La Luz

«Fiat lux. Et facta est lux.»
(Génesis, 1.3)

«El sonido resonó entre varias esferas de materia increada, y he aquí que aparecieron el sol y todas las esferas menores. La luz se extendió por entre las miríadas de esferas y por las múltiples formas de Dios; y resplandecieron los diferentes aspectos de su manto radiante. Las esferas palpitantes y vibrantes giraban. La vida en sus infinitas etapas y grados comenzó el proceso de desarrollo, y he aquí que la ley entró en acción. Las formas surgían y desaparecían, pero la vida continuaba. Los reinos surgieron con las múltiples formas reunidas en ellos, se arremolinaron, luego se separaron, pero la vida continuó. El género humano —manteniendo oculto en su interior al Hijo de Dios, el Verbo encarnado— irrumpió en la luz de la revelación. Las razas aparecían y desaparecían. Las formas, velando el alma radiante, surgieron, asumieron su propósito y se desvanecieron en la noche; pero he aquí que la vida continuó, fusionada ahora con la luz. La vida se fusionó con la luz para revelar juntos la belleza, el poder, la fuerza activa y liberadora, la sabiduría y el amor que llamamos el Hijo de Dios.» (Tratado sobre Magia Blanca, Alice A. Bailey, p. 147, Ed. Sirio; vers. ingl., p. 145)

El rayo del movimiento eterno, impreso por el mandato divino primordial de la Génesis bíblica, vibra y suena en el Espacio revelando la ley del Sonido creador, la ley oculta en toda vida. Todo hombre, Hijo de Dios, está destinado a convertirse en un Mago Blanco, que desde el plano de la Mente sea capaz de regir el mundo de las Ideas con el fin de crear y ordenar las causas de los proyectos futuros.

Las Ideas —las Hijas de la Luz y del Sonido— son el medio supremo para forjar el Futuro. Las Ideas, inspiradas por los cielos e iluminadas por los principios del Ser, son las simientes de luz que regeneran la conciencia y guían la modelación de las formas hacia la armonía y la belleza. Como hijos del Creador, inmersos en el Ritmo de la Vida, con inteligencia amorosa podemos hipotetizar y hacer resonar las Ideas fundadoras que describen la Génesis del Absoluto, indecible e incognoscible, cuando la Vida se despliega en los diferentes planos de la manifestación. Es un modo de crear los cimientos del nuevo Templo, una nueva casa iluminada para la evolución humana.

«Su mensaje es escuchado, pues se hace resonar; eso aporta la iluminación, porque transmite la Verdad y revela la Realidad; adquiere una importancia vital porque vibra con la vida de su creador y sigue existiendo mientras su pensamiento, su sonido y su inteligencia lo animen. Esto es válido para un mensaje, una organización y para todas las formas de vida, puesto que no son más que ideas encarnadas de un creador cósmico o humano.» (Tratado sobre Magia Blanca, Alice A. Bailey, p. 147, Ed. Sirio; vers. ingl., p. 145)

«(…) Al afirmar que el mundo está regido por las ideas, se proclamó el poder del pensamiento. Dejemos, pues, que el pensamiento inteligente nos guíe para acoger el ritmo nuevo y reconocer el nuevo Mundo, que es inminente. Ya se puede sentir su influencia, y su poder se puede ver en la gloria de los logros científicos. ¡Que todos los peligros, por asfixiantes que sean, sean superados por el pensamiento del nuevo Mundo! El hombre debe darse cuenta de que la vida está adquiriendo un sentido supramundano. (…) las puertas del nuevo Mundo están abiertas de par en par, dijo el Pensador: “Pronto se aprenderá a volar.” Se podrá acceder a nuevas esferas de Luz. (…)» (Supramundo II, § 255, Agni Yoga)

La Luz —la hija de la Vida y del Espacio infinito—, como una llama visible e invisible guía a la humanidad por los caminos del Orden cósmico.

La Luz es el movimiento rítmico del Fuego.
Como se afirma en Agni Yoga, en el Supramundo I, § 102, «Todo se mueve, todo se eleva hacia el Infinito. Digo esto para recordarles que la dirección natural para el hombre es hacia arriba y, una vez más, «Reconocer una sustancia viva en la Luz, y ascender como la única dirección predestinada» (Corazón, § 469).

«(…) La Luz es movimiento. Es, de hecho, el máximo dinamismo. (…) La Luz fusiona lo continuo y lo discontinuo; y de eso nacen los ciclos, que son “continuamente discontinuos”. Estas son las razones por las que se afirma que la Luz es la causa de todos los movimientos. La Voluntad fija el propósito; el Espacio lo acoge y aporta las sustancias necesarias; la Luz lo alcanza. Este es el Movimiento. La Luz provoca la evolución. (…) La luz es la energía que mueve las cosas y la conciencia; conduce al propósito, y no hay otra razón para el movimiento.»

«El centro y la periferia se aman, y por amor el centro estalla en miríadas de rayos, en todas las direcciones, dirigidos hacia la circunferencia. Por amor, esta implosiona, simultáneamente, y lanza sus ondas hacia el centro. El UNO y el DOS se unen. Así nace la Luz.»

«La Luz es una Inteligencia divina.
(…) Es trascendente. No tiene formas propias, pero planifica todas. Solo lo que no tiene forma es capaz de mostrar los aspectos diversos y cambiantes de las cosas. La Luz, una Inteligencia divina, se expresa y se manifiesta en todos los niveles de la Sustancia espacial, con diferentes leyes. Es física, emocional, mental, supramundana, pero sigue siendo inseparable. (…). La Luz es el poder creador universal. (…) La Inteligencia divina crea las cosas a medida que piensa en ellas.»

«La Luz es el Amor magnético espacial.
El conjunto de ondas puede llamarse, con cierta razón, “Luz oscura” o “Luz sin Luz”. No es imperceptible, como sugieren estas expresiones. Pensemos en el fondo oscuro del cielo nocturno, que hace visibles las estrellas; por lo tanto, es activo, operante, y las destaca: es la manifestación de la Luz oscura.»
«Quien está dotado de un mínimo de Luz mental, la reconoce, sin embargo, a la hora del crepúsculo, por la mañana y por la tarde, cuando el poder de la Inteligencia luminosa aún no se ha expresado plenamente o ya está templando su vigor: el amor es captado en esos momentos, ya que las ondas de luz no proyectan sombras, no empujan, sino que rodean y abrazan las cosas y a las criaturas.»

«La Luz es el gozo.
De hecho, la característica del gozo es el estado radiante. No es la felicidad, que es tranquila e íntima; tampoco es la dicha, que es suprema e indiferente. El gozo comunica, transmite, ilumina, arroba. Los rayos lanzan al Espacio el gozo penetrante de la Inteligencia divina. La naturaleza, que está inmersa en esos rayos y tocada por ellos, está impregnada de gozo; por eso las plantas y las hierbas florecen, los minerales se cristalizan y el mar y el cielo sonríen. El gozo de vivir canta en los cachorritos, en los niños (los cuidados de la existencia aún no lo han atenuado) y en el corazón de los ancianos, si han vivido bien.» (La Teoría de la Luz, Primera Parte, Enzio Savoini; septiembre del 2001)

«La Luz es creadora. (…) La Luz es la manifestación del tercer Rayo, también llamado Inteligencia Activa. Es el esplendor, la irradiación. Cuando surgió del primer Sonido, comenzó a crear formas —y no a construirlas—. (Crear y construir son actividades diferentes: la primera prepara en lo invisible lo que la segunda configura en lo visible.) La Luz crea, es decir, dispone las causas, los proyectos, los programas. Es un poder luminoso que prepara las civilizaciones, las culturas, los acontecimientos, las formas. En primer lugar, la Luz ilumina el campo; las energías que están presentes allí y que se corresponden entre sí entran entonces en tensión, y de la coordinación global nace la belleza. ¿Podría haber belleza sin Luz?» (Commenti a Infinito [escrito no traducido al castellano], Enzio Savoini, 2003)

«Se demostrará que el alma misma es luz, y que toda la Jerarquía es un gran centro de luz, de modo que el simbolismo de la luz rige nuestro pensamiento, nuestro acercamiento a Dios, y nos permite comprender el significado de las palabras de Cristo: “Yo soy la Luz del mundo”. (…) El tema de la luz se repite en todas las escrituras del mundo; la idea de la iluminación condiciona toda la educación impartida a la juventud y el pensamiento de una luz mayor rige todas las aspiraciones del espíritu humano. Todavía no hemos elevado el concepto al Centro de la Vida donde mora el Anciano de los Días, el Señor del Mundo, Sanat Kumara, Melchizedek, Dios. Sin embargo, de ese centro emana lo que se ha llamado la Luz de la Vida, la Luz Superna. Estas serán palabras vacías hasta que sepamos, como iniciados, que la luz es un síntoma y una expresión de la Vida. (…) La luz puede ser considerada como un síntoma, una reacción al encuentro entre el espíritu y la materia y la resultante de la fusión entre ellos.»  (Los Rayos y las Iniciaciones, Alice A. Baileyp. 185, Ed. Sirio; vers. ingl. 143)

La Luz sutil y celeste brilla cuando la mente y la conciencia están concentradas, e ilumina el Espacio; cuando encuentra un centro psíquico lo enciende y lo transforma en una fuente de Luz física. Esto ocurre en todo el Cosmos, que brilla desde innumerables fuentes. Cada uno de ellas, a su vez, vierte Luz y calor en su propio Sistema y lo guía para que evolucione. (…)

“YO SOY LA LUZ DEL MUNDO”, dijo el gran Maestro: palabras deslumbrantes que entonces sonaban oscuras, y que aún hoy son mal interpretadas. Antes de Él, grandes Entes espirituales derramaron Luz en el mundo y en la sociedad humana, pero Él afirmó ser la fuente de esas Luces, es decir, el Maestro de los Maestros.» (Extraído de: Mantener firme la mente en la Luz)

Cristo abrió al hombre el Camino que conduce a la Unidad esencial que pulsa en la creación. La chispa divina que permite a la conciencia concienciarse de su propio destino creador y asumir una responsabilidad cada vez mayor para colaborar en el proceso evolutivo. Hemos sido creados para convertirnos en “libertadores” y, de luz en luz, pasar por la “puerta” que permite el paso que lleva a la Comunión ilimitada con todos los mundos, a un tiempo “sin tiempo”.

«Vosotros sois la luz del mundo…, así que dejad que vuestra luz resplandezca ante los hombres.» (San Mateo, 5, 14-16).

«El hombre, en conciencia, es capaz de “manejar” la Luz. (…) puede concentrarla, dirigirla y difundirla, como una gran actividad de Servicio. (…) Mantener la mente en la Luz “hace descender el Cielo” (que se queda donde está), y eleva la Tierra. El discípulo, comprometido con el aprendizaje de la sublime lección, ya no se separa de ese Mentor que siempre le ha iluminado en el Camino. Comprende que hay un modo y una manera de vivir, pensar y trabajar.» (Extraído de: Mantener firme la mente en la Luz)

La Luz que irradia la Vida y la perfecciona ha fascinado a las culturas y religiones de todos los tiempos; es estudiada por la ciencia y considerada por los buscadores de la Verdad como un punto central hacia el cual se ha de orientar la vida. Su gloria ha sido celebrada e invocada en muchos idiomas.

«La gloria de quien mueve todo a través del universo penetra y resplandece.»
(La Divina Comedia, “Paraíso”, I, 1-12, Dante Alighieri)

Así, el Poeta Supremo celebra, con iluminada maestría, el ascenso al Paraíso. Ese Poema sagrado traza el curso iniciático e invita a quienes son puros y están dispuestos a ascender a las estrellas para pensar con grandeza en el Bien común, reconocer y actuar el poder de la Voluntad por Amor y liberar su luz en el seno sagrado de la Vida: el Espacio.

«El Amor que mueve el sol y las demás estrellas.»
(La Divina Comedia, “Paraíso”, XXXIII, 145, Dante Alighieri)

«No podemos alcanzar el estado de adepto y el Nirvana, la Dicha y el Reino de los Cielos, sin unirnos indisolublemente con nuestro Rex Lux, el Señor del Esplendor y de la Luz, el Dios inmortal que hay en nosotros.» (La Doctrina Secreta, Helena P. Blavatsky)

«Los rayos del sol son un tesoro del mundo. (…) ¿Por qué han de rehuir los hombres los tesoros que el Universo ha dispuesto para ellos? Los vórtices magnéticos de luz son el ritmo de los planetas. ¿Por qué no utilizarlas como el agua de una cascada? Las fuerzas disponibles son inagotables. ¡Hombre, toma tu parte! Cuando la lucha se convierta en victoria, pronto la simiente del Bien común dará a todos el poder del rayo. Recuerda estas cosas cuando comiences tu trabajo matutino y extiéndelo audazmente hacia el Infinito.» (Iluminación, § 356, Agni Yoga)

Infinita es la belleza expresada por el canto solemne de las fuentes celestes de luz; y hoy, en el cielo heliocéntrico, emerge la “Voz de la Luz” conjunta de Saturno y la Tierra, los Señores de la Luz.
En la estela luminosa del Cielo, celebramos como un solo coro la sinfonía creadora del movimiento rítmico del Fuego: la LUZ. Utilizamos el poder de las Ideas para tejer los hilos brillantes y sonoros de la Nueva Cultura y la Nueva Civilización. Trazamos las lineaciones luminosas del futuro imaginando la unidad ordenada del Mundo de las Ideas según la matriz matemática y sonora representada por el Lambdoma de matriz 7×7, en la que cada Idea establece y teje desde su lugar sonoro correlaciones armónicas, simétricas y de correspondencia.

La tercera de las siete Ideas fundadoras del Lambdoma generador que describen la Génesis del Absoluto, indecible e incognoscible, como cuando la Vida se desenvuelve en los diferentes planos de manifestación es, pues, la LUZ. Ese Vórtice creador se irradia, a su vez, en 49 destellos en el Lambdoma de la Idea de Luz, que revelan y manifiestan su valor y cualidad.

Este Lambdoma desarrolla el Lambdoma generador, en el que están ordenadas en la columna vertical (de 1/3 a 7/3) las 7 Ideas primarias o destellos centrales de los 49 destellos del Lambdoma de la Génesis de la Luz, mientras que en la columna horizontal (de 3/1 a 3/7) están ordenas las 7 Ideas o destellos que resplandecen en el lugar del intervalo sonoro 3/3, en los otros 6 Lambdomas derivados. En el centro de la cruz, como centro inmutable del renacimiento, arde:

3.3 LUZ: La Luz es el movimiento rítmico del Fuego.

Este juego sonoro de Luces revela la ley del Sonido de la Vida que se genera y multiplica incesantemente; su movimiento rítmico es Luz que, al propagarse en el Espacio con Inteligencia, activa, ordena y libera las chispas luminosas de todas las realidades divinas en el Orden de la Vida Una.

«(…) el espíritu, cuando se amalgama con la inteligencia universal (…) se convierte en una fuerza directiva universal. Todo lo que tiende intencionadamente a la unión puede dirigir las fuerzas cósmicas. La misma ley rige la actividad creadora en los mundos lejanos.» (Infinito I, § 144, Agni Yoga)

Inmersos en la Belleza del Ser, imitamos a los divinos Arquitectos de la Creación y desde el lugar del Fuego, la cruz de la Luz irradiamos su resplandor para restablecer el Plan divino en la Tierra.
La canción de la Luz irradia los 7 destellos primarios/diagonales de la Génesis de las Ideas: la Luz.

Sonido: El impulso ígneo de la Vida.

Energía: La potencialidad infinita del Espacio.

Luz: El movimiento rítmico del Fuego.

Rayo: La dirección vital del Centro.

Conciencia: La correlación entre el Espíritu y la Sustancia.

Hijo: La Razón suprema.

Inteligencia: Luz activa.

El Nombre de la Luz irradia los 3/3 de los 7 Lambdomas derivados del Lambdoma generador (su tercera línea).):

es Fuego: la Vida que se genera y se multiplica;
es Cielo: el Manto radiante del Espacio en el Lambdoma Espacio;
es Luz: el movimiento rítmico del Fuego en el Lambdoma Luz;
es Color: el velo iridiscente de la Vida en el Lambdoma Modelo;
es Plan: la proyección del Pensamiento divino en el Lambdoma Manifestación,
es Correlación: la ardiente síntesis de las polaridades en el Lambdoma Síntesis;
es Ritmo: la pulsación de la Vida en el Lambdoma Orden.

No veo nada más que la Luz, que organiza y ordena la Luz. 

Soy Luz, que es el movimiento rítmico del Fuego.
Así, ilumino el camino que sube.

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Nota: En el Sistema Solar, Saturno administra la Verdad, que es la Luz; y como Planeta de Tercer Rayo, tiene una relación especial con la Tierra, con la que comparte el mismo sello energético de Inteligencia Activa, con la que el hombre está dotado para llevar a cabo el proceso constructivo de sacralización de la materia, a través del camino evolutivo de la conciencia, que, al consumar la experiencia concreta, conquista una visión cada vez más inclusiva.


 

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