cada Signo, aproximadamente cada 23 meses. Su Ritmo de 7×12 conjunciones (¡7 vueltas completas de Júpiter!) revela el Sonido y el Propósito causal de su Relación; en cada Signo emiten una Estrella de la Vida de siete impulsos para unificar el triángulo superior del Corazón/Alma y el triángulo inferior del Plexo/Personalidad. Mientras Júpiter construye y enseña la comprensión benéfica a través de la fusión de mente y corazón, de Marte a Neptuno, la sensibilidad, base de la conciencia, se eleva de astral a búdica, de humana a crística; a la inversa, de Neptuno a Marte, la acción conflictiva y separativa se convierte en heroica, inspirada por la Visión espiritual y la Compasión universal.» (Ciclo Marte y Neptuno)
Ahora, con estas energías en nuestros corazones, entremos en el tema de hoy con la ayuda de algunos pensamientos de la Enseñanza:
«La primera gran Invocación fue pronunciada por el Logos planetario cuando expresó el deseo de manifestarse e invocó y atrajo hacia Sí mismo la sustancia necesaria para Su expresión designada. Esto inició la cadena de ser y de la jerarquía; luego se estableció la interrelación entre todas las unidades «sustanciales»; los más poderosos, dinámicos y mayores pudieron impresionar a los menores y más débiles, hasta que gradualmente y a medida que pasaban los ciclos fueron creados los siete Centros y entraron en una estrecha relación de mutua impresión. Sólo consideraremos tres de estos siete Centros, de los demás muy poco se conoce porque en su mayoría están formados por entes que pertenecen a evoluciones dévicas (observen la pluralidad) y por vidas subhumanas, que actúan bajo la impresión proveniente de los centros coronario, cardíaco y laríngeo del Logos planetario. (…)
Les aconsejaría pensar con sencillez y (sobre todo al principio) en términos de las tres energías mayores, a medida que emanan de algún centro se convierten en agentes impresores y son nuevamente trasmitidas o reducidas. (…)» (Telepatía y Vehículo Etérico, vers. ingl. p. 129)
«En la actualidad se está produciendo un alineamiento evolutivo. El centro planetario que denominamos Humanidad está activo y vibrante, y ahora es posible «progresar por el Camino ascendente y crear el vínculo que une lo inferior con lo superior, permitiendo así un intercambio». Los hombres salen rápidamente del centro humano para entrar en el jerárquico; las masas responden a la impresión espiritual.» (Telepatía y el Vehículo Etérico, 5.ª afirmación, vers. ingl. p. 132)
«Al mismo tiempo el centro cardíaco del Logos planetario, la Jerarquía, mientras responde a la invocación del centro laríngeo, la Humanidad, se hace acrecentadamente evocativo, logrando un contacto y un alineamiento muy elevado con el centro coronario planetario, siendo por lo tanto, capaz de recibir una impresión cada vez más poderosa y dinámica de Shamballa.» (Telepatía y el Vehículo Etérico, 6.ª Afirmación, vers. ingl. p. 133)
Y ahora veamos la fórmula de gran poder:
La Gran Invocación
Desde el punto de Luz en la Mente de Dios
Que afluya Luz a las mentes de los hombres,
Que la Luz descienda a la Tierra.
Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios
Que afluya Amor a los corazones de los hombres.
Que Cristo retorne a la Tierra.
Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida
Que el propósito guíe las pequeñas voluntades de los hombres;
El propósito que los Maestros conocen y sirven.
Desde el centro que llamamos la raza de los hombres
Que se realice el Plan de Amor y de Luz,
Y selle la puerta donde se halla el mal.
Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.
«Esta Invocación u Oración no pertenece a nadie ni a ningún grupo, sino a toda la Humanidad. Su belleza y su poder residen en su simplicidad y en la expresión de ciertas verdades centrales que todos los hombres aceptan innata y normalmente: la verdad de que existe una Inteligencia fundamental a la que vagamente damos el nombre de Dios; la verdad de que, detrás de todas las apariencias externas, el poder motivador del Universo es el Amor; la verdad de que una gran Individualidad, llamada Cristo por los cristianos, vino a la Tierra e incorporó ese amor para que pudiéramos comprender; la verdad de que tanto el amor como la inteligencia son efectos de lo que se denomina la Voluntad de Dios; y, por último, la verdad evidente de que solo a través de la propia humanidad se cumplirá el Plan divino. [Así lo afirma Alice A. Bailey al comienzo de cada texto]
Ha sido difícil traducir las antiguas formas verbales en frases comprensibles y adecuadas (…); su atractivo invocador será poderoso si se pronuncian con intensidad mental y ardiente propósito.
Los puntos importantes en los que os pido que os detengáis son dos:
1 – Que Cristo retorne a la Tierra. Este retorno no debe interpretarse en su sentido místico cristiano habitual y conocido. Cristo nunca ha abandonado la Tierra. A lo que se refiere es a la exteriorización de la Jerarquía y a su aparición exotérica en la Tierra. Un día la Jerarquía, guiada por el Cristo, actuará abierta y visiblemente en la Tierra. Esto ocurrirá cuando el propósito de la voluntad divina y el plan que lo implementará sean mejor comprendidos y el período de reajuste, iluminación y reconstrucción del mundo haya progresado realmente. (…) Llevará tiempo, pero la Jerarquía no piensa en términos de años o ciclos cortos (aunque largos para la humanidad), sino en términos de acontecimientos y expansiones de conciencia.
2 – Y selle la puerta donde se halla el mal. (…) El mal al que se alude no tiene nada que ver con las malas inclinaciones, los instintos egoístas y el separatismo existentes en los corazones y las mentes de los seres humanos. Estos deben ser superados y eliminados por los propios seres humanos. Pero para reducir a la impotencia a las fuerzas liberadas del mal que se aprovecharon de la situación mundial… que actuaron por medio de la barbarie, el asesinato, el sadismo, con la propaganda falsa, que prostituyeron la ciencia para sus propios fines, es necesaria la imposición de un poder superior al poder humano. Este debe ser invocado y la invocación será rápidamente respondida. (…)» (La Exteriorización de la Jerarquía, vers. ingl. pp. 489-490)
«La Gran Invocación marca la transición de la oración, una antigua forma utilizada durante milenios, a la fórmula del poder, por la que el hombre coopera con el Cosmos en lugar de suplicar ayuda. Es un método totalmente diferente de utilizar las energías solares, no ya para gratificar al hombre y sus propósitos, sino para realizar el Plan planetario. La invocación, en efecto, no solicita algo para sí misma: trabaja en beneficio del desarrollo general. De ello se extrae una enseñanza de gran valor, indicativa de una mayor madurez humana (…); está dirigida al bien común.
Consta de cinco breves estancias, cada una de ellas dispuesta en triángulo, por así decirlo, y, por tanto, según un patrón geométrico y de Rayos que en sí mismo lo dice todo: es una fórmula creadora.
El examen de la siguiente figura es muy explícito:
- Las tres primeras estancias se refieren, por orden, a la Luz (3.er Vértice), al Amor (2.o Vértice) y al Poder (l.er Vértice) y constituyen así el gran triángulo superior y real.
- Desde cada uno de estos tres Vértices se invocan la Luz, el Amor y el Poder en la Humanidad. Tres grandes flujos de energía que, así evocados, convergen en el centro del gran Triángulo, donde, como siempre, se sitúa el cuarto Vértice (que no es un Vértice), en este caso la Humanidad, cuarto reino de la naturaleza, y por tanto capaz de reflejarlos
- Las tres energías se funden en el centro humano, que elabora, en respuesta, su propio plan y, por su oficio y derecho divino, lo emite, creando orden en el caos: Luz, Amor y Poder restablecen el Plan.
- Nótese que el movimiento de invocación parte del tercer vértice, no del primero. Este hecho demuestra que se trata de una invocación, es decir, de una espiral que se eleva desde abajo y provoca respuestas desde arriba; y no podría ser de otro modo. Es evidente, ahora, que la gran Invocación se concibe como una Estrella de seis puntas. Su estructura, ciertamente, es más compleja de lo que parece en este primer examen, pero esto basta para confirmar la idea de que puede y debe ser utilizada en grupo, y tanto más si este se organiza según las líneas fundamentales y dinámicas de su estructura misma. (Il Gruppo a Stella – Hipotesis, 6.2, pp. 87-88, Primer Vértice, E. Savoini. Serie Semi di Nuova Cultura; Ed. Nuova Era. Libro solo en italiano)
«Ahora todos los discípulos tienen a su disposición esta gran fórmula de poder, para ser utilizada individualmente y en grupo. De su valor y contenido no hay duda, y todos reconocen que es el arma ganadora de la nueva Era. Está impregnada de una voluntad explícita y ya ha operado con éxito en el seno de la humanidad (…), pronunciada diariamente, entre otros, por grupos dispuestos en triángulo, los Triángulos de Luz y Buena Voluntad, en muchas partes del mundo. Esta última forma de actividad es, según el Maestro Tibetano, de gran valor esotérico y se ajusta a un proyecto jerárquico preciso.» (Il Gruppo a Stella – Hipotesis, cap. 6.1 p. 86, Primer Vértice, E. Savoini. Serie Semi di Nuova Cultura. Ed. Nuova Era. Libro solo en italiano)
«Y tal Fórmula es la más poderosa para iniciar nuevas relaciones entre el Cielo y la Tierra.
La gran Invocación, pronunciada ahora en todo el mundo por muchos miles de hombres, tiene ciertamente un alcance cósmico; el estudio del Sistema Solar lo pone de manifiesto, y unas pocas frases bastan para reconocerlo:
1) Desde el punto de Luz en la mente divina… Un punto de Luz brilla en el firmamento: es Saturno, Señor del tercer Rayo. Crea y ejecuta la quinta Órbita, que difunde el quinto Principio, la mente divina. Esto lo une a Venus, que es el principio mental inmerso en la luz del tercer Rayo.
2) Desde el punto del Amor en el corazón divino… Júpiter manifiesta este centro, e ilumina las noches terrestres. Vibra y brilla en la cuarta Órbita, el corazón divino del sistema. Esto lo une a Mercurio, que es el Corazón perfecto y circula sobre la segunda Órbita, las ondas del amor magnético.
3) Del centro donde se conoce la Voluntad divina… Este centro es Sol/Vulcano. Dos centros: uno visible, pero invisible por su poder y que revela todas las cosas; el otro invisible, secreto, verdadero soporte motriz del conjunto, guardián de la Voluntad divina.
Estas tres Potencias, actuando sobre el hombre, le llaman a cooperar con el Sistema Solar, para el Bien común, ejecutando el Plan según la correspondencia.
4) Que la Luz, el Amor y la Voluntad… He aquí, así invocado, el Nombre triangular del Sol, el Uno.
(…) Si la Gran Invocación es pronunciada por grupos de discípulos estructurados de acuerdo con el gran Modelo Jerárquico, la eficacia de ese instrumento no puede menos que aumentar enormemente.» ( El Sistema Solar en el Espacio, p. 252; Primer Vértice, E. Savoini). Serie Semi di Nuova Cultura, Ed. Nuova Era)
«De la Luz, pues, la Invocación asciende al Poder pasando por el Amor; luego, de Shamballa, el Centro donde la Voluntad de Dios es conocida, desciende a la Jerarquía y a la Humanidad. Su camino energético describe un ciclo, que se resume en su última estrofa, una vez más de abajo hacia arriba…
Queda el último movimiento (que es el primero): para que el plan del Amor y de Luz adquiera valor de proyecto, debe dirigirse hacia una meta, un propósito: debe estar impregnado de Voluntad. Esta operación no debe estar contaminada por deseos personales, por muy nobles y elevados que sean. El plan debe proyectarse en el Infinito….
Al principio esta dificultad parece insuperable, como siempre que la empresa es grande. El obstáculo se supera «orientando» el plan así formado. «Orientar» significa aquí confiarlo a la Voluntad superior que dispondrá de él según sus razones.
Sin embargo, no se cometen errores si se orienta, por ejemplo, hacia la meta actual de la estrella del actual 5**, que, aunque tiene una vigencia de no más de 12 años, es una parte segura del plan planetario… La orientación correcta es garantía de éxito. (Diario del 6 de febrero de 2001, de Enzio Savoini; inédito)
Orientar un templo o una forma-pensamiento, hacia el noreste por ejemplo, o hacia la Estrella Polar, o hacia Alción o el Centro Galáctico, activa canales de energía y potenciales diferentes que darán forma a los desarrollos de los impulsos iniciales.» (La Orden de Orión, p. 30; solo en italiano)
«Por lo tanto, se requiere de la humanidad, la cuarta jerarquía creadora, que desempeñe su parte de acuerdo y en armonía con la Voluntad divina.
Y hoy, por fin, es posible dar pequeños pasos, practicar estas grandes reglas solares, utilizando la Gran Invocación de manera rigurosa, como una secuencia ordenada y poderosa de órdenes emitidas para construir en el Espacio y responder a la cuarta estrofa de la Gran Invocación:
«Desde el centro que llamamos la raza de los hombres
que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal».
Con la certeza en el corazón de que existe un Plan para la Humanidad y de que forma parte del Plan planetario y solar. (Diario 6 de febrero de 2001 de Enzio Savoini; inédito)
* El 6º Rayo, custodiado por Neptuno y Marte, de la Comunión, Valores, Ideales, Religión, Comunidad, Comunicación.
** La meta actual (hasta el 2032) de la Estrella de Cinco puntas, iniciada en el 2020 por la conjunción de Júpiter y Saturno en Acuario, es entre Géminis y Cánceres Géminis. (véase Del Tiempo lineal al Tiempo cíclico).