Hemos llegado al Equinoccio de Septiembre, el último de los 4 pulsos principales del Ciclo Anual 2023, la última fase del Respiro planetario que comenzó en el Solsticio de Diciembre del 2022. La polaridad otoño-primavera vibra en la Tierra, revelando la polaridad esencial entre la Esencia y la Forma, entre Libra y Aries (ver Las Ritualidades zodiacales en los dos Hemisferios terrestres.)
En el cielo heliocéntrico de las Causas del Sistema Solar, nuestra Tierra acaba de unirse con el Señor de la Comunión, Neptuno, en el límite de Piscis (el 19 de septiembre) y está cruzando ahora la Puerta Equinoccial de Aries (Sol aparente en Libra). La dosis de Compasión infinita recibida del Cristo solar (Neptuno vela al Cristo como iniciador de la Humanidad, regido por Piscis) ordena a las conciencias “preparadas” que sintonicen los pares de opuestos para acumular energía y afrontar la infranqueable ascensión al Monte de la Transfiguración (quincuncio 150° de Marte en Libra, opuesto a Venus en Aries, ambos en cuadratura a Plutón en Capricornio). Para el nivel actual de evolución de la Tierra, solo la unión de la mente y el deseo (Venus en Aries) hace que uno sea capaz de llevar a cabo las correctas relaciones humanas basadas en la buena voluntad y el sentido común (Marte en Libra) y discernir (Urano en sextil a Tierra y Neptuno desde Tauro), lo que une (el Bien, lo Bello, lo Verdadero) y lo que divide (el mal, la ausencia de Bien, la separatividad), para aliviar y orientar bien a la dolorida raza humana que se enfrenta a este grave pero glorioso tiempo de liberación.
Equinoccio del 23.09.2023, a las 08:51 horas CET; heliocéntrico
El Cristo solar celebra la sagrada comunión entre el Poder, el Amor y la Luz.
De hecho, todavía estamos iluminados por el sextil heliocéntrico entre Júpiter en Tauro y Saturno en Piscis (que culminó el 19 de agosto), un puente entre su conjunción acuariana en 2020 y la próxima cuadratura a principios del 2025. El Amor (Júpiter) y la Luz (Saturno) son, junto con la Potencia solar central (Sol/Vulcano), la tríada de armas sagradas para reconstruir la Unidad, para revelar la Comunión esencial entre todos los mundos y seres del Sistema Solar.
Es necesaria la concordancia entre la voluntad, el corazón y el intelecto para situarse en el Centro (Mercurio en el centro de las Dos Columnas de Géminis), para elegir el Camino del Medio (Sol equinoccial en Libra),
esa suave Danza y sonriente Encanto,
que las Musas celestes dentro de nosotros,
en la belleza, cautelosa y oscilante,
desplegan, y abren nuestras alas,
a los altos vuelos entre el amor y el fulgor,
entre las dos grandes líneas de fuerza.
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Equinoccio del 23.09.2023, a las 08:51 horas CET; geocéntrico
El Gozo y la Fuerza son los fundamentos de la nueva Religión.
Simétricamente, en el nivel geocéntrico, más local y humano, el Eje Sol/Vulcano-Neptuno preside la Dirección Libra-Aries, irradiando en la conciencia de la Tierra el poder de La Osa Mayor, ese impulso de abstracción de la Forma a la Esencia que conduce al Camino de la Iniciación.
Un Camino de elevación para el pensamiento humano firmemente apoyado por los trígonos con Plutón y Urano (1.er y 7.o Rayos) en Signos de Tierra y el sextil entre ellos y Neptuno, e invocado por los aspectos entre Saturno aún en el inicio de Piscis, los Nodos Lunares (también entre Libra y Aries), el Sol/Vulcano y la cristalizadora pero realizadora Luna en Capricornio.
El Amor constructor de Júpiter en el Ojo central de Tauro, en trígono con el brillante Mercurio en Virgo, ve y hace que las mentes y los corazones despejados vean la ambigüedad de la mente-deseo (quincuncio con Marte en Libra) y la vanidad egocéntrica del nivel personal (en cuadratura con Venus en Leo), llamando a sus valores superiores: perspicacia y magnanimidad (sextil Marte-Venus).
Una perspicacia que enseña la fuerza y la responsabilidad de las elecciones del Corazón y una magnanimidad que otorga, como un Sol resplandeciente, esa sabiduría especial que es el Gozo.
El Gozo y la fuerza son los fundamentos de la nueva religión acuariana.
Escuchemos e imitemos al Coro de las Esferas celestes, pues de tales Musas proviene el Poder, el Amor y la Luz necesarios para ser la Fuerza y el Gozo del Planeta.
«El planeta es comparable a un violín o un laúd de cristal. La antena, o el arco del Devenir, extrae melodías siempre cambiantes de la cuerda tensa del Ser. ¡Qué bella imagen: en lugar de ver la Tierra como un enorme peñasco que vuela inconsciente y ciego en el vacío ahora uno la contempla y la escucha como un instrumento divino que toca y canta, como una Voz en el coro solar!
Sus vibraciones rítmicas y “multicolores” corresponden a los hilos de la trama que diseñan sobre la urdimbre básica figuras cada vez más cambiantes y bellas, según una ley segura. Estas frases, que parecen simples o ingenuas creaciones poéticas, son quizá las más verdaderas de las que están escritas aquí. Que los mundos suenan no es una hipótesis, sino una certeza. Si hasta las ballenas pueden cantar sumergidas en las aguas del océano, ¿cómo puede callar un planeta que respira en el gozo y la gloria trémulos del Espacio?» (Enzio Savoini, texto inédito)