Hoy —la mayor Festividad solar*, o el Plenilunio de Leo (la Tierra y la Luna en Acuario)— es la octava de las 12 Festividades de este Año 6.2 dedicada al Espacio, al Infinito y al Principio crístico del Amor-Sabiduría como las Bases de la Nueva Religión Mundial; celebramos el respiro de la llama de la Madre del Mundo.
LA MADRE ES EL RESPIRO DEL INFINITO EN CADA CORAZÓN.
La Madre es el Respiro del Espacio infinito en cada Sol y en cada Corazón; es el Ritmo de la Beatitud y el Imán cósmico en la Sustancia; es el Fuego que genera y se multiplica incesantemente; es el poder vital del Alma que libera la Materia.
Cada vez más, el reino humano está llamado a activar el Corazón, sus energías solares o “crísticas”, es decir, a colaborar conscientemente con las fuerzas de la Madre Naturaleza en el ascenso de la espiral evolutiva:
«El toque de la Madre del Mundo debe entenderse como la manifestación de la Energía Primaria. En la India, la energía Kundalini se denomina el poder de la Madre. El desarrollo del corazón es la principal tarea de nuestra época. La Kundalini no puede actuar con toda su fuerza si el corazón no está desarrollado. Verdaderamente, los fuegos del corazón dan una sensación de beatitud indescriptible. En esta época de acercamiento de los mundos, el centro del corazón se intensifica especialmente; sin embargo, es más difícil encender los fuegos del corazón que elevar la Kundalini.» (Cartas, H. Roerich; 2 septiembre de 1937)
El Fuego del Corazón humano, de la Conciencia crística o búddhica (véase la Afirmación crística Leo: Yo Soy), debe aprender cada vez más a pensar o crear formas por Amor, es decir, a fecundar y encender las Aguas de la Sustancia de la Madre, a liberar el poder generador del Fuego y del Imán del Ser:
«Nosotros, los Hermanos de la Humanidad, luchamos denodadamente por el equilibrio y por inculcar el Principio de la Madre del Mundo. Cuando se comprenda el acto creador, será posible mostrar a la humanidad el poder generador del Fuego.
El hombre ha violado de tal modo el Imán del Ser que debe construirse una nueva vida. Esta es la única manera de detener la producción de esas corrientes que ahora lo abruman tanto. Nosotros, los Hermanos de la Humanidad, luchamos por el Imán cósmico y por el principio vital. Tiempos complejos, estos, ¡pero grandes! En la tensión, en medio de la monstruosa incomprensión humana del principio del Ser, promulgamos un nuevo Acuerdo y hacemos un llamamiento a la comprensión. En este Acuerdo se aplica el principio del Ser. Le decimos al hombre: “¡Veneren los Orígenes; veneren a la Madre del Mundo; veneren el gran Sistema Magnético cósmico!” ¡Sí, sí! ¡Así habla Maitreya!» (Jerarquía, § 227)
La Cuarta Jerarquía humana son aquellas vidas a través de las cuales el Logos Solar “toma conciencia” de los tres mundos (mental, astral y etérico/físico); son la Jerarquía de Manas, del Fuego de la Mente que debe expresar e irradiar Amor-Sabiduría (Buddhi), la Primera Ley y Cualidad de nuestro actual Segundo Sistema Solar.
La Humanidad —cuando el Fuego de la Evolución y del Karma la haya elevado a su dignidad de Hijo de la Mente solar, de la Cuarta Jerarquía humana— será la corona y el Sol del Planeta, sirviendo a nuestro Corazón planetario (la Jerarquía de los Maestros) y a nuestro Gobierno solar y Sol central espiritual (Shamballa).
En Shamballa, el Fuego de la Vida del Padre y el Fuego espacial de la Madre son uno y afirman en la Tierra y en el Hombre el Poder de los dos Orígenes, la Gloria de la Unidad, la garantía de la Libertad en el Ser, el “camino cierto hacia el Infinito” establecido por el Imán cósmico:
«El Ojo universal de Shambala transmite la Beatitud al hombre. El Ojo universal de Shambala es una Luz en el camino. El Ojo universal de Shambala es esa Estrella que siempre ha guiado a todos los buscadores.
Para algunos, Shamballa es la Verdad; para otros es una utopía. Para algunos, el Señor de Shamballa es un venerable sabio; para otros es un símbolo de riqueza; para otros es un ídolo cubierto de joyas. Para otros, es el Señor de todos los espíritus planetarios. Pero Nosotros diremos: El Señor de Shamballa es el ardiente Promotor de la Vida y del Fuego de la Madre del Mundo. Su Aliento es de llama y Su Corazón brilla con el fuego del Loto plateado.
El Señor de Shamballa vive y respira en el Corazón del Sol. El Señor de Shamballa es el Invocador y el Evocado. El Señor de Shamballa es Quien lanza la Flecha y recibe todas las flechas. El Señor de Shamballa respira la Verdad y la afirma. Es invencible, pues convierte la destrucción en una obra constructiva. El Señor de Shamballa es el Emblema del Lábaro, es la Cumbre de la Vida. Acepta al Señor de Shamballa como la manifestación de la vida; y tres veces repito: ¡de la vida! Pues Shamballa es la garantía de las aspiraciones humanas. Nuestra manifestación asegura el perfeccionamiento del hombre, y es el camino cierto hacia el Infinito.» (Jerarquía, § 5)
LA MADRE ES EL RESPIRO DEL INFINITO EN CADA CORAZÓN.
* «Agosto, el mes presidido por Leo, es el mes de la estrella del Canis, que es Sirio, por tanto se relaciona con Leo. En un sentido cósmico (e independientemente del Sistema Solar) este signo está regido por Sirio.
Sirio es la morada de esa Gran Logia a la que es admitido —como humilde discípulo— quien alcanza la quinta iniciación. En el futuro, cuando la nueva religión mundial esté activa, la festividad mensual más importante se celebrará en agosto, en el plenilunio, y se dedicará a establecer contacto con la energía de Sirio, a través de la Jerarquía.» (Astrología Esotérica, vers. ingl. pp. 197 y 299).
«Una corriente de energía procedente del sol Sirio (…) entra directamente en la Jerarquía y trae consigo el principio de buddhi o amor cósmico. En un sentido misterioso, este es el principio que está en el corazón de cada átomo. (…)
La energía de Sirio cortocircuita (…) Shamballa y se concentra en la Jerarquía. (…) Todo el trabajo de la Gran Logia Blanca está controlado por Sirio; los ashrams están sometidos a su influencia cíclica; las iniciaciones superiores se toman bajo su estímulo, pues el principio buddhi del amor puro (es decir, amor-sabiduría) debe estar activo en el corazón de todo iniciado antes de la iniciación de la gran Decisión. (…) Esta influencia de Sirio no fue reconocida y poco de ella se concentró definitivamente en la Jerarquía antes de que Cristo viniera a revelar el amor de Dios a la humanidad. Él es, por excelencia, la expresión de una iniciación siriana y es a ese lugar elevado al que, al final, irá. (…)» (Los Rayos y las Iniciaciones, vers. ingl., p. 415)
«[Sirio] es la gran estrella de la iniciación, ya que la Jerarquía de Sirio vigila y controla magnética y espiritualmente a nuestra Jerarquía (la expresión del segundo aspecto divino). Estas son las principales influencias a través de las cuales el Cristo cósmico actúa sobre el principio crístico del Sistema solar, del planeta, del hombre y de las expresiones inferiores de la vida. Esotéricamente, a Sirio se le llama la estrella resplandeciente de la sensibilidad.
(…) La cualidad sobresaliente de nuestro sistema solar es su sensibilidad al contacto; se está volviendo consciente en un sentido universal; por necesidad y por las circunstancias ambientales cósmicas se ve impulsado a desarrollar el amor-sabiduría, términos que describen y expresan a la vez el aspecto conciencia. El Amor es la respuesta al contacto y, en el ser humano, esto significa comprensión, inclusión e identificación.
La sabiduría es la habilidad en la acción, el fruto del amor y la luz de la comprensión; es la conciencia de los requisitos y la capacidad de fusionar en una relación tanto la necesidad como lo que la satisface.
“Servir” es, en esencia, un término científico para el amor-sabiduría (…); el proceso evolutivo —tal como lo ve el hombre común— consiste en hacer que la Tierra, un planeta no sagrado, sea capaz de reaccionar a los impulsos cósmicos y así potenciar la integración y los intercambios internos del cuerpo expresivo del Logos [para convertirse, al final, en una Luminaria sagrada].» (Astrología Esotérica, vers. ingl., pp. 493-4)
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Fechas de las celebraciones en línea, 2023