Plenilunio de Tauro: El Misterio de la Luz

Hoy celebramos la quinta de las 12 Festividades de la nueva Religión Mundial, el Plenilunio de Tauro (a las 06:14, horas CEST). Es la festividad orientada a afirmar la Voluntad de liberar la Luz y la Belleza.

Tauro custodia el secreto de la Luz que revela el Sonido e ilumina al iniciado. Conduce de la ilusión a la Realidad espiritual. El ojo del Toro es el ojo de la revelación, y vierte una luz radiante sobre los hombres, cuya visión individual debe abrirse y reaccionar a la luz cósmica. Su lema ascendente reza: «Veo, y cuando el ojo está abierto todo es Luz.»
La Luz, la Iluminación y el Sonido, como expresiones de la fuerza creadora, son las tres ideas fundamentales relacionadas con esta constelación.

En el antiguo Egipto se denominaba al Toro «El intérprete de la voz divina»; en la terminología cristiana puede llamarse, «el Verbo hecho carne». Tauro está asociado con el Buddha, «La Iluminación lograda por el esfuerzo», y con el Cristo, «La luz del mundo».

Tauro —el Toro divino— es también el principal incentivo de la vida, que mueve la evolución a través de la poderosa fuerza del Deseo, que se transforma primero en Aspiración y luego en Voluntad.
«El secreto del propósito y del programa divinos está oculto en este signo, debido principalmente a la correlación entre Las Pléyades, la constelación de La Osa Mayor y nuestro sistema solar. (…) La meta subyacente en el proceso evolutivo —“la embestida del Toro de Dios”, como se lo denomina esotéricamente— revela firme e incesantemente el estupendo y sublime plan de Dios. Esto es lo que la Luz revela.» (Astrología Esotérica, A. A. B., p. 284, Ed. Fundación Lucis; vers. ingl., p. 376)

Tauro, junto con el signo opuesto Escorpio, transmite en el campo zodiacal el 4.o Rayo puro, que aquí se expresa como Belleza, mientras que en Escorpio se revela como Armonía.

La Voluntad, el Agente de la Vida, es poderosa en Tauro; para los discípulos e iniciados, es un signo regido por Vulcano (1.er Rayo, el «corazón del Sol») que «rige, y es, la Voluntad solar; y en el nivel humano se manifiesta esencialmente como persistencia.

Vulcano, el herrero que forja los metales, trabaja en la expresión más densa y concreta (para la humanidad) del mundo natural. Se adentra en las profundidades para buscar la materia sobre la que ejercer su arte innato y forjar lo bello y lo útil. En consecuencia, representa el alma, es decir, el Hombre individual, interior y espiritual.

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Hoy, en el plenilunio, que coincide con la gran festividad de Wesak —inmersos en la energía del signo y unidos con todos los que en todo tiempo y lugar están trabajando para restablecer el Plan divino en la Tierra—imprimamos en el Espacio:

La Voluntad de liberar la Luz y la Belleza.

Mucho se ha dicho, incluso en estas páginas, acerca de la Belleza, «El esplendor de lo verdadero», que también se la ha definido como «El signo del Ser».

«Quienes se propusieron buscar la perfección pudieron descubrir, por medio de la Belleza, las poderosas leyes del Ser.» (Mundo del Fuego III, § 23 [alias Mundo Ardiente III], Agni Yoga)

«Ya se ha dicho que trabajar equivale a orar; con su ritmo genera la unión y la mejor cualidad, y de esta última nace la Belleza. Sin embargo, todo trabajo entraña la idea de lo Bello. El trabajo, la oración, la belleza son tres aspectos del gran cristal de la Existencia.» (Aum, § 322, Agni Yoga)

 «La belleza es, después de todo, esa gran parte de lo divino que se puede patentizar con una forma (…); la forma y la vida son uno. No hay nada más que vida en manifestación.» (El Discipulado en la Nueva Era, Tomo I, Alice A. Bailey, p. 264, Ed. Sirio; vers. ingl., p. 279)

En efecto, toda forma, manifestada o no, se construye en torno a un núcleo de Belleza: la Vida la anima y la Luz la patentiza. La Humanidad es capaz de reconocerla; y es a través de la experiencia de la Belleza que realiza su función de intermediaria entre la Tierra y el Cielo, como cuarta Jerarquía creadora, estableciéndose en el plano búddhico, donde: «El ojo está abierto y todo es Luz». Entonces, es capaz de sacar la poderosa esencia de lo Bello a través de la creatividad del pensamiento, de la palabra, trabajando con el Sonido, con el color, dando forma a la materia prima y, en fin, haciendo de su propia existencia una obra de arte.
Este es nuestro destino y debemos aprender, como enseña el Maestro del Agni Yoga, a «Decir —y volver a decir— Belleza, incluso con lágrimas, hasta alcanzar la meta».
Y aún más:

«(…) Si desean que los portales se abran,
usen Mi Señal.
He dicho Belleza, en la lucha y en la victoria.
Dije Belleza, y el fracaso fue cubierto por lo Bello.
Los montes florecieron de Belleza;
y ustedes deben abrirse a esas flores.
Que vengan los niños.
Inclínense ante Aquel que trajo la Belleza
del gran Universo.

Comprendan que no existen posesiones,
ni decisiones, ni orgullo, ni arrepentimiento.
Solo existe una cosa: la Belleza.
Y a ustedes les digo:
Custódienla, afírmenla, exprésenla.
Este es el camino de ustedes.
Con la Belleza me moveré al encuentro de quienes vienen a Mí.
Y ellos están ya en camino.
»
(Hojas del Jardín de Morya I, “Llamamiento”, § 333, Agni Yoga)

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 Y es la Belleza la que revela a la mente del corazón

 El Misterio de la Luz.
*
La Luz es el movimiento rítmico del Fuego.

Así como todo lo que es, es Vida, todo lo que existe, manifestado o no, es Luz, la hija del Fuego, la Vida que se genera y se multiplica; y del Espacio infinito, y evocada por el Sonido, es el impulso ígneo de la Vida.

«La Luz es movimiento. Es, de hecho, el máximo dinamismo. (…) La Luz fusiona lo continuo y lo discontinuo; y de eso nacen los ciclos, que son “continuamente discontinuos”. Estas son las razones por las que se afirma que la Luz es la causa de todos los movimientos. La Voluntad fija el propósito; el Espacio lo recibe y aporta las sustancias necesarias; la Luz lo alcanza. Este es el Movimiento. La Luz provoca la evolución. (…) La luz es la energía que mueve las cosas y las conciencias; conduce al propósito, y no hay otra razón para el movimiento.»

«El Centro y la Periferia se aman; y por amor el Centro estalla en miríadas de rayos, en todas las direcciones, dirigidos a la Circunferencia. Por amor, esta, a su vez, implosiona simultáneamente y lanza sus ondas hacia el Centro. El UNO y el DOS se unen. Así nace la Luz.»

«La Luz es una Inteligencia divina.
Es trascendente. No tiene formas propias, pero planifica todas. Solo lo que no tiene forma es capaz de mostrar los aspectos diversos y cambiantes de las cosas.
La Luz, una Inteligencia divina, se expresa y se manifiesta en todos los niveles de la Sustancia espacial, con diferentes leyes. Es física, emocional, mental, supramundana, pero sigue siendo inseparable. (…)»
«La Luz es el poder creador universal.» (…) «La Inteligencia divina crea las cosas a medida que piensa en ellas.»

«La Luz es el Amor magnético espacial.
(…) el conjunto de ondas puede llamarse, con cierta razón, “Luz oscura” o “Luz sin Luz”, lo que es fundamental para esta teoría. No es imperceptible, como sugieren estas expresiones. Pensemos en el fondo oscuro del cielo nocturno, que hace visibles las estrellas; por lo tanto, es activo, operante, y las destaca: es la manifestación de la Luz oscura.»
«Quien está dotado de un mínimo de Luz mental, la reconoce, sin embargo, a la hora del crepúsculo, por la mañana y por la tarde, cuando el poder de la Inteligencia luminosa aún no se ha expresado plenamente o ya está templando su vigor: el amor es captado en esos momentos, ya que las ondas de luz no proyectan sombras, no empujan, sino que rodean y abrazan las cosas y a las criaturas.»

«La Luz es el Gozo.
De hecho, la característica del gozo es el estado radiante. No es la felicidad, que es tranquila e íntima; tampoco es la dicha, que es suprema e indiferente. El gozo comunica, transmite, ilumina, arroba. Los rayos lanzan al Espacio el gozo penetrante de la Inteligencia divina.

La naturaleza, que está inmersa en esos rayos y tocada por ellos, está impregnada de gozo; por eso las plantas y las hierbas florecen, los minerales cristalizan y el mar y el cielo sonríen. El gozo de vivir canta en los cachorritos, en los niños (los cuidados de la existencia aún no lo han atenuado) y en el corazón de los ancianos, si han vivido bien.»
(La Teoría de la Luz, Primera Parte, Enzio Savoini; septiembre del 2001)

La Luz diseña el Universo y lo matiza.



Nota:

Este año 6.1, el primero de un período de siete años consagrado a la Idea de una Nueva Religión Mundial, pretendemos celebrar las fechas de los Plenilunios, las “puertas” sagradas de alineación y sincronización entre los tres símbolos celestes de la manifestación humana (Sol/Alma, Tierra/Personalidad, Luna/Cuerpos) y la manifestación planetaria (Jerarquía planetaria, Humanidad, Reinos inferiores), asociándolos con 12 Misterios e Ideas/Formas, correspondientes a las energías causales de cada Signo del Zodíaco, en virtud de que, para la perspectiva esotérica, el Corazón del Cielo es el Gran Maestro de Maestros.

«La sucesión de los Misterios encarnados en cada signo del Zodíaco será esclarecida por el Cristo, porque la conciencia de la humanidad actual exige algo más exacto y más real espiritualmente que la astrología moderna, o el pseudoocultismo tan difundido hoy.» (La Reaparición de Cristo, A. A. Bailey, p. 111, Ed. Sirio; vers. ingl., 127


 

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